Torrente de embestidas de los jandillas de Ricardo Gallardo, ganadero cordobés.
Desde el primero que aparece en el video, bravo, repetidor y nobilísimo, la novillada fue como las que salían hace cincuenta años y propiciaban el corte de una docena de trofeos.
Qué manera de colocar la cara abajo, qué forma de seguir la muleta con la vista a la salida del muletazo, buscando ellos solos el cite, qué galope uniforme desde el comienzo de la faena.
Esto, respecto a lo que hicieron los novillos. Ahora voy con lo que no hicieron: no se rajaron, no escarbaron, no se descolgaron y ni siquiera abrieron la boca. Fueron de esos toros que disfrutan embistiendo lo mismo que un torero disfruta toreando.
Lidiados en San Isidro a plaza llena, le hubieran dado la vuelta a dos de ellos y se la hubieran pedido a otro. Lástima que en un video tan torista como este no hayan grabado la suerte de varas.
Los novilleros Pablo Aguado, Leo Veladez (qué nombres de toreros. Antes oías una vez El Cordobés, Zurito o El Puri y no se te olvidaba en la vida) y Diego Carretero salieron como hay que salir en Madrid: a comerse el toro. Y no se cansaron de torear clásico y bien. Lo malo es que allí no saltaba la chispa, eso que tenían antes prácticamente todos los toreros cuando estaban a gusto.
En cuanto a la presentación del encierro, el último que aparece en el vídeo es un verdadero toro.
Esto me lleva a recordar que en la Época de Oro del Toreo, los años 60, lo que lidiaban Bienvenida, Ordóñez, Puerta, Camino, El Viti y todas las admiradas figuras de la época, incluido el Cordobés, era el actual novillo de Madrid. Y nadie, ni Corrochano, ni Cañabate, ni Zabala, pedía más toro.
Tuvieron los novillos de Fuente Ymbro más trapío, por ejemplo, que el famoso toro blanco de Antoñete.
De presentación sobrada incluso para corrida de toros en algunas plazas de segunda, la novillada de Ricardo Gallardo fue de las que hacen torear a los aficionados desde el tendido.
Como dije en el título, los novillos de Fuente Ymbro pusieron Las Ventas boca abajo.
EL HOMBRE TRANQUILO
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