miércoles, 30 de noviembre de 2022

 EL POETA CORDOBÉS QUE FUE AMIGO DE GARCÍA LORCA,

JOSÉ MARÍA ALVARIÑO NAVARRO

ALVARIÑO

Nació en la primavera de 1911 y murió fusilado el 28 de Octubre de 1936.

Fue su esposa Amparo Pérez, de cuya unión nació José y Rafael (nacido al poco tiempo de ser fusilado el poeta). Su segundo hijo, - el que seguía a José - falleció muy pequeño a causa de una pulmonía, y Amparo pasó el trance de traer al mundo el tercero que nació sin vida, y por fin el cuarto alumbramiento: Rafael, hijo póstumo.

Fueron los padres de José María: José Alvariño Criado y Josefa Navarro Pozuelo.

CANCIONES MORENAS

Sus Canciones Morenas se editaron en octubre de 1935, como agasajo sentimental ofrecido por sus amigos. Fue la única publicación en forma de libro, que pudo poner en las estanterías.

Previamente a su ejecución estaba pergeñando otro volumen de poemas, que pensaba titular: EL CAMPESINO.

Gustaba de firmar sus trabajos uniendo José y María: “Josémaría Alvariño”.

Algunas fuentes indican, que en su trayectoria como escritor figura la posibilidad de que fuera coordinador literario de Eloy Vaquero.

Sí esta constatado que en el periódico La Voz, dirigía una página que se ocupaba de los poetas, sección que tituló de la misma manera: LOS POETAS.

Cerrada la cabecera de La Voz, pasó a trabaja en el periódico Azul, publicación que ya dependía de la FET y de las JONS.

Fue precisamente trabajando en este diario, cuando fue detenido y trasladado al Alcázar de los Reyes Cristianos, lugar donde entonces se encontraba la cárcel. Allí esperó su siniestro final.

Fue tipógrafo de oficio y poeta de sentimiento. A pesar de que le segaron la vida tan sumamente joven –veinticinco primaveras- nos legó unas composiciones inolvidables, en las que empeñó el alma:


“Siete revueltas tenía

la calleja de tu calle

ni la luna nos veía

en cada una, quién sabe

los besos que sonarían.”


Y admirándole y queriéndole, sus amigos le regalaron la realización de CANCIONES , MORENAS, obsequio que consta en las frases que se leen al inicio del mismo:


ALVARIÑO Y COMPAÑEROS 

“Los amigos de José María Alvariño, han querido reunir una selección de delicadas flores –arrancadas del fecundo jardín de la inspiración- para ofrendarlas en lozano “bouquet” a este joven poeta.

Alvariño, rindiendo culto a una amistad de años, nos ha dedicado cariñosamente un ejemplar de sus Canciones Morenas, ese libro que parece hecho a jirones de su propia vida”.


Canciones Morenas

Fue un poeta muy sensible y enamorado fogosamente de Córdoba, de sus costumbres, de sus patios y de sus guapas mujeres, sin duda las admiró como flores auténticas. Los versos que siguen, sirven de pincelada para comprender lo que él sentía y como lo sentía…

“Los crisantemos celestes,

celestes los pensamientos,

laboran las gitanillas

su corona de recuerdos.

Amigas que le rezaban

al santo Julio Romero;

Milagroso de pinceles

que la pintes en tu cielo.

Es Tránsito la gitana,

novia de nuestro coplero.

¡Noche, que noche aquella,

barrio del Alcázar Viejo!

Por la Puerta de Sevilla

Llorábamos los mozuelos…”

UN AMIGO MUY ESPECIAL

Es obvio que a Lorca le caía muy bien José María y éste a su vez admiraba profundamente a Federico. Hasta tal punto, que la poesía del cordobés se percibe influida por la arquitectura literaria lorquiana.



