martes, 20 de diciembre de 2016

Manolete. La culminación de un sueño (VIII) De Guerrita a Manolete (8ª parte)
Por Jose Morente


Manolete (Una de sus fotografías mas difundidas. Realizada por Manuel H. en 1945 en la Plaza Santamaría de Bogotá)

Después de un largo y arduo periplo (no tan largo ni tan arduo como el que tuvieron que recorrer los toreros en las plazas), hemos arribado al final de nuestra historia. La historia de la creación del toreo en redondo.

Una historia que comenzaba incluso antes del Guerra, con ese ideal de los toreros decimonónicos de engazar tres naturales seguidos. Lo que ellos llamaron el pase en redondo.

Guerrita no tuvo empacho en ponerse de perfil (en la verónica y en el natural) retrasando la pierna de salida, para conseguirlo pues comprendió bien pronto que la verdad del toreo está en el corazón del torerono en una pierna más o menos adelantada.

Lo que, en Guerrita y en los toreros del XIX, fue proeza extraordinaria, Joselito lo convirtió en moneda habitual. Su pase en redondo, sus tres naturales ligados en serie (tres o cuatro o cinco o seis...), se convirtió en pieza fundamental y habitual de muchas de sus faenas. Ahí están las hemerotecas para quien de verdad quiera conocer la historia verdadera del toreo.

En 1928, Chicuelo levantó en Madrid (como antes había hecho en otras plazas españolas y mexicanas) un monumento al pase natural en series. Ante el toro Corchaíto de Graciliano Pérez Tabernero, el torero de la Alameda desgranó un natural tras otro. Después de él, los públicos se negaron a degustar otra cosa que no fuera paladear el manjar más selecto del toreo.

Con Manolete... ¡con Manolete hay que hacer punto y aparte pues el torero de Córdoba acabó con el cuadro!

Denostado y ninguneado por la afición más mezquina y sectaria, Manuel Rodríguez Manolete cambió el rumbo del toreo al imponer en las plazas, por siempre y para siempre, el toreo que soñaron los toreros que le precedieron.

A Manolete se le critica abiertamente o, en el mejor de los casos, se le acepta por su personalidad y su valor, pero criticando su forma de torear y la herencia que ha dejado. Eso es un error.

Manolete no es el torero que pervierte las normas clásicas, ni el que rompe con el canon clásico como de él han dicho. Por el contrario Manolete es el torero clásico y puro que culmina el sueño del toreo en redondo tomando como referentes a Guerrita, Joselito y Chicuelo

Manolete consigue torear en redondo todas las tardes, en todas las plazas y con todos los toros. Y hace de ese toreo en redondo la base de su toreo, el eje de su faena. Una faena que luego se convertiría en modelo de la faena moderna.

A partir de Manolete, todos los toreros tendrán ya que torear siguiendo su modo de torear. 

Manolete ya no puede volver a los ruedos pues le mató un toro de Miura en la plaza de Linares, pero hoy tenemos toreros tan importantes como él (estoy pensando en José Tomás) que torean siguiendo su herencia y tenemos también un toro mucho más importante que el toro de su época. 

Lo único que falla, lo único que hoy nos falta es que vuelva a las plazas un público como el público de la época de Manolete

Un público que sea capaz de entusiasmarse con el buen toreo de ahora tanto como el público de ayer se emocionaba con el grandioso toreo que, en las plazas, hacía Manuel Rodriguez Manolete.





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