Angel Jiménez “Tengo que demostrar que quiero ser torero y funcionar. No miro las ganaderías”.

Hoy arrancamos una serie de entrevistas a las grandes esperanzas del toreo, los mejores novilleros con caballos. Todos desfilarán por Villaseca de la Sagra en un Alfarero de lujo.

El primer novillero es Ángel Jiménez. Tras un desierto de dos años ha vuelto de la mano de José Luis Moreno más fuerte que nunca y, sabedor del valor de las cosas, dispuesto a llegar arriba como ha demostrado en Sevilla y Madrid.

Foto: Pagés

Dos años sin torear, en tu camino José Luis Moreno y Enrique Peña, la vida cambia.

Primero conocí a José Luis Moreno. Le llamé el año pasado, no tenía nada yo, para ver si me echaba una mano para ir al campo, para ver si me orientaba donde había tapias… Sé que estaba desvinculado pero le vi como única opción. Me dijo que estaba desvinculado pero que solo por el hecho de haberle llamado me llevaría al campo y hasta hoy.

¿Cómo es José Luis Moreno como maestro?

Un gran torero. Miramos detalles, por ejemplo con el capote. !Qué te voy a decir de él! Es una persona que sabe lo que te dice, hablamos el mismo idioma, es muy bueno. No puedo tener queja de él precisamente.

¿Era José Luis Moreno una de las últimas oportunidades?

No tenía nada, no iba al campo, no tenía nada ni a nadie. Yo siempre he escuchado hablar bien de él como persona y torero. Es una persona sincera y pura. La única opción que tenía era hablar con un torero, explicarle mi situación y sentirme entendido. No pensaba en que me apoderaría pero sabía que me iba a dar palabras de aliento para seguir. Aposté y salió bien.

¿Llegaste a pensar en abandonar?

Nunca. Siempre me he mantenido vivo entrenando y preparándome porque sabía que iba a llegar el momento pero necesitaba una persona que me pusiera en el carril para avanzar. No iba ni al campo, nadie me movía y para entrar en una plaza era imposible. Siempre confié en prepararme como si tuviera viente novilladas firmadas, nunca me ha costado madrugar y vivir en torero. Esto es lo que siempre he querido y soñado desde niño.

El parón viene tras ser un novillero triunfador en La Maestranza y Canal Sur. ¿No te preparan para eso?

Cuando gané ambas cosas el mismo año no me di ni cuenta. Era mi temporada sin caballos y en Sevilla mataba mi segundo eral. No estaba preparado. Al año siguiente salí de la escuela y actué en plazas como San Bartolomé de Pinares, Llodio, Huerta del Rey… Era otro cambio. El toreo es un proceso en el que ir dando pasos pero el de Sevilla a estos festejos fue muy grande.

¿Fue todo demasiado rápido?

A lo mejor, pero me sirvió mucho para madurar como persona y torero. Saber que logras cosas y tan pronto como llegan se te pueden ir. De todo te puedes quedar sin nada. Aprendes como es la vida, subes y bajas. El toreo es como la vida, me ha inculcado aprendizajes sobre los momentos de la vida.

¿Te faltó alguien que te pusiera los pies en la tierra?

No tuve a nadie que me hiciera las cosas, quizás sí. Ahora desde el año pasado a éste teniendo al maestro José Luis Moreno aprendo mucho más allá del toreo, aprendes sobre la mente, en el día a día. Muchas cosas que él ha pasado me las inculca.

Llega Madrid, todo a una carta.

Cuando hablamos con el maestro y Enrique seriamente, nuestra única moneda era ir a Madrid y que nos pusieran en Sevilla. Hemos tenido la fortuna de que nos han atendido muy bien. Madrid era mi cartucho el 7 de mayo y sabia que llevaba mucho tiempo preparándome y había pasado muchas cosas en mi carrera.

He pasado de estar toreando a estar parado pero siempre tuve claro que si iba a Madrid era para entregarme y dar lo mejor. Madrid me llegó en el momento adecuado, bien personal y psicológicamente con personas que me aportan mucho.

Y ese día te cambia la vida.

Llegué a Madrid, te pones a torear. No te das cuenta y tienes una oreja en la mano y te cambia la vida. Te ves anunciado en las ferias importantes de novilleros. De no tener nada, dos años sin torear, a esto.

Mi situación parado la entendía, ¿cómo te ponen sin torear?. Es complicado salir de ese bache. Cuesta que te pongan y más sin torear. Salir del fango es complicado. Mi suerte ha sido que me han puesto y he podido cambiar las cosas.

Tras ello, otro golpe de atención en Sevilla.

Fui con ilusión, tenía mi espinita de no salir las cosas en las veces que había ido antes. De Madrid y Sevilla partía todo, no me podía quedar parado. No se me podía ir, me sirvió mucho. Fue una tarde importante y en Partido de Resina se me vio el momento, quiero funcionar en esto.

Variedad de encastes en tu carrera.

Estoy preparado. Me preparo todos los días, donde me llamen voy. Donde mis apoderados me digan, no pregunto ganaderías. Tengo que demostrar que quiero ser torero y funcionar. No miro las ganaderías. De una ganadería de poca esperanza te salta un toro embistiendo y al revés. No estoy en momento de exigir ni exigiría tampoco. Yo quiero ser torero, no me importa que el novillo sea de un encaste u otro. Quiero estar en los sitios buenos y que el aficionado me vea.

Llega Villaseca.

Es muy importante, te ves con los mejores novilleros y te da categoría. El estar en el Alfarero te pone entre los mejores novilleros te da categoría y supone una gran satisfacción. Es el fruto de hacer esfuerzos como los de Madrid y Sevilla.

Una feria de novillo fuerte.

Claro. Cuando debutas con caballos salen casi toros, como en Madrid y Sevilla. Yo he toreado en estas plazas y el animal que sale es el que sale. Ese novillo ayuda a que todo tenga importancia. Villaseca exige novillos con trapío pero te da categoría e importancia. Todo lo que allí pasa tiene importancia.

Cebada Gago.

Solo he toreado una en Algemesí y pude cortar oreja. Es lo que te he dicho, no miro si es de una o de otra, es la mejor. Igual que en Sevilla me dieron la de Partido de Resina y para mí era la mejor, aquí lo mismo.

¿Pensáis en la alternativa?

Siempre se tiene en la mente. Todos los soñamos, cuando llegue el momento y los apoderados digan. El animal y las tardes lo dirán. Llegar con ambiente y habiendo hechos cosas importantes de novillero es algo que buscamos. Desde que debuté con caballos llevo catorce festejos, necesito rodarme pero por mí la tomaría ya aunque no será así (risas). Debes rodarte y luego competir con figuras llegando preparado y con ambiente.

Por: Patrimonio Taurino