A modo de despedida.
Hace unas semanas confesé al “mayoral" de este blogspot, nuestro querido amigo José Luís Cuevas Flores, que dejaría de enviarle más “juguetes" para su publicación, al alcanzar ya un número considerable, cincuenta o más. Y no es por falta de repertorio ni de ganas, sino por tomar un respiro. Uno ya no es un chiquillo y viene bien un descansito, respirar y soltar tensión. Esto no quiere decir que no vuelva a escribir más, en absoluto. A uno le pasa como a los toreros que son toreros hasta que fallecen, yo también intento serlo aunque sea de pluma, pensamiento y corazón.
Y al ser éste el último “juguete”, que envío, este año, aprovecho para desear unas ¡¡FELICES NAVIDADES!! a todos los amigos que nos leen, a la vez, que les brindo este batiburrillo de posts humorísticos que he buscado y rebuscado en las muchas historias que corren por ahí. Pueden que a algunos les parezca que estos sucesos son inexactos o erróneos, pero creo que algo de verdad hay en todo ello…
Si ya tienes una edad, y llevas toda tu vida escuchando como se nombran a una serie de personas sin que jamás te hayas preguntado quienes eran. Te diré que esas personas han existido y han pasado a la historia a través de la tradición oral, en frases propias, chascarrillos y refranes.
Pues, de esas personas, además de las ya nombradas en el titular, vamos a hablar: De los cuentos de Calleja, del banquetazo de “El Quico", de lo feo que era Picio, de Rita “La Cantaora" y su excesivo celo al trabajo, de la tontura y torpeza de Abundio, de la nula visión de “Pepe Leches”, de María Morena y sus muchos “cojones”, de Perico “El de los Palotes", de los toreros “El Tato”, “El Mohoso”, “Cagancho", de los atributos del caballo de Espartero y hasta de Sanani “El de las tortas".
Hemos dicho ya que de, frases hechas y refranes está el español lleno. Estas pequeñas píldoras de sabiduría popular se ha ido extendiendo a lo largo de la geografía haciendo habitual su uso. Por eso siempre hemos creído que los nombres de tales frases, pertenecen a personajes ficticios creados por la imaginación popular. Pero no es así, pues lo cierto es que muchos ignoran que algunos de los nombres asociados a dichas expresiones proverbiales corresponden a seres que tuvieron una realidad comprobable. O sea, que existieron.
La Bernarda ofrece el poder de su entrepierna a Lucifer, Príncipe de los demonios.Del primero que hablaremos es de:
1. La Bernarda. – “Esto es el coño de la Bernarda".
Algunos han opinado que el origen de esta persona se sitúa en un pueblo de la sierra de Sevilla, y que podría tratarse de una prostituta que dejó el pabellón…bueno, su “pabellón” bien alto y aquí el asunto acaba. Pero, ¿qué tenía ese coño que no tuviese otro? Y ¿por qué hoy día empleamos esa palabra para determinar algo que vemos mal organizado o desordenado?
Creo que existe otra versión mucho más cercana a la verdadera leyenda y al mito de la realidad, que nos sitúa a “Bernarda” en el pueblo granadino de Atarfe, allá por el siglo XVI. Se dice que era santera, y su historia es de la más surrealista que he leído en mi vida. Cuentan que el “método curativo" de Bernarda pasaba por el poder de su entrepierna. Más concretamente, por introducir la mano de quien deseaba curarse, en la vagina de la santera Bernarda.
¿Que pasaba después? Pues que si ese año iba mal la cosecha y el agricultor estaba preocupado…allí que el buen hombre iba y metía su mano y empezaban a brotar las coles. ¿Qué la mujer de uno no se quedaba embarazada? Pues nada, se hacía uso del mismo método y paría hasta trillizos. Y así con todos y con todas las cosas. Porque el coño de “La Bernarda" no discriminaba ni hacía ascos a ninguna petición. De hecho, al parecer, era tan curativo que su fama se extendió, y se armaban grandes peregrinaciones para básicamente, meter la mano donde no se debía…bueno, en este caso sí se debía.