Manuel Carreño escribió sus memorias tabernarias en el diario Córdoba y refiere con todo lujo de detalles, la estancia de Federico García Lorca en Córdoba. Se reunió con varios amigos –entre ellos naturalmente Alvariño- para disfrutar de la Semana Santa y en concreto admirar el paso de la Virgen de las Angustias. Nos imaginamos al grupo aguardando pacientemente en la taberna de “Las Beatillas”, la hora propicia. En cuanto a la fecha que figura en el trabajo de Carreño (Marzo de 1935) cabe la posibilidad de que no sea la correcta, por cuanto en distintas biografías dan por sentado que en la misma fecha se encontraba en Sevilla. Por ejemplo Ramos Espejo en su libro: “García Lorca en Córdoba”, suscribe y entiende que Carreño pudo incurrir en el error de suponer que era el 35 y realmente ocurrió en el 36. Otro historiador de la categoría de Gibson, sitúa a Lorca en la Semana Santa de Sevilla también en el 35. Nos inclinamos a pensar que efectivamente la estancia del granadino en nuestra ciudad, se produjo el 10 de Marzo de 1936, día en el que hizo estación de penitencia la hermandad de la Virgen de las Angustias. Sabemos por su biógrafo que los días 7 y 8 de Marzo de 1936 se encontraba en San Sebastián. Los siguientes 9 y 10 están en blanco, lo que apunta en positivo a que la fecha precisa sea la mencionada del 10 de Marzo.



UNA CURIOSIDAD

Es probable, aunque no existen documentos que lo avalen, que aparte de su localización en Las Beatillas, pudo haber mantenido reuniones en la taberna de la Sociedad de Plateros de la plaza de Séneca, sede de la histórica peña de Los Legítimos, entidad cultural fundada por Julio Romero de Torres, a la que acudían casi con toda seguridad, Alvariño, Pedro de Vegas, Lorca, ...

Romance sencillo de la Piconerita

José María Alvariño compuso un precioso romance, del que transcribimos parcialmente:

…Triste está la piconera

no sé porqué se casó.

La piconerita guapa

no sabe lo que es amor…

Su marido va a la sierra,

le hace de encina el carbón

y si viene, en la taberna

bebe vino al alimón.

Yo siempre la miro, miro,

Y ella por fin me miró.

Juan Morales Rojas, poeta cordobés, le recordó en unos inspirados versos:

“…Por las tabernas del barrio,

barrio del Alcázar Viejo,

lloró el poeta Alvariño

“llorábamos los mozuelos”.

Por la Puerta de Sevilla

nevó un ángel crisantemos;

pero yo me dejé atrás

A Tránsito y a su entierro.

José María Alvariño

lloraba detrás del féretro.

La juventud se achicaba

Porque la llamaba el tiempo.

¡Anda ya, José María;

acaba pronto tu entierro

que en el callejón de Adarve

no te hará sombra tu cuerpo”.

Simpatizaba con el Partido Comunista sin ser militante, aunque sí contribuía económicamente a la agrupación Socorro Rojo.

Entre sus amigos más cercanos, se encontraban Manolo Carreño, Lorca, Francisco Valverde, Antonio Ortiz Villatoro, Antonio Gracia y Juan Bernier.

Han pasado muchos años de la muerte del poeta, y a pesar del tiempo transcurrido, se le sigue recordando.

Sin duda pudo ser algo sobresaliente si la vida, o mejor, la crueldad de ciertos pasajes de nuestra historia, no hubiera cercenado tan brillante futuro literario.

FUENTES DOCUMENTALES:

Juan Pérez Cubillo

Familiares del poeta.


Francisco Bravo Antibón


Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

martes, 29 de noviembre de 2022

 

José Santiago 'Beethoven', músico de Córdoba: «Seguiré tocando la guitarra hasta el final»

ENTREVISTA

El guitarrista, fundado de La Banda Sureña, lleva casi 60 años en los escenarios y ha recorrido casi toda España actuando en ferias y verbenas


José Santiago, en su sala de ensayos ÁLVARO CARMONA

14/08/2022 a las 00:30h.

