lunes, 6 de marzo de 2017




El 4 de julio se cumplirá un siglo del nacimiento de Manuel Rodríguez "Manolete", una efeméride que no va a pasar desapercibida en esta temporada. No necesitó el hijo de doña Angustia Sánchez de la tarde dramática de Linares para pasar a los grandes Anales del Toreo, que mucho antes ya había inscrito su nombre entre los muy elegidos. Y entre esos muchos hitos que entrelazas su paso por los ruedos, aquí hemos seleccionado cuatro tardes de especial significación. Se trata de su alternativa, su confirmación en Madrid, la tarde de Sevilla en 1941 cuando cortó un rabo y la faena al sobrero por nombre "Ratón", la que muchos consideran la más completa de cuantas realizó.


El próximo 4 de julio se cumplirán cien años del nacimiento de Manuel Rodríguez Sánchez, “Manolete”, una de las principales figuras que han hecho grande la historia de la tauromaquia.  Valencia ha sido la primera afición en conmemorar tan singular efeméride, pero también su pueblo natal, Córdoba, tiene listo en amplísimo programa de actos, que a buen seguro se repetirán en muchos puntos de la geografía taurina..
Nacido en el nº 2 de la calle del Conde Torres Cabrera, el “Monstruo” --como lo bautizó KHito--, era hijo del segundo matrimonio, tras enviudar de “Lagartijo chico”, de Angustia Sánchez con el torero cordobés también llamado Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” (1893-1923), hermano de “Bebe-Chico”, sobrino de “Pepete” y emparentado en su segundo grado con “Lagartijo”.
Manolete visto por Rodberto Domingo
Se inició en el toreo en su tierra natal, para verter por primera vez de luces en un festejo económico en el ruedo francés de Arles en 1933. Dos años después debutó con picadores en Córdoba y poco después se presentó en Sevilla, siempre de la mano de don José Flores “Camará”, que le acompañó hasta la tarde trágica de Linares.
Marcado por una fuerte personalidad, que muy pronto caló entre los aficionados, fue tras la guerra civil el primer torero que impuso su ley y su mando en el mundo del toro. Y lo hizo con poderes casi absolutos. De hecho, su paso por los ruedos está marcado por fechas tan señaladas como numerosas. Mítica fue, por ejemplo, la tarde de su presentación en la “México” el 9 de diciembre de 1945, cuando se inauguraba el coso más monumental de todos, con toros de Torrecilla y con Silverio Pérez y  Eduardo Solórzano en el cartel.
De toda esa historia destacan, entre otras, cuatro tardes se pueden seleccionar como muy representativas de su historia.
La primera tiene por fecha la del 2 de julio de 1939. En ese día, después de haber matado 46 novilladas con caballos, adquirió el grado de matador de toros en la Corrida de la Prensa celebrada en la Real Maestranza de Sevilla. Se registra el triunfo del torero cordobés, pero muchos aficionados salieron hablando de esa “segunda primavera” que vivió su padrino, Manuel Jiménez “Chicuelo”, a quien acompañaba en la terna “Gitanillo de Triana” con toros de Clemente Tassara.
Meses mas tarde, el 12 de octubre también del año 39, “Manolete” confirma su alternativa en Madrid, el mismo festejo en el que lo hacía Juanito Belmonte. Le cortó las orejas a su segundo toro, como todos en el hierro de Antonio Pérez. Pero parece como si en estas tardes trascendentes el cordobés hiciera despertar a sus compañeros de cartel; si en su alternativa Manuel Jiménez "Chicuelo", en la confirmación fue Marcial Lalanda quien cuajó una de sus tardes más redondas en Madrid.
Obligado resulta hacer parada también en el  20 de Abril del año 1.941, que cayó en domingo, y en la Maestranza del barrio del Baratillo. Tarde de 8 toros, todos de  Villamarta, en la que el cartel también se anunciaban también Pepe Bienvenida, Juanito Belmonte y Pepe Luis Vázquez. Era aquella la última de la feria de abril, un ciclo en el que “Manolete” actuó tres tardes, todas ellas en compañía de Pepe Luís, incluida la tradicional del hierro de Miura. El torero cordobés le cortó las dos orejas y el rabo al que hizo 7º de lidia, de la que un cronista escribió: “realizó una genial faena, que algún día contaremos a nuestros nietos como algo memorable por único”.
En esta breve antología, que para hacerla completa Filiberto Mira necesitó de más de 600 páginas en su monumental “Manolete. Vida y tragedia[1] , el cuarto acto se sitúa en la Corrida de la Prensa de Madrid el 6 de julio de 1944 con la faena a un sobrero con el hierro de Pinto Barreiro --que se lidió como “Ratón” aunque en realidad en el campo atendía por “Centella”-- que completó el lote anunciado de Alipio Pérez-Tabernero Sanchón, en la que le acompañaron en la puerta de cuadrillas  El Estudiante y Juanito Belmonte. Se lidió en sexto lugar y “Manolete” se entretuvo en cortarle las dos orejas y el rabo, antes de salir en volandas por la Puerta que da a la Alcalá, tras una faena que la crítica valoró como “la faena más completa de toda su carrera”.
La vida continúa, paso a paso. Y como figura del toreo se llega hasta el 28 de agosto de 1947, en Linares, cuando “Islero” puso punto final a una historia muy grande, una historia que se compuso de 596 paseíllos, para estoquear 1.161 reses, entre toros y novillos.
Por: www.Taurologia

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