Pero es que “La Bernarda" y su leyenda da aún para más trama increíble. Se dice que pasados unos años de su fallecimiento fue desenterrada, y ¿adivinais qué parte de su cuerpo encontraron intacta?...pues eso. El coño.
Ni cortos ni perezosos, se lo llevaron a la iglesia del pueblo y lo metieron en una urna dorada, para que sirviera de adoración de los peregrinos que pasaban por allí. ¡¡Fantástica historia!!.
2. Juan Palomo.- “Yo me lo guiso, yo me lo como".
Aquí un Juan Palomo de nuestro tiempo.
Este refrán es la simbiosis perfecta de dos orígenes, Ya Francisco de Quevedo, nombró al “rey palomo" en su letrilla satírica número III. Cada estrofa terminaba con los mismos versos: “ Yo me soy el rey Palomo: yo me lo guiso, y yo me lo como”. Y de ahí la popular rima asaltó las calles y los dichos populares.
Posteriormente, en la Córdoba de principios del siglo XIX, concretamente en el Valle de los Pedroches, se estableció un bandolero. Su nombre real: Diego Padilla, pero al que todos llamaban, no se sabe porqué, Juan Palomo. Pertenecía a la cuadrilla: “ Los Siete Niños de Écija" y se parapetaron en la “Casa Grande” de Fuente la Lancha, un cortijo que les sirvió de cuartel general contra el ejército de Napoleón, durante la Guerra de la Independencia.
Al parecer, el tal Juan Palomo, tenía una capacidad impresionante para abastecer de recursos en tiempos de guerra, tanto para su cuadrilla como para los vecinos más necesitados.
Posiblemente, la admiración por Juan Palomo (Diego Padilla), y los versos de Quevedo que ya andaban de boca en boca desde hacía tiempo, hicieron el resto. Simplemente, en lugar de “rey palomo", se prefirió la figura de “Juan Palomo”.
3. Calleja.- “Tienes más cuento que Calleja"
Los cuentos de Calleja.
Es un viejo refrán que se dice cuando alguien tiene una gran inventiva, pone muchas excusas, exagera una dolencia, enfermedad o echa un embuste o engaño, es habitual usar la expresión: “Tienes más cuento que Calleja".
Y, ¿Quié(n era Calleja?...Saturnino Calleja Fernández. Un autor de libros de educación primaria y de lecturas infantiles, nacido en Burgos, que tuvo una Editorial con su nombre y que llegó a publicar en 1899 un total de 3.400,000 cuentos. Fue pionero en editar libros de texto y cuentos infantiles. Su popularidad residía en la sencillez en la que estaban realizados y su bajo precio, lo que propició que tuvieran una gran demanda. Eran libros entretenidos y con muchas ilustraciones que ayudó a venderlos muy fácilmente.
4. El Quico.- “Me he puesto como el Quico"
Única imagen que existe de Quico de Analcázar
Ocurrió que se celebraba el día del Corpus del año 1940, en la localidad sevillana de Aznalcázar y el ayuntamiento invitó a una gran mariscada a las figuras más relevantes del pueblo, a cuatro peones y al Quico. El Quico era un personaje que servía para todo en el pueblo: hacía de pregonero, daba avisos por las casas, ayudaba a trasladar muertos si había un accidente etc…
Me imagino que “El Quico", no se había visto nunca en otra igual, así que decidió aprovechar. En el aquel banquete abundaban “…las gambas, cigalas langostas, langostinos y otros; vinos de la tierra, aceitunas aliñadas y hasta dos jamones que regaló alguien, en espera de que el alcalde lo tuviera en cuenta para lo sucesivo.
En fin, que el banquete aquel fue muy generoso y Quico comió tanto que se puso enfermo. Le entró fiebre, y se lo encontraron tirado en un charco cerca de su choza.
Decidieron trasladarlo a un hospital de Sevilla capital, donde murió. El diagnóstico al ingresarlo fue “un atracón” de marisco.
