MAESTRO FINO, ORGULLO DE CÓRDOBA
Andrés
Lorite
Maestro, no
le desvelo nada si le digo que soy aficionado taurino desde la infancia,
tampoco es una novedad para usted que le diga que he admirado siempre a una
figura del toreo que, sin duda, es irrepetible, una referencia del toreo
contemporáneo y un grande de todos los tiempos: "Finito de Córdoba".
Quizá, eso de sentirse "finitista" tiene mucho que ver con un
concepto de la lidia que se adentra en nuestra más pura esencia taurina, en una
forma de entender el arte del toreo al modo que siempre se concibió en nuestra
tierra y, por tanto, lleno de clasicismo, de finura, de pureza y de sobriedad.
Esa es la esencia que en usted está viva, que hace vibrar apasionadamente a la
afición y que todo lo inunda de ese arte puro. Pero, como usted sabe, en mi
caso no sólo tuvo influencia esa visión conceptual clásica de la tauromaquia,
sino que ésta estuvo acompañada por las palabras que aún resuenan en mi cabeza
de la persona más influyente y determinante en mi vida. En multitud de
ocasiones, tras aquellas tardes de toros en las que le habíamos visto
protagonizando ese toreo eterno, ese que sólo es suyo, ese tan personal, ese
que le hace único; mi madre me decía aquella frase que aseveraba el acierto que
suponía la denominación "Finito", pues no conocía un matador de toros
más fino ni más elegante que usted.
Maestro,
Córdoba entera conoce y admira la figura de "Finito de Córdoba", pero
son pocas personas las que han tenido la oportunidad de conocer a Juan Serrano
Pineda. Yo le agradezco a Dios que me haya permitido haber seguido la
trayectoria y admirar al personaje, pero más aún haber tratado a la persona de
cerca. Pero, ¿qué he podido apreciar en Juan, en la persona? Pues
características que sólo un gran ser humano alberga en su interior como pueden
ser la generosidad, la humildad, el trato delicado con los demás, la
sensibilidad, la contagiosa ilusión vital, la pasión en todo lo que se hace y algo
que le implica socialmente y le enraíza definitivamente con nuestra tierra: su
gran amor a Córdoba.
¡Toreo de
capote sin igual, tandas de naturales ejecutados de una manera sublime, esa
mano izquierda que con la muleta se convierte en prodigiosa, toreo califal, cuántos
momentos memorables, maestro Fino! Y en este punto llega usted a su máxima
madurez artística, al cenit de su carrera, justo cuando se cumplen 25 años de
su alternativa tomada en la Plaza de Toros de Los Califas aquella tarde del 23
de mayo de 1991. Su trayectoria de un cuarto de siglo como matador de toros se
convierte ahora en unas bodas de plata con Córdoba y con la tauromaquia, ya que
usted siempre ha aunado arte y cordobesía, llevando el nombre de Córdoba a gala
por todo el mundo indisolublemente unido a sus lecciones magistrales de cátedra
taurina. Por eso, maestro, por todo eso que le ha dado a Córdoba, esta ciudad
le debe un gran reconocimiento del cual usted es justo merecedor a todas luces.
Córdoba sueña con verle el próximo sábado 28 de mayo vestido de luces en nuestra catedral del toreo, en el gran templo taurino de Los Califas, para después de hacer su elegantísimo paseíllo lidiar a 6 toros en una corrida histórica. Encerrarse con 6 toros en el coso de su tierra es un gran regalo que usted le hace a Córdoba y su afición que éste pueblo sabrá agradecerle. Allí se dará cita su gente para sentir, para disfrutar y para homenajear su estética y su clasicismo torero.
Fotos: Jose Luis Cuevas
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