El señor que tienen en la imagen es memoria viva de la historia musical de Córdoba. No ha abierto telediarios ni ha vendido millones de discos. Pero ha sido maestro de maestros y es el único superviviente que ha logrado resistir casi 60 años encima del escenario de forma ininterrumpida. Empezó con la bandurria y se matriculó en el Conservatorio para estudiar violín. Hasta que un día encendió la tele, descubrió a Elvis, se rindió ante los Beatles y sucumbió al talento de Eric Clapton. Compró su primera guitarra eléctrica a plazos por 1.500 pesetas. Y se subió por primera vez a un escenario en Villaviciosa. Tenía 16 años. Desde entonces, su vida ha sido un carrusel de conciertos, ferias, verbenas, discotecas, bandas, orquestas y miles de kilómetros de carretera. Su biografía es la biografía de la Córdoba de los guateques en aquellos años irrepetibles de los sesenta. Con ustedes, José Santiago «Beethoven».

-Usted es arqueología del rock cordobés.

-Soy el más antiguo de los que quedan en activo. Hace seis años que lo dejé profesionalmente y ya lo llevo en plan informal con mi grupo Guateque. Empecé en el 63 o 64 y llevo 60 años ininterrumpidamente viviendo de la música.

La sala de ensayo que aún conserva a tiro de piedra de Carlos III es todo un museo de arqueología de la música pop. Las paredes siguen empapeladas de carteles de conciertos avejentados y roídos por el tiempo. Hay verdaderas joyas en papel de los años sesenta y setenta. Beethoven adquirió el local en 1977. Hace exactamente 45 años. Y ahí permanece intacto como un santuario del rock y de su propia trayectoria profesional.

A los 18 años, José Santiago «Beethoven» (Córdoba, 1948) dejó definitivamente la platería y se enroló en el grupo Las Manos. En octubre de 1969, metieron todos los instrumentos en una furgoneta y se fueron a Madrid a «triunfar». Eran los años en que Los Brincos y Los Pekenikes hacían furor en una generación a punto del despegue. De la capital de España se fueron a Bilbao. «Estaba muy bien pagado y había trabajo para todos los días», rememora «Beethoven» sentado en una banqueta negra.

Se le cruzó la mili y se tuvo que venir para Córdoba, donde montó Flor y Nata. En 1972 y 1973 volvió al País Vasco atraído por las mejores condiciones económicas. Y allí contactó con el grupo granadino Pica Pica, que le ofreció tocar en la Costa del Sol, donde entonces vivía su novia. En el 74, regresó a Córdoba y se unió nuevamente a Flor y Nata. Entre medias, constituyó el grupo Trinidad. Y en 1980 fundó, junto a Paco Récord, la Banda Sureña, el proyecto más sólido de su longeva carrera.

«A mí me hacía toda la ilusión ser músico y famoso como los que veía en la tele»

José Santiago

Músico

-En la España de los sesenta, los pobres soñaban con ser toreros para escapar del hambre. ¿De qué querían escapar los músicos?

-A mí me hacía toda la ilusión ser músico y famoso como los que veía en la tele. Era la ilusión de mi vida. ¿No llegó aquello? Bueno. Con vivir de la música ya me conformo. Si hubiera llegado el éxito, bien, y, si no, también. La música ha sido lo mejor del mundo.

-¿Usted también quiso ser Jimi Hendrix?

-No. Yo lo imité como imitaba a los Cream, a Eric Clapton, a Pink Floyd o a Led Zeppelin. Y se trataba de imitarlos lo mejor posible.

-¿Ha tocado muchas canciones que no le gustaba tocar?

-Quizás alguna. A mí no me daba rabia tocar pasodobles como a muchos otros músicos. Si te mentalizas de que eres un músico comercial y de feria tienes que tocar lo que te pidan.

-Usted lo asumió.

-Totalmente.

-Sin frustración.

-Ninguna. Había que tocar el Kazachok, el Bimbó, King África, Ricky Martin, Bisbal y lo que hiciera falta. Todo lo que se vendía, ahí estábamos nosotros. Por suerte, ya lo he dejado porque el reguetón lo ha estropeado todo.

-Usted no puede con el reguetón.

-Imposible.

