MANUEL RODRÍGUEZ REQUENA, CALIFA DE LA AMISTAD
Foto Ladis
La Tertulia Taurina El Castoreño del Real Círculo de la Amistad manifiesta su pesar por el fallecimiento del matador de toros Manuel Rodríguez Requena, que hacemos llegar con todo cariño a su esposa Carmen Poyato y resto de la familia, en la que bien podrían incluirse los toreros, ganaderos y taurinos cordobeses, los cuales lo consideraban, en expresión de Augusto Centeno "Califa de la Amistad", y de forma muy especial, la Manuel Benítez "El Cordobés". La primera vez que vi actuar a Manuel Rodríguez fue precisamente alternando con el Califa de Palma del Río, ambos aún sin caballos, en la Plaza de los Tejares en una novillada nocturna en la que ambos triunfaron. Manuel Rodríguez tenia una concepción honda del toreo, que quizá arrancara de las penalidades psdadas en su infancia en Lora del Río, las cuales me narró en un día de confidencias, como la de que quiso la casualidad que llegara a su poder una caja de polvorones cuando él tenía dieciséis años y no los había probado, y le gustaron tanto, que como ese día estaba de correrías taurinas, los compartió con otros compañeros maletillas, porque una de las virtudes de Manolo Rodríguez era la generosidad, que mantuvo hasta los últimos tiempos de su vida. Toreando, tenía Manuel Rodríguez una concepción honda del toreo, que quizá arrancara de la hondura de sus penalidades infantiles. El exigente crítico Antonio Díaz- Cañabate lo puso como ejemplo para toreros una tarde de Madrid en la que triunfó pese a sangrar por una cornada. Pero como el dinero no llegaba, el león que era Manolo ante el toro decidió rugir en otra dirección, emprendiendo con el mismo arrojo negocios relacionados con el campo, de forma que Manuel Rodríguez dejaba de ser torero y empezaba a ser empresario trabajando con la misma fiereza que había exhibido en los ruedos. Se enamoró y se casó con Carmen, con lo cual ya eran dos luchando al unísono. Pero como Manolo llevaba dentro el mundo del toro, regresó al mismo como ganadero, lidiandose las reses a nombre de su mujer Carmen Poyato. Era Manuel completamente feliz. Su sombrero casi de vaquero y su cigarro puro eran como la heráldica de la familia: no los soltaba ni para torear en el campo. Por eso lo retraté con dicha imagen en dos cuadros que le entregué cuando su íntimo Ladis ideo un homenaje a su trayectoria humana y profesional, que celebró El Castoreño en el Salón Liceo del Real Círculo de la Amistad, en el cual Manolo fue entrevistado por su nieta Laura, periodista. Desde entonces, mi amistad con Manolo fue creciendo. Un día, en un tentadero de Ramón Sánchez se sintió mal. Lo atendió Eugenio Arévalo. Pasaron los años, pero en los últimos empeoró hasta llegar al estado de estos últimos meses. Me avisó El Puri y fuimos a verlo a la Cruz Roja. En otra ocasión estuve con Fernando Sacromonte y esposa. Y otras veces, con Ladis. A partir de ahí, lo visitaba asiduamente cuando estaba hospitalizado en dicha clínica. Emociona recordar cómo lo cuidaba Carmen. A veces colaboraba con ella. Manuel, dependiendo del oxígeno, no mantenía conversaciones. Sólo me llamaba amigo.
Hoy lo hemos enterrado. El oficio religioso en la Capilla del tanatorio ha sido emocionante. Al concluir se ha escuchado el pasodoble de Manuel y su nieta Laura ha recitado un verso de Augusto Centeno y El Puri ha pronunciado las palabras de despedida en nombre de los toreros presentes. He estado con José María Montilla, El Cordobés, El Pireo y Ruben Cano, Fernando Tortosa, Rafael Gonzalez "Chiquilin", Antonio Tejero, el novillero de estirpe Bocanegra y otros más. Y con el presidente de los Califas Manuel Rodríguez Moyano, y presidentes de Peñas, como Rafael el de la de Montilla, destacando la presencia de Fernando Atenciano, presidente de la de Curro Romero de Écija. Jose Luis Cuevas Y muchos amigos y amigas, como Araceli, ganadera de El Capricho, consolando a Carmen, y con Rafael Jordano.
Después nos trasladamos a la Plaza de los Califas, y allí, a hombros de los toreros, Manolo Rodríguez ha cruzado el ruedo desde el Portón de Cuadrillas para salir por la Puerta que lleva el nombre de la Plaza. Lo hemos despedido como a un gran torero, y sospecho quien lo ha diseñado todo, porque entonces la cosa no tendría mérito.
Pero no quiero terminar escribiendo con tristeza de lo que ha sido una vida afortunada, porque Manuel ha triunfado en los ruedos, ha dejado muchos amigos, ha conocido el amor en la salud y el más verdadero, que es el que se manifiesta en la enfermedad, y ha vivido muchos años. Y por si fuera poco, Carmen le organizó una fiesta de despedida en su último cumpleaños para que tuviéramos todos un recuerdo alegre, asistiendo El Cordobés y Maria Ángeles, José María Montilla y Mary, El Puri, El Pireo, Fernando Tortosa y Fernando Sacromonte con sus respectivas esposas, Chiquilin y María José, Manuel Rodríguez Moyano, José el ganadero de El Madroñiz, Ladis y Ana, Rafael de la Peña de Montilla y su esposa, María José y Alfonso, Isabel y Santiago, Laura, Mariló... Los mismos de hoy, pero reunidos con la intención denque pudiéramos decirle a Manolo un adiós alegre y recordarte a ti, Carmen, no sólo desde la tristeza, sino también desde la alegría y felicidad.
Un beso para ti de tu amigo
José María Portillo Fabra, presidente de la Tertulia Taurina El Castoreño del Real Círculo de la Amistad
Jose Luis Cuevas, El Callejón Córdoba y la Córdoba Taurina y Diversa, da su pesar por el fallecimiento del matador de toros Manuel Rodríguez Requena, que hacemos llegar con todo cariño a su esposa Carmen Poyato y resto de la familia, compañeros y amigos.
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