martes, 10 de febrero de 2015

Fermín Bohórquez: “La crisis de la ganadería no está en los encastes, está en los ganaderos”

bohorquezcasadeltoreo1La ganadería de Fermín Bohórquez fue protagonista ayer de la cuarta sesión de las jornadas sobre “Los Fundamentos del Toro”, organizadas por la Casa del Toreo. La mesa estuvo compuesta por el ganadero, Fermín Bohórquez, Alfonso Ordóñez, en representación de su hermano, Antonio Ordóñez, quien lidió en numerosas ocasiones ganado de Murube, el veterinario José Luis Prieto, el diestro José María Montilla y  el director de las jornadas, Antonio Portillo.
Portillo comenzó la charla con los antecedentes de la ganadería. Así, contó cómo en 1917 Tomasa Escribano, viuda de Joaquín Murube, le transfiere la ganadería a Juan Manuel Urquijo y Usía, que la anuncia a nombre de su esposa Carmen de Federico. En 1940, don Luis Vallejo Alba crea una ganadería con vacas y dos sementales de doña Carmen de Federico, que en 1946 es adquirida por don Fermín Bohórquez Gómez, que varía el hierro en 1951 por el que se utiliza actualmente. Destacó también Portillo de este encaste, al toro “Caramelo”, el más famoso del siglo XIX, que midió sus fuerzas en un espectáculo frente a un león y un tigre, venciendo a ambos, para después ser lidiado hasta en tres ocasiones en una plaza, ganándose el indulto dos de ellas.
El veterinario José Luis Prieto describió al toro de Bohórquez como hipermétrico, es decir, de mucho volumen y peso, con facilidad para alcanzar los 600 kg. Muy enmorrillado, de patas largas y fuertes. De línea dorso lumbar algo ensillada. Badanudos y profundos de tórax. Con rizos en la frente. De cabeza grande con dos tipos diferenciados: los de la línea de Arias de Saavedra, de cabeza más alargada, estrechos de sienes y de morro afilado. Y los de Picavea de Lesaca, de sienes más anchas, cara gruesa y morro más ancho y chato. Su encornadura no es de mucha longitud. Suelen ser abrochados y un tanto bizcos. Su capa fundamentalmente es negra, tanto mulata como zahina. En cuanto a su comportamiento, Prieto Garrido destacó como el temple, la suavidad y el galope constante hacen únicos a estos animales.
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En su turno de palabra, Fermín Bohórquez se describió como un ganadero torerista, ya que para él “el torero es quien mejor ve al toro, piensa de manera distinta al mejor aficionado porque desarrolla un instinto diferente. Piensa en él antes y después de la corrida, en su comportamiento, y relaciona un toro con otro”. Para él, el torero no tiene la culpa que otros le achacan en la ausencia de diversidad de encastes en las plazas “El torero torea lo que le sirve. La crisis de la ganadería actual no está en los encastes, está en los ganaderos. No creo en encastes, creo en ganaderías con personalidad. En mi ganadería tengo el toro que sueño en mi cabeza. Puede no estar de moda, pero es en el que creo. La prensa tiene mucho poder y me ha criticado, pero yo sé qué toro quiero. Tener personalidad es creer y defender esa idea.
Fermín Bohórquez explicó su idea. Para él, el toro bravo no galopa. “Está de moda el toro con movilidad. Lo puedes acompañar pero no torear. Al toro bravo lo tienes que reducir. Hoy se torea sin poderle. El toro se tiene que definir pronto e ir metido en los trastos, eso es la bravura. El bueno embiste despacio. A mí me gusta ese tipo de toro y es el que yo sueño”. Sobre la casta del toro, afirmó que “bravura es entrega. Y la entrega no es fiereza. Y expuso también sus impresiones sobre la “toreabilidad” y la actual falta de emoción en la lidia: Ahora los toreros tienen muchos vicios de manejo con el toro porque torean 50 toros a puerta cerrada y otras tantas vacas. Y como hay esa técnica, no te da sensación de peligro. Ahora dicen que se torea mejor que nunca, pero no tienes esa sensación de peligro que había antes. José Tomás ha venido a torear a mi casa y siempre traía una ambulancia y un helicóptero. Yo le insistía en si le merecía la pena ese despliegue y me decía ‘es que si no, no sirve para nada. Yo me tengo que poner dónde me tengo que poner'”.
Alfonso Ordóñez, en su intervención, contrastó que la defensa de Bohórquez de una ganadería con personalidad y su sentido de responsabilidad le vienen de familia ya que“su abuelo era exigente al máximo con la ganadería. Y el primero que se tenía que quedar siempre satisfecho era él”.
Cerró por último la sesión José María Montilla, poniendo en valor la concepción torerista del ganadero, que posibilita la “alquimia de bravura y nobleza” de su hierro.
La próxima sesión tendrá lugar el lunes 23 de febrero a las 19h., dedicada a la rama Santacoloma de la casta Vistahermosa. El ganadero invitado en esta ocasión será Álvaro Martínez Conradi quien disertará sobre la ganadería de La Quinta. Aún no se ha definido el torero invitado para la ocasión, ya que en principio estaba previsto que la siguiente sesión versara sobre el encaste Cabrera, con la mítica ganadería de Miura como protagonista.
Laura Ruiz :Puerta los Califas
Fotos: Cuevas

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