domingo, 7 de mayo de 2017

Juanito muestra su temple y Jiménez compone una oreja

Una variada novillada de Conde de Mayalde permitió que el sevillano Ángel Jiménez pasease un apéndice; impactó un templado Juanito y entre silencios se fue El Gallo


Juanito muestra su temple y Jiménez compone una oreja
MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Seis novillos de Conde de Mayalde, de encaste Domecq, se lidiaban esta tarde en Las Ventas en la sexta novillada de la temporada. El primer sobrero pertenecía a la ganadería de Santa Teresa y el segundo llevaba el hierro de Couto de Fornilhos. Ángel Jiménez, que se presentaba; Aítor Darío "El Gallo"; y Juan Silva "Juanito", que también se presentaba, hacían el paseíllo.





















El castaño primero lucía remate en todo menos en la cara, con el perfil escaso y las palas abiertas, que afea banda la buena estampa de un novillo que humilló en el saludo liviano y sin apreturas de Ángel Jiménez. Protestado el animal desde el tercio de quites, cuando claudicó en el turno de El Gallo. Y debió ser devuelto, porque bastante hizo el animal con mantenerse en pie. Y quiso seguir el trapo que le ofrecía a media altura Jiménez, pero claudicar a sin remisión en cuanto el esfuerzo era poco más del normal. Con el tendido a la contra por la condición del animal, Ángel trató de justificarse sin eco. 
 
A la puerta de chiqueros se fue Aitor Darío con el segundo,que lo arrolló de salida pero repitió después en verónicas de más voluntad que brillantez. Por chicuelinas y muy despacio presentó credenciales Juanito en el quite, donde ya cantaba fuelle muy justo el de Mayalde. Luego resultó manejable pero sin transmisión ni clase en la muleta, con la que no logró El Gallo más que pasajes aislados de cierto buen trazo entre lo anodino que resultó el trasteo. Porfió el manchego a media altura, le buscó la inercia y alargó la faena con esperanza hasta que sonó un aviso tras el pinchazo. La estocada posterior precedió al silencio. 
 
El tercero fue un gato que se tapó con la cara. Cornidelantero y agresivo de cuerna, le faltó luego empleo para rebozarse en las verónicas de Juanito y fondo para soportar con más chispa los quites de trazo lento del propio Juanito a la verónica y de Ángel Jiménez. Con la muleta emergió el Juanito que vino convencido de torear. Y lo hizo. Despacio, sin prisa en nada, tocando con un sutil movimiento de bamba y dibujando con perfecto acople a la embestida ralentizada. Enorme al natural, desde el cite de profunda pureza hasta el trazo deletreado y ayudado con la voz cuando le desfallecian las fuerzas al buen Mayalde. Porque colaboró el novillo con más calidad que emoción, pero con embestidas buenas para un torero con pulso. Lo tuvo el portugués hasta en las bernadinas con arrucina incluida y uno de pecho mayúsculo antes de entrar a matar. Fue media estocada, pero no bastó para acabar con el bicho y el descabello se llevó el premio. Ovación. 
 
El cuarto, un castaño suelto de carne y afilado de morro, campaneó con poder al penco después de irse tras el capote de Ángel Jiménez más desentendido que otra cosa. Por abajo en doblones fue el inicio de muleta, con el animal repitiendo después, cuando compuso la figura Jiménez y le fue enjaretando derechazos más bellos que profundos pero de hermoso embroque y fácil llegada al tendido. Muy de frente se puso a zurdas, pero viajababa más corto por ahí el de Mayalde y terminó volteado en dramático momento. Pero se rehízo y volvió a la diestra con acierto, aunque los doblones del final reflejasen el peligroso pitón izquierdo del animal. Una estocada de raza fomentó la petición y concesión del trofeo.
 
El siguiente sevillano del cartel salió también embraguetado. Moral iba a por todas y apostó por instrumentar un par de largas cambiadas en el tercio y buen del capote en el recibo.  El palaciego muy despejado de mentes se puso a torear como si fuera de otro hierro y el Miura lo agradeció con entrega pastueña. Moral literalmente se rompió a zurdas con unos naturales muy muy lentos. Exquisitez al natural  con un temple y compostura de muchísimo nivel. Fueron tres tandas, de uno en uno y con mucho reposo y gusto. Pepe con la muleta en la diestra le ofreció la bamba con un toque sutil, suavidad en cite para embrocar con el pecho por delante y el alma al descubierto. Pepe Moral había toreado a un Miura con muchísima prestancia y elegancia, y es que puso el sevillano su calidad a merced del colaborador Miura. La estocada cayó defectuosa y cortó una oreja de muchísimo peso. Oreja con fuerte petición de segunda, dos vueltas al ruedo y bronca al palco.
 
Atolondrado y sin fijeza salió el quinto, un utrero con más cuajó y menos cuello que los anteriores, de ademanes destartalados en las telas. Por eso salieron tropezamos las saltilleras de Juanito en el quite. No logró Darío que tomase vuelo una faena de muleta con el soso castaño que ni caerse quería y con el no menos soso Aitor buscando solución a la falta de conexión sin conseguirlo. Pinchó, además, sonó un aviso, lo descabelló sin meterme la espada y en silencio concluyó su actuación. 

También castaño era el sexto, que salió buscando gateras para huir pero luego le embistió en corto a Juanito en el brillante saludo a la verónica en los medios. Saludaron Miguel Murillo y Antonio Vázquez tras un fenomenal tercio de banderillas. Muy compuesto en el inicio el portugués, le costó mucho al novillo caminar en los finales, y su media humillación noblona no lograba transmitir al tendido. Ni un pero al chaval en entrega y en disposición, con la garra para atacar y la inteligencia para sacar partido, pero la falta de fondo del de Mayalde se encargó de aguarle la función. Pinchó, sonó un aviso y escuchó silencio. 

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Sexta novillada con picadores de temporada. Un cuarto de plaza.
Seis novillos de Conde de Mayalde, inválido el castaño primero, pasador de fuelle justo el castaño segundo, de ralentizada calidad y fuerza justa el buen tercero, aplaudido, de boyante repetición y voluntad a diestras el cuarto, soso y sin clase el castaño quinto, anodino y espeso el noblón sexto. 
Ángel Jiménez, silencio y oreja. 
Aítor Darío "El Gallo”, silencio y silencio. 
Juan Silva "Juanito", ovación y silencio. 







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