-Iba para violinista y se le cruzaron los Beatles. ¿Qué le debe a Lennon y McCartney?

-Mucho. Fue la ilusión que me hizo ir a los guateques. Se juntaban unos pocos con un picú y los Beatles era lo que más se ponía. Y Elvis.

-Dígame la canción de su vida.

-Me gustó mucho tocar «Samba pa ti», de Santana, que también fue un gran referente para mí. Y «Con su blanca palidez», de Procol Harum.

-Compró su primera guitarra, que le costó 1.500 pesetas, a plazos.

-Mi padre me ayudó y yo daba clases de guitarra ya a los niños. Cobraría dos o tres duros por clase.

-¿Cuántos bolos tiene en su calendario?

-Imposible saberlo. Miles y miles. Imagine: sesenta años a cien bolos al año.

-Se conoce España de memoria.

-Galicia es la única parte de España en que no he tocado.

«Beethoven» ha compartido cartel con bandas de primer nivel y artistas consagrados. La nómina es interminable. Desde Rita Pavone y Juan Pardo, hasta Lole y Manuel, Manzanita o Alberto Cortez. El rock urbano de los setenta arrolló al pop de los sesenta mientras que la movida se merendó poco después al rock urbano; y ahí estaba siempre «Beethoven» en cualquiera de sus marcas. Fueron años espléndidos. Plagados de conciertos junto a Leño, Obús, Barón Rojo, Bloque, Asfalto y tantas bandas inoxidables que hoy descansan en el Olimpo del rock nacional.

-¿Qué es el escenario para «Beethoven»?

-El salón de mi casa. Me sentía muy cómodo. Me fastidiaba más cuando tenías que compartirlo con gente famosa. Por ejemplo, con Mecano. No podías probar el equipo hasta que ellos terminaban porque no te dejaban poner nada en el escenario. Nunca hemos ido de figuras. Nosotros hemos ido de currantes.

-Y se han topado con algunos divos.

-Sí. También. Gente que se ha creído más de lo que son. No quiero decir nombres.

El músico posa para la entrevista delante de unos carteles antiguos ÁLVARO CARMONA

-Manuel Martínez, el vocalista de Medina Azahara, dijo de usted: «Es el padre musical de todos los rockeros de Córdoba». ¿Algo que añadir?

-Empecé muy pronto y he tenido bajo mis alas a muchos componentes. Antes que yo había otros y yo aprendí de ellos. Como, por ejemplo, Los Giovanes, Los Momias, Blue Ángel o Los Naipes.

-Medina Azahara se formó en 1979. La Banda Sureña en 1980. ¿Por qué no se subieron al tren del rock andaluz?

-Quizás porque no nos gustaba tanto. Nuestro cantante componía mucho pero iba más con otro tipo de música más pop, tipo movida madrileña. Éramos más rockeros y sinfónicos.

-¿La Banda Sureña ha sido más que una banda?

-Ha sido una gran banda durante 40 años. La que más años ha estado en Córdoba funcionando y la que más ha viajado.

-¿Qué feria le falta por conocer?

-La de Zuheros. En todas las demás, he repetido hasta cuarenta o cincuenta veces. Hemos tocado en ferias de Sevilla, Huelva, Granada, Cádiz o Jaén. Y en Badajoz hemos tocado en la mitad de los pueblos. ¡Y tiene más de 200!

-¿Reivindica la música de verbena?

-Sí. Hemos tocado en muchas verbenas, aunque se han perdido ya. Se promocionaba muy bien y los grupos tenían trabajo. Las peñas han desaparecido y el Ayuntamiento no apuesta ya por las verbenas.

-Mick Jagger. 79 años y nueva gira mundial. ¿Temeridad o milagro?

-Es casi un milagro. El hombre se ha cuidado mucho. Parece que está metido en alcohol. Y ahí está: corriendo, saltando y cantando. Como Paul McCartney. Increíble lo que hacen. Y da gusto verlos.

-¿Morirá en un escenario?

