Rafael Rosa, una temporada redonda
“La verdad es que ha sido un año muy positivo y muy bonito en todos los sentidos - apunta Rafael -, aunque a la vez también difícil, ya que a la presión de ir con una máxima figura del toreo, que es demandado en todas las ferias y que ha actuado plazas de la primera línea, se sumaba entrar en una cuadrilla contrastada y muy apreciada por el aficionado y por los medios, así que desde el primer momento ese plus de responsabilidad se nota”. Sin embargo, ya en el invierno, cuando se incorporó a las filas de su nuevo matador, el banderillero cordobés vio claras muchas cosas que posteriormente han sido fundamentales en su adaptación y en el desarrollo de la temporada. “La acogida fue muy buena por parte de José María y de todos los componentes de la cuadrilla. Pude compartir varios días en el campo antes de iniciar la temporada y conocer que, aunque suene tópico, se habla de que esta cuadrilla es una familia pero es que en realidad es así. Una verdadera familia en la que todos nos apoyamos y buscamos el mismo objetivo”.
A partir de ahí, el que las cosas rodaran para el matador, ha ayudado a que la inercia, positiva desde el principio, haya ido a más. “Ha sido una temporada sensacional, en la que personalmente he podido disfrutar mucho acompañando a José María, viéndole triunfar y, a la vez, emocionar a muchos aficionados en muchas plazas, tanto de España como de Francia”. Tanto es así, que el porcentaje de triunfos de Manzanares en sus 33 festejos europeos es altísimo, y también, a nivel personal, centrándonos en la temporada protagonizada por Rafael Rosa, en las actuaciones del subalterno cordobés. “Creo que ha sido un año bastante redondo, en el que me he sentido muy a gusto manejando el capote y también, algo de lo que estoy satisfecho, con las banderillas, notando como iba a más a medida que avanzaba la temporada”. En este sentido, esa presión de ocupar un puesto vacante – el de Juan José Trujillo – en una de las cuadrillas más cotizadas y valoradas del toreo, ha dado paso una sensación muy reconfortante, al comprobar cómo sus actuaciones se han venido reconociendo tarde a tarde. No en vano, Rafael Rosa se ha desmonterado tras destacados tercios de banderillas en Nimes, Málaga, Logroño, El Puerto, Valladolid, Almería o Alicante, entre otras plazas. Pero si de todas esas tardes se tiene que quedar con una, ¿cuál escoge Rafael Rosa? “Málaga, sin duda. Y la considero la más especial porque, además del reconocimiento que tuve tras el tercio de banderillas, aún recuerdo con emoción la ovación que me dieron los aficionados de La Malagueta con el capote. Ese detalle, para mí que siempre me he valorado y sigo valorando el poder progresar en la lidia, significó mucho”.
Respecto al momento en el que llega a la campaña americana, que por circunstancias de fuerza mayor se ha visto retrasada, Rafael confiesa encararla “con mucha frescura, y así es como más o menos me he sentido durante el resto de temporada. Lo hablaba a menudo con los compañeros y la verdad es que se nota. Haber toreado el número de festejos que hemos toreado este año ha hecho que a estas alturas apenas pese. Es más, en muchas ocasiones la mayor continuidad, como en las tardes que más o menos hemos tenido seguidas, te aporta aún mejore sensaciones. De todas formas, está claro que las circunstancias mandan y eso también hace que uno llegue al mes de noviembre con ganas de verdad de comenzar de nuevo”.
La oportunidad de “comenzar de nuevo” se presenta con la campaña americana, para la que José María Manzanares ha elegido a Rafael Rosa como subalterno de a pie de su cuadrilla habitual para realizarla, algo que para el cordobés supone un gran aliciente. “Estoy muy agradecido al maestro por esta oportunidad en el primer año a sus órdenes. Sin duda, es un detalle que me indica que está satisfecho con mi labor, lo cual es muy gratificante para mí”. Sólo resta conocer la fecha exacta para el primer festejo al otro lado del Atlántico, algo que aún está por concretar. “La pérdida del maestro Manzanares ha sido un golpe duro para todos los que amamos esta profesión. Se ha ido un pilar fundamental, un torero irrepetible del que se seguirán alimentando futuras generaciones. Y si duro ha sido para nosotros, imagínate para José María y su familia. Un dolor difícil de consolar. Por eso ahora lo fundamental es apoyarlo y estar con él para lo que nos necesite. Cuando llegue el momento de volver a los ruedos, ahí estaremos para seguir disfrutando de su toreo y haciendo nuestra labor lo mejor posible”.
Juan J. Espinosa
FOTOS: JOSE LUIS CUEVAS
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