“CUANDO
TRIUNFAN LAS GANAS”
Priego
de Córdoba. 1 de septiembre de 2013.
En la historia del toreo,
cuando los empresarios eran aficionados de verdad porque casi todos ellos
sentían de una manera u otra, ese “gusanillo” que hace a los hombres del toro diferentes,
generosos y amantes de su profesión, las cosas eran de otra forma. Los
empresarios admiraban esa ilusión de los chavales que demostraban, con su valor
y entrega, las ganas de que su nombre figurara en los carteles de postín, les
daban la oportunidad de ganarse a ley su repetición y el figurar en ellos en
las mejores ferias. Esos empresarios bien llamados románticos, poco a poco han
ido desapareciendo, y el toreo se ha convertido en un negocio que, carente de
esa virtud, poco a poco, ha ido decayendo hasta llegar a la encrucijada en la
que hoy se encuentra.
Muchas han sido las
anécdotas que protagonizaron las ganas de ser torero. De entre ellas, viene a colación
la que protagonizó Miguel Báez “Litri”, cuando alguien de su entorno le dijo:
“a ver si hay suerte y hoy te embiste algún toro”. A lo que él contestó:
“bueno…, y si no, embestiré yo”.
Eso ocurrió el pasado día 1
de septiembre en Priego de Córdoba, en la corrida anunciada con toros de Manuel
Blázquez, para Andrés Luis Dorado, David Mora y Jiménez Fortes. Después de
muchas vicisitudes, se logró salvar el espectáculo con un encierro de Jodar y
Ruchena, para Dorado, Ambel Posada y Caro Gil.
No es la primera vez que
Andrés Luis Dorado ha demostrado que con voluntad, con ganas y el factor suerte
se cortan las orejas, porque los aficionados están ávidos de ver savia nueva,
en la que se muestren esas ganas de agradar, como si de un principiante se
tratara; “embistiendo cuando no lo hacen los toros”. Eso el público lo sabe
reconocer, lleva al triunfo y, al final, todos contentos, aunque el éxito
económico no sea el deseado. Esto último queda para los carteles de relumbrón,
con toritos a modo que si no embisten, tampoco lo hace el torero, y si el
público se enfada con él, encima, con toda desfachatez, declara en la prensa,
al día siguiente, “que ese público no sabe de toros”.
Lo curioso es que, al año
siguiente, vuelve a estar en los carteles de esa feria y el público se lo
vuelve a tragar con más de lo mismo. Así está esto y la solución es difícil mientras
la fiesta esté en manos de cuatro, que manejan todo a su antojo sin importarle
otra cosa que su interés económico.
La caída del cartel de Mora
y Fortes, junto a otros problemas surgidos, dieron lugar a que, al final, el
público no asistiera con la afluencia que normalmente lo hace en esta plaza.
Sólo se consiguió menos de la mitad de su aforo.
Los toros, cinqueños casi
todos, se movieron sin más, excepto el cuarto que dio más juego.
Dorado, a fuerza de lo
dicho, ante las condiciones del primero optó por el arrimón, acertó con la
espada después de un pinchazo y le arrancó una oreja a ley. En el segundo, que
dio el mejor juego del encierro pero que había que entenderlo, después de una
faena muy entregada, con ambas manos, cuidando su embestida con mando y temple,
consiguió una buena estocada entrando con muchas ganas, y tras el descabello, le
cortó las orejas, refundando el título de esta crónica: “cuando triunfan las
ganas”.
No brillaron precisamente
las ganas en Ambel Posada, pues el chaval se mostró toda la tarde bastante
desganado, echándole poca carne al asador. Después de algunos muletazos de buen
trazo, y estocada de rápido efecto consiguió una oreja en su primero. En el
segundo estuvo algo más empleado pero el toro no le dio más opción.
Cari Gil, pese a las pocas
condiciones de su lote, mostró muy buen corte de torero, sobre todo en su
primero, con el que estuvo muy firme con capote y muleta, calentando al
público, pero la espada le privó de trofeos. El público reconoció su labor y le
hizo saludar desde el tercio.
En el segundo, que se rajó
muy pronto, dando oleadas hacia las tablas, tampoco consiguió redondear y,
después de una estocada, hubo silencio.
Destacamos un buen par de
Tornay, y dos buenos quites de Arjona, ambos de la cuadrilla de Andrés Luis
Dorado.
Se guardó un minuto de
silencio por la muerte del Concejal José Moral Gutiérrez.
Domingo Echevarría
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