-Yo pienso estar tocando la guitarra hasta el final y mientras me dejen. Ya lo llevamos en plan informal y tocamos en cosas sociales.

-¿Qué ha sido la música para usted?

-Mi vida. Gracias a la música conocí a mi mujer en la verbena de San Pedro, en la Plaza de Aguayos. Mis hijos también han estado metidos en esto [su hijo Nacho es baterista de Medina Azahara]. Y mis cuñados. Y yo estoy muy orgulloso de haberme dedicado a la música.

-Nunca le tentó componer.

-Con La Banda Sureña, al principio, compusimos bastantes temas. Llega un momento en que tenías que tocar temas de otros para que la gente vaya a verte. Si no tienes un buen lanzamiento, ¿de qué te sirve tener veinte o treinta canciones guardadas en carpetas?

-¿Qué sueño se le ha quedado en el tintero?

-Mi meta era llegar donde he llegado y vivir de ello. En la música he conseguido lo que quería. Eso sí: nunca he tocado en el Festival de la Guitarra.

-Nunca es tarde.

-Pues ahí queda dicho para el organizador.

lunes, 28 de noviembre de 2022

 

Un músico en la Córdoba de los 70



Aurelio Amén es parte viva de la historia de la música en Córdoba. Guitarristade bandas como De Pie en la VidaConcentración o Flor y Nata, vuelca en estas páginas un eterno e incondicional amor por la música y por la vida, una crónica sin rodeos ni tapujos de cuanto ha vivido un obrero de la música.

Esta podría ser la historia de cualquiera de aquellos «insensatos» que decidieron consagrar su vida a la música profesional en los años setenta: músicos de los entonces llamados conjuntos que subsistían encadenando bailes, verbenas y ferias de pueblo en pueblo por carreteras mal asfaltadas con la amenaza de la Guardia Civil aguardando tras cada curva.

Un músico en la Córdoba de los 70 no es un libro de memorias. Es un retrato fielmente narrado y fotografiado de un mundo de gentes del mal vivir que amenizaba los bailes de una España gris. Pero estas páginas también rinden homenaje a compañeros de ensayo y escenario —José Santiago «Beethoven», Randy López, Manolo «el Mazorca» o Miguel Galán— y a quienes, como Manolo Posadillo, Rafael Ríos o «el Sifa», ya no están.

 CARLOS Y PACO CORPAS BROTONS

EN ALGUNAS BIOGRAFÍAS, CARLOS FIGURA COMO NACIDO EN CÓRDOBA...



Ambos nacidos en Barcelona, aunque algunas biografías ubican el nacimiento de Carlos y otras a Paco, en Córdoba... Y no es así, porque este dato he tenido la fortuna de consultarlo con el mismo Paco Corpas.

Según me contó en una entrevista telefónica, su padre aprovechó el trágico tirón de la muerte de Manolete, para significar en publicidad postal y en algunos carteles de becerristas de los hermanos, su procedencia cordobesa… siendo a Carlos al que citan con más frecuencia en las reseñas, como nacido en Córdoba. Pero lo cierto y verdad es que los dos hermanos nacieron en Barcelona.



POSTAL PUBLICITARIA CON LA NOTA

DE “LOS NIÑOS CORDOBESES”


CARLOS CORPAS BROTONS



Nació en Barcelona el 6 de enero de 1934. Hijo del banderillero Ramón Corpas Navarro, novillero primero y después banderillero.

Carlos Corpas, hijo de Ramón, lució su primer traje de luces en Arlés (Francia), el 7 de agosto de 1948. El 12 de julio de 1953 se presentó en la Monumental madrileña.

Toma la alternativa en Murcia el 18 de abril de 1954 de manos de Pedrés y de testigo Juan Montero. La confirma en Madrid el 1 de mayo de 1955 de manos de Rafael Ortega y testigo Juan Posada. Tras varias lesiones fue disminuyendo paulatinamente el número de actuaciones, hasta 1960 donde se aparta del ajetreo taurino como matador de toros, pero no del mundo del toro. Reaparece el 10 de septiembre de 1978 en Andújar junto a Paco Alcalde y López Heredia.

