rafael reyes
en el monasterio de san pedro regalado
Bendición de los trastos
El monasterio de San Pedro Regalado, Patrón de los Toreros, situado en la localidad burgalesa de La Aguilera ha sido testigo esta mañana de la renovación de una tradición que se perdió en el año 1978, cuando La Aguilera pasó a incorporarse al término de Aranda de Duero. En esta ocasión, y promovidos e impulsados por la Fundación El Juli, representada en el acto por su padre, Julián López y un Comité creado al efecto, un numeroso grupo de toreros, novilleros y subalternos han colocado las muletas y capotes en el altar a los pies del santo protector para que el sacerdote franciscano, en un breve rito, les bendijera y deseara para ellos y todos los asistentes salud y bienestar, además de pedir que la Fiesta no se pierda "por el desprecio de unos pocos". Recordó a los toreros antiguos no presentes, algunos de ellos fallecidos y otros simbólicamente representados, como es el caso de Rafael Pedrosa, decano de los toreros burgaleses y cuyo capote de paseo presidía la ceremonia. A continuación la arquitecta encargada del proyecto de rehabilitación del monasterio dio pormenores de las obras que hay que acometer, por un valor estimado de 500.000 euros Por parte del comité organizador se insistión en que los principales objetivos de esta iniciativa eran retomar esta iniciativa de la bendición de los trastos, así como recabar dinero con la venta de medallas del santo y la realización d eun festival benéfico anual.
Pero el plato fuerte llegó después del acto en la iglesia, y fue cuando más de doscientas monjas y novicias de clausura recibieron a la comitiva de toreros, ganaderos, empresarios y autoridades y respondieron a sus preguntas, formulando ellas a su vez algunas, en su interés de querer conocer más cosas sobre los toreros. A pesar de que alguna de ellas manifestó ser de familia taurina, quisieron saber más sobre las ilusiones y el modo de vida de los matadores, representados por David Luguillano, José Ignacio Ramos, Mariano Jiménez, Joselillo, Luis Miguel Encabo, Morenito de Aranda, Juan Diego, Miguel Ángel Sánchez, Juan del Álamo, el rejoneador Oscar Borjas y un nutrido grupo de alumnos de la Escuela Taurina de Arganda del Rey, Fundación El Juli y otros llegados de más partes de España. Incluso un alumno de la Escuela mostró a las presentes cómo se ejecuta una verónica, eso sí, ¡con un capote de una de ellas! Y la sorpresa final llegó cuando las monjas se arrancaron con la Salve Rociera y tres de ellas salieron a bailar enfrente de los matadores.
Pero el plato fuerte llegó después del acto en la iglesia, y fue cuando más de doscientas monjas y novicias de clausura recibieron a la comitiva de toreros, ganaderos, empresarios y autoridades y respondieron a sus preguntas, formulando ellas a su vez algunas, en su interés de querer conocer más cosas sobre los toreros. A pesar de que alguna de ellas manifestó ser de familia taurina, quisieron saber más sobre las ilusiones y el modo de vida de los matadores, representados por David Luguillano, José Ignacio Ramos, Mariano Jiménez, Joselillo, Luis Miguel Encabo, Morenito de Aranda, Juan Diego, Miguel Ángel Sánchez, Juan del Álamo, el rejoneador Oscar Borjas y un nutrido grupo de alumnos de la Escuela Taurina de Arganda del Rey, Fundación El Juli y otros llegados de más partes de España. Incluso un alumno de la Escuela mostró a las presentes cómo se ejecuta una verónica, eso sí, ¡con un capote de una de ellas! Y la sorpresa final llegó cuando las monjas se arrancaron con la Salve Rociera y tres de ellas salieron a bailar enfrente de los matadores.
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