Una minoría perseguida
Por Antonio Rodríguez, socio del Círculo Taurino de Córdoba
Ayer se celebró una sesión más de “Los Jueves del Taurino de Córdoba”. A ella compareció el matador de toros y actual concejal del PP en el Ayuntamiento de Córdoba. José Luis Moreno.
Debo reconocer que me sorprendió gratamente su intervención por dos motivos fundamentales: su capacidad de discurso y sus ideas claras sobre cómo se tiene que articular la defensa del mundo de los toros.
No quiso el torero cordobés centrar su intervención en el triste ataque a la fiesta perpetrado pocos días antes en el Ayuntamiento de Córdoba, hecho que le honra. Más allá de la referencia al lamentable espectáculo político, describió con certeza la realidad actual del mundo taurino y expuso su opinión sobre cómo creía que se debía actuar para invertir tal realidad.
Una “minoría perseguida”: así describió a este mundo de los toros. Sin presencia de los medios de comunicación, echados del más importante (la televisión), con escasa presencia en las redes sociales, divididos, atacados en nuestra libertad de asistir a un espectáculo que “por ahora” es legal y reconocido como Bien de Interés Cultural. “Hay que salir del armario” y volver a conquistar la calle, defendió el maestro.
Y sí, así es, debemos de trabajar para que de nuevo la sociedad conozca y reconozca los valores medioambientales, ecológicos, sociales, económicos, culturales e históricos de este mundo taurino como algo bueno para sí misma, que la hace mejor y la enriquece. La lucha es la de volver a conseguir que el mundo de los toros sea querido, respetado y defendido por la gran mayoría, no en su condición de aficionados, sino porque es algo que contribuye con sus valores a construir una mejor sociedad.
Y en esa línea de trabajo el maestro de Dos Torres tiene claro qué hacer y cómo hacerlo. Hay que crear estructuras sólidas y permanentes de defensa de la fiesta de los toros. Entidades que promuevan la presencia de la tauromaquia en la realidad diaria cordobesa; que integre a los colectivos e instituciones que defiendan nuestra fiesta y que sean tenidas en cuenta por los que toman las decisiones a la hora de programar la actividad turística, económica o cultural de una ciudad.
Intentar que el toro vuelva a estar presente transversalmente en el día a día de la ciudad: en cualquier programa de ocio de un ayuntamiento, en la publicidad turística de una provincia, en la investigación de la Universidad, en el desarrollo económico del sector agrícola, en una exposición, en un bar o restaurante, en la calle…
¿Cómo hacerlo? Integrando en una misma organización a colectivos como los agrícola-ganadero, educativos, de hostelería, de aficionados, de profesionales del toro, de todos los que quieran y necesiten la promoción de los toros porque les beneficia.
Y no nos engañemos. Para defender cualquier realidad social que cuenta con sus detractores son necesarios tres requisitos básicos: tiempo, dinero y gestión profesional. No podemos seguir dependiendo de la voluntad firme, pero limitada, de los aficionados; todos tenemos muchas ganas pero poco tiempo fuera de nuestras obligaciones profesionales. Tampoco se les puede pedir a los sectores profesionales taurinos una defensa integral de la fiesta, pues siempre tendrán su visión parcial de los problemas.
Para todo ello, la herramienta jurídica está inventada: una fundación en la que cada colectivo esté representado en un patrono de la misma. Y desde allí, coordinar y gestionar profesionalmente y en interés común el dinero que todos aportemos para la defensa de nuestra tauromaquia. La recién constituida Plataforma cordobesa para la defensa de la tauromaquia podría seguir este camino.
Y esta idea no tiene por qué ser incompatible con la recientemente constituida “Fundación del Toro”, que ojalá tenga acierto en su nueva andadura. Esta Fundación creada a nivel nacional puede tener su hermano pequeño en todas y cada una de las provincias de España. No es una propuesta excluyente, sino estructurada y delimitada en sus competencias. La primera para resolver los conflictos nacionales y asesorar a las demás, que deben defender al toro bravo desde la cercanía de su propia realidad.
Este planteamiento es solo una posibilidad. Seguro que hay muchas más.
Gracias a José Luis Moreno y al Círculo Taurino de Córdoba por organizar este foro de debate en defensa de la fiesta de los toros. ¡Así PODEMOS!
#CordobaesTaurina
Foto: José Luis Cuevas
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