Fallece el día 1º de febrero de 2005.



PACO CORPAS BROTONS



Hermano de Carlos, nace también en Barcelona el 6 de julio de 1935.

Se ajustó su primer vestido de luces en Saint-Chamas (Francia) el 5 de septiembre de 1948. Debutó con caballos en Melilla, el 24 de mayo de 1951, haciendo el paseíllo acompañado de su hermano.

En la misma temporada, hace su presentación en Barcelona, el 28 de octubre.

Torea por primera vez en la Monumental de Madrid, el día 28 de abril de 1955, estoqueando reses de Martínez Elizondo, junto a Rafael Mariscal y Alfonso Merino. Estuvo muy en torero toda la tarde y cortó una oreja.

Toma la alternativa el 7 de julio de 1956 en Pamplona. El padrino Joselito Huerta le cede el toro Cantarillo de Ignacio Sánchez. Fue el testigo de la ceremonia Gregorio Lozano Sánchez Gregorio Sánchez.



Confirmó en Madrid el 12 de mayo de 1957 . De padrino, el mexicano Antonio Velázquez Martínez y de testigo Juan Mejías Jiménez. Antonio Velázquez le cedió el toro Trotamundos de Clemente Tassara.

Tras veintitrés temporadas vistiendo el traje de luces, dieciséis de las cuales fueron de matador de toros, decidió colgar la montera… Fue un torero valiente, honesto y exquisito en el manejo de los trastos. Que sepa yo, es el único novillero de la época moderna, que en su presentación como novillero en Madrid, tuvo que dar la vuelta al ruedo antes de tomar la muleta, tras poner cuatro pares de banderillas. Esta gozosa situación se repitió en la temporada de 1964, pero ya como matador de toros. Al siguiente año de 1965 ocurrió igual en la Real Maestranza de Sevilla.

La última tarde tuvo lugar el 11 de abril de 1971 en Santisteban del Puerto (Jaén) con ganado de Francisco Marín. En esta ocasión doctoró al diestro Santos Mazzantini (Santos Perice Parrilla Mazzantini, de novillero El Santo) en presencia de Óscar Cruz.



ACREEDOR DEL PREMIO ESCALERA DEL ÉXITO

Al margen de la lidia, se le reconoce el logro de refundar la Asociación Benéfica de Auxilios Mutuos de Toreros, cuyo fundador y benefactor principal fue Ricardo Torres Bombita, Presidente Perpetuo de Honor.

Francisco Bravo Antibón


Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

Escalera del Éxito 254

 TERUEL


Alberto Lamelas, premiado en Teruel en un acto en el que se homenajeó a la familia Gracia Noguera




domingo 27 noviembre, 2022

Hizo entrega del galardón Héctor García, alcalde de la ciudad.

La Peña Taurina Celestino Martin de Escucha (Teruel) con Joaquín Latorre a la cabeza como presidente, hizo entrega de su trofeo al triunfador de la Feria del Ángel de Teruel al matador de toros Alberto Lamelas por su triunfo el pasado 9 de julio, donde compartió cartel con Roca Rey y Ginés Marín ante astados de la ganadería de Victoriano Del Río.

El torero estuvo acompañado por su apoderado Antonio Tejero. Hizo entrega del galardón Héctor García, alcalde de la ciudad.

En el acto, también se rindió un homenaje a la familia Gracia Noguera como empresarios de la plaza de toros de Teruel y fue premiado el novillero sin picadores Tomás González.

El acto fue dirigido por el periodista Salvador Ferrer Bayarri.

domingo, 27 de noviembre de 2022

 CONTRAMIRADAS

Randy López, músico: «No pasa de moda lo que nunca estuvo de moda»

El bajista Randy López posa para la entrevista a ABC Córoba VALERIO MERINO

Randy López pertenece a una generación de rockeros incombustibles. Pocos pueden presumir de haber militado en dos de las bandas más emblemáticas del rock andaluzMezquita y Medina Azahara. Pero ahí sigue. Imparable a sus 69 años. El bajista cordobés es memoria viva de un movimiento cultural, inconformista y rebelde, que se resiste a morir. Son las doce de la mañana y al otro lado del teléfono no dejan de llover anécdotas y aventuras excitantes de un tiempo irrepetible.