5. Picio.- “Eres más feo que Picio"
Picio
Picio fue un zapatero de Alhendin (Granada), quien, por razones desconocidas, fue condenado a muerte. Fue tanta la impresión de la noticia, que Picio “perdió el pelo, se le cayeron las cejas y las pestañas y su cara se deformó, llenándose de tumores".
Después del disgusto, resulta que se le concedió el indulto, pero feo se quedó…tan feo, que pasó a la historia en forma de dicho.
6. Rita.- “Que vaya Rita “La Cantaora"
Rita Jiménez García, o Rita "La Cantaora"
Rita "La Cantaora"
Rita Giménez García, famosa ‘cantaora’ de flamenco se lamentaba en el año 1935 de que había “vivido como una reina" y dos años antes de su muerte era más “probe” que las ratas. Nació en el gaditano pueblo de Jerez de la Frontera (1859-1937). Debutó en el famoso Café Romero de la calle Alcalá después que un agente teatral la oyera cantar coplas en su Jerez natal y la contratara para actuar con Juana “La Macarrona” y el cantaor Antonio Ortega. Trabajadora firme y persistente, digamos que no desaprovechaba ninguna oportunidad de trabajo.
¿Que había que hacer doble turno en el tablao que fuese? Se hacía. ¿Que le regateaban el sueldo y le pedían que actuará por menos dinero? También. A esto se negaban todos sus compañeros, pero ahí estaba Rita…y punto en boca.
De esas cosas surgió la expresión, cuando cualquier cantaor o bailaor se negaba a actuar por lo que le ofrecían contestaban: ”Que vaya Rita…”, o “Que trabajé Rita la Cantaora”. Rita era un poco, el coño de la Bernarda, no le hacía absolutamente ascos a nada. Vivia en Carabanchel cuando un año después del inicio de la Guerra Civil, las autoridades evacuaron a sus habitantes al pueblo castellonense de Zorita del Maeztrazgo entre ellos Rita “La Cantaora", donde vivió sus últimos días hasta su muerte el 29 de junio de 1937 a los 78 años.
7. Abundio.- “Eres más tonto que Abundio"
Abundio
Hay distintas hipótesis sobre el personaje que da origen al dicho “Eres más tonto que Abundio", desde un campesino cordobés o un navarro a un capitán de fragata.
A los 600 españoles que se llaman Abundio a buen seguro que no les hace ninguna gracia el dicho popular “ ser más tonto que Abundio". Entre los miles de nombres que existen, ¿por qué tuvo que tocar el suyo? ¿quien fue ese Abundio que les colgó el sambenito?, pensarán.
De Abundio dicen “que vendió los zapatos para comprarse los cordones", “que vendió el coche para comprar gasolina" o “que vendió la vaca para comprar leche". Así a caído para muchos el nombre de origen latino que significa “abundante", ”desbordante" o “copioso" y que llevaron diversos santos de la Iglesia Católica.
En España el nombre gozó de popularidad debido al culto a San Abundio, un presbítero cordobés martirizado por los árabes en el año 854 cuya fiesta se celebra el 11 de julio.
Hay quien cuenta que este mismo santo estaría en el origen del dicho ya que en 11 ocasiones le ofrecieron los musulmanes desdecirse de sus supuestas injurias al Corán, sin éxito.
En la misma Córdoba sitúa Pancracio Celdrán a otro Abundio susceptible de haber popularizado el refrán, En “El Gran libro de los insultos" señala que al parecer “el personaje existió entre los siglos XVII y XVIII en Córdoba, donde protagonizará alguna solemne tontería”. A este Abundio se le achaca el haber pretendido regar un cortijo “con solo el chorrillo de su orina", es decir, con apenas agua. “Acaso nos encontremos ante el precursor del riego por goteo, y debiéramos levantarle un monumento”, apunta Celdrán, aunque en su día pasó por loco insigne, diciéndose hoy quien da muestras de imbecilidad que “es más tonto que Abundio, que en una carrera en la que corría él solo llegó el segundo”.
José María Iribarren menciona en “El porqué de los dichos" a un Abundio navarro del que cuentan que “una tarde de estío los dueños de una huerta le mandaron al pueblo por bolados y a la vuelta para que no se calