- MUERE EN CÓRDOBA ALFONSO GONZÁLEZ OLMO “CHIQUILÍN”
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- “Chiquilín” llevaba en su sangre el orgullo de toda una raza torera; bisnieto de María Manuela Molina Sánchez, hermana de Rafael Molina Sánchez “Lagartijo el Grande”, y descendiente de otra dinastía torera cordobesa: la de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, pues María Manuela estaba casada con Rafael González Rodríguez (Administrador de “Lagartijo”), hijo de Rafaela Rodríguez Rodríguez, hermana carnal del legendario José Dámaso Rodríguez y Rodríguez “Pepete I”.
- Alfonso “Chiquilín” era hijo y nieto de notables banderilleros, que usaron dicho alias, haciéndolo popular, pues su abuelo paterno, Francisco González Molina (Casado con una hija de Juan “el de los Gallos”) fue banderillero de “Joselito el Gallo”, y un hijo de Francisco, Rafael González Rodríguez, banderillero que llevó también el apodo “Chiquilín”, fue el progenitor de Alfonso.
- Había nacido en Córdoba, el 27 de febrero de 1933 e hizo su presentación en la plaza de su tierra en una novillada sin picadores celebrada el 9 de abril de 1950, alternando con Rafael Sánchez Saco y Antonio de la Haba «Zurito» (hijo), en la lidia de ganado de Ángel Rodríguez. En la misma plaza se presentó en novillada con picadores, el 5 de julio de 1953, festejo organizado por la Asociación de la Prensa, con novillos de la Viuda de Calderón (Veragua), de compañeros: Antonio Espejo y Manuel Benayas. Al triunfo conseguido en este su debut le siguieron otros clamorosos éxitos en su tierra natal y en otros cosos de la provincia y resto de España. Por su arte personalísimo, se nos figuraba que «Chiquilín» podría cuajar en uno de los puntales sólidos de la torería cordobesa. En Madrid se presentó como novillero el 2 de octubre de 1955, acompañado de Fermín Murillo y Curro Lara. Los astados fueron de Francisco Salas. Antonio Ordóñez le doctoró en Cabra (Córdoba), el 8 de septiembre de 1958, en presencia de «Chamaco», cediéndole el toro llamado «Campanero», número 50, jabonero, de don Álvaro Domecq. Confirmó en Madrid el 29 de marzo de 1959, con ganado de Flores Albarrán y de compañeros Marcos de Celis y Juan Antonio Romero. Se llamaba el toro de la cesión «Pies de gamo», número 134, negro. Tal vez de caer en manos de “Camará”, como pretendió el popular apoderado, otra suerte hubiera corrido este genial artista cordobés. Pero el destino es así: cuando el que fue descubridor de tantos valores manifestó su intención, ya su padre, Rafael González, entonces banderillero a las órdenes de “Calerito”, había comprometido sus intereses con Diego Martínez, apoderado del gran torero de Villaviciosa (Córdoba).
- Decayó el joven «Chiquilín» profesionalmente, ante la no acertada gestión de su representante, con la paralela decepción de los muchos aficionados que en él depositaron sus esperanzas, y así, en Muro (Mallorca), donde dio la alternativa a José Núñez, en presencia de «Sanluqueño», vino la desgracia: sufrió dos gravísimas cornadas en el muslo derecho, con rotura de fémur de las que se temió por su vida, por la que le fueron administrados los sacramentos. Tampoco escapó ileso «Sanluqueño», el mismo toro, que ya había matado en el campo a un hermano de vacada, mató al caballo del picador “Carbonero”, e infirió dos cornadas a «Sanluqueño», una de ellas en el pecho de pronostico gravísimo. Trasladados al sanatorio de Palma de Mallorca, se encontraron con una nueva desgracia: a sala contigua llegó cadáver el rejoneador D. Salvador Guardiola, que perdió la vida por la caída del caballo al día siguiente en el Coliseo Balear. Contaba Alfonso: -oía llorar en la habitación de al lado y yo pensaba que era mi familia por mí-
- De aquel percance, «Chiquilín» ya no levantó cabeza, produciéndose su retirada en 1961, como matador de toros.
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- Descanse en paz Alfonso por quien expresamos desde aquí nuestro profundo pesar a familiares y amigos.
- Domingo Echevarría Echevarría
Vicepresidente Federación Taurina de Córdoba.
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