-¿El rock andaluz ha muerto?

-Ni mucho menos. Hay grupos nuevos como Sherish, Anairt o Aisha, que están pegando fuerte y sacando discos. Y también los que seguimos más antiguos. Yo, por ejemplo, acabo de montar un grupo nuevo, Mozárabe, para hacer versiones del rock andaluz. Y Medina Azahara sigue. Hay una vuelta a los orígenes. Y el rock andaluz es muy respetado.

Randy López nació en Tánger en 1953. Su padre era tramoyista del Teatro Cervantes cuando la ciudad marroquí era un enclave cosmopolita que irradiaba luz y diversidad en todo el Mediterráneo. A los 6 años regresó a Córdoba. Su primer contacto con la música fue a través de la escolanía del Colegio Cervantes. Con 15 años conoció a José Rafael García con quien montó el dúo Libra y Tauro. Fue el embrión de lo que dos años después cobró vida bajo el nombre de Expresión. El rock progresivo había irrumpido en España como un ciclón. «Teníamos referentes maravillosos: Cream, LedZeppelinDeep PurplePink Floyd. La música de los setenta es la que ha marcado el rock», afirma.

Y cuando estaban a punto de grabar su primer disco como Expresión, llegó el rock andaluz como una vendaval. Su productor, Mariscal Romero, levantó el teléfono y les sugirió que se subieran al carro, cambiaran el nombre de la banda y añadieran unos toques flamencos a su rock estridente. «Nosotros ya le dábamos un tinte arábigo a nuestra música», aclara Randy López. «Al principio, lo aceptamos un poco reticentes, pero luego vimos que fue un acierto». Había nacido Mezquita. Durante tres años, la banda recorrió media España bajo la bandera del rock andaluz, antes de que la movida diera un nuevo giro copernicano a la cultura musical y se llevara por delante los riff guitarreros, las melenas ingobernables y una forma de entender el mundo. De eso hace ya cuarenta años.

-¿Dónde hay más ADN de Randy López: en Mezquita o en Medina Azahara?

-Evidentemente en Mezquita. Nosotros nunca nos hemos separado. Aunque parezca mentira, solamente aparcamos el grupo. Somos una familia. Somos como hermanos. Estábamos muchas horas juntos. Vivíamos en el ensayo. Trabajábamos mucho. Empezábamos a las diez de la mañana, íbamos a comer a mediodía y seguíamos por la tarde todos los días. Yo he pasado con ellos más horas que con mi familia. Por eso hay más mío en Mezquita que en Medina Azahara, que también lo hay, porque compuse algunas de las canciones más famosas.

-¿Triana sigue de moda?

-Triana cada día está más de moda porque nunca estuvo de moda. Tú oyes a Pink Floyd o a Triana hoy día y te suena fresco. No pasa de moda lo que nunca estuvo de moda.

-Con Miguel Galán ha montado también una banda llamada Los Ex Medina. ¿Algún mensaje para alguien?

-No. Solamente que somos gente que estuvo en Medina Azahara, queremos tocar nuestros temas y hay gente que quiere oírlos. Nos juntamos para eso sin querer hacer la competencia ni muchísimos menos. Medina Azahara siguen tan felices haciendo giras, tocando y ganando mucho dinero. Nosotros somos un poquito más modestos. Tenemos un gran repertorio de temas que hemos compuesto nosotros.

-¿Quién es Randy López en el siglo XXI?

-Alguien que sabe mucho. He aprendido muchas cosas de la vida. De la política y de la música.

-¿Por ejemplo?

-Ahora me grabo mis propios discos en casa y voy con mi ordenador portátil al ensayo a grabarle guitarras a mis amigos para que completen el disco. Y he aprendido que la política no sirve para nada. Yo preferiría un consejo de ancianos y gente que gestionara sus órdenes. Hay que acabar con la política completamente. Son los que tienen arruinado al mundo.

