SALE A HOMBROS JUNTO CON MORENO
Ganado: Seis toros de Luis Terrón que sustituían a los anunciados de de Passanha. Bien presentados, todos rebasaron los 500 kilos, sosos, faltos de raza, y de distinto comportamiento.
Andy Cartagena: rejón de efecto fulminante (dos orejas) y rejón sin puntilla (dos orejas con petición de rabo).
Manuel Manzanares: pinchazo, rejón y cuatro descabellos (silencio) y rejón trasero y caído (oreja).
Manuel Moreno: tres pinchazos sin soltar y rejón sin puntilla (oreja con petición de la segunda) y dos rejones y dos descabellos (oreja).
Plaza: Menos de media entrada en tarde calurosa. La banda abandonó la plaza en el tercer toro para acompañar a la procesión.
Ladislao Rodríguez
Entretenido festejo de rejones con tres estilos diferentes de concebir el toreo a caballo. La veteranía de Andy Cartagena se impuso a los dos jóvenes compañeros de cartel con una superioridad aplastante, a pesar de que en su primero, al que lidió entre una nube de polvo que diluía la figura del caballero y del toro, no estuvo Cartagena a la altura de su rango en el escalafón. Se dejó tocar las cabalgadura en demasiadas ocasiones y abusó de los efectos circenses luciendo por el contrario la buena doma de sus caballos.
Es verdad que el toro era un marmolillo y le tuvo que permitir muchísimo para provocar la embestida. Realizó piruetas, quiebros andándole a paso español y sobre todo estuvo brillante con un par de banderillas a dos manos. El público, contagiado de la alegría del jinete pidió dos orejas que la presidencia, generosa, puso en sus manos. Diferente estuvo en el cuarto, un toro mas corretón, al que enceló con el caballo desde el primer rejón y al que toreó cosido a la grupa.
Andy estuvo a gran altura en este toro, tanto con las banderillas cortas como con los quiebros y los alardes de doma antes de clavar. El público siempre con él, solicitó el rabo que la presidencia consideró un premio excesivo.
Le acompañó en la salida a hombros Manuel Moreno, un joven valor que estuvo muy variado y acertado en su primer enemigo, un toro más alegre. Moreno conectó con el público desde el primer encuentro toreando en terrenos inverosímiles saliendo de los embroques muy pinturero. Quebró muy bien y clavó cortas al estribo. En el sexto, de 570 kilos de peso, pronto se quedó sin adversario, exigiéndole mucho al caballo para provocar las arrancadas. Alegre y acertado con banderillas y rejones, dejó un buen sabor. Aunque en este toro pudo estar mejor.
Manuel Manzanares se encontró con un primer enemigo aplomado muy tardo en las embestidas. No logró, a pesar de intentarlo, calentar al tendido porque no había colaboración. Colocó al quiebro y puso banderillas cortas haciéndolo todo el caballero. Salió su segundo enemigo con mas pies y a punto estuvo de tirarlo yendose apurado de los encuentros. En este toro, primó mas lo accesorio que lo fundamental. Aunque clavó tres cortas con precisión.
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