-¿Qué queda de la generación del rock progresivo?

-Muchos músicos. Algunos están jubilados. Y toda esta gente a la que enseñamos una filosofía. Jimi Hendrix se subía al escenario y no había ensayado nada. Esa cultura de la improvisación se ha perdido casi completamente. Solo está en algunos grupos heavy y en los jóvenes que hacen rock progresivo.

-¿Los viejos rockeros andaluces nunca mueren?

-Espero que no. Yo pienso que antes de que me muera van a inventar algo para que nadie se muera.

-Su último disco se llama «Apocalipsis?» ¿De qué nos quiere avisar?

-De lo que está pasando en el mundo. De la economía, de las guerras, de la pandemia. Hice este disco en 2018 aunque salió en 2021. Las canciones miran al futuro. En el mundo están pasando cosas muy importantes que van a cambiar nuestras vidas.

«Hay una vuelta a los orígenes. La música de los años setenta es la que ha marcado el rock»

-¿Hacia dónde?

-Si hay una facción que gana, irá a peor. Pero si ganan los buenos iremos a mejor.

-¿Y quiénes son los buenos?

-¡Ah! Que cada uno lo vea. Yo no me puedo mojar en eso.

-Usted ha dicho: «Espero una revolución como la del 68». ¿Qué es lo que quiere derribar?

-El orden establecido. A eso que se llama democracia, que no es democracia. Y lo que algunos medios de comunicación están influyendo en la gente por medio del dinero. Me gustaría que volviera a pasar una revolución como la de mayo del 68 cuando los hippies acabaron con el sistema establecido, la guerra de Vietnam y una sociedad acomodada. Fue una generación revolucionaria que trajo muchos años de paz al mundo. La industria musical acabó con ellos. Se la comió y la acomodó. Llegaron los ochenta y se acabó el paraíso.

-¿Y qué le queda a usted de la filosofía hippy?

-Yo sigo siendo un viejo hippy. Por ejemplo, yo no tengo carné de conducir. Voy andando a todas partes. Y tengo el pelo largo, aunque eso realmente no es algo importante. En mi cerebro, la paz y el amor son muy importantes. Me gusta el amor libre, aunque no lo practico, porque estoy casado y con niños. Sigo conservando la cultura hippy.

-También ha dicho: «Nos encaminamos hacia la destrucción política de la cultura».

-Sí. Están acabando con la cultura a marchas forzadas. Coja una lista de éxitos de los setenta y una de ahora, donde solo hay reguetón y rap. En aquel tiempo, un número uno podía ser de Led Zeppelin, de Pink Floyd o de los Beatles. En la lectura y la pintura ha sido caótico. Han destruido los valores más importantes de la sociedad. No se da importancia a la calidad sino a lo que está de moda en el momento. Luego se usa y se tira. La cultura no es eso.

Tecnologías

-¿Usted tiene Spotify?

-Yo amo las tecnologías. Mi primer ordenador fue un Atari y ya hacía música hace treinta años. Hoy tengo cinco ordenadores, un estudio en casa y otro en el ensayo. Estoy al día de la informática musical y de internet, por supuesto.

-¿Tocar es vivir?

-Subirte al escenario es un chute de una droga muy poderosa que no te hace daño. Si tú mandas una señal al público y el público te la devuelve es como si te tomaras un par de cubatas de los buenos. Te pone a tono totalmente. Para mí, es importantísimo subirte a un escenario.

-¿Randy López morirá en el escenario?

-No creo ni que me vaya a morir.

-¿Qué epitafio le escribiría a Paco Rabadán [ex de Medina Azahara]?

-Amigo, descansa ya, y sigue haciendo tu música maravillosa.

-¿Qué se muere cuando se muere un músico como él?

-Se mueren un montón de recuerdos y que esos temas que componía tan bonitos ya nadie va a hacerlos.

-¿Qué le pide a 2023?

-Salud, música y paz para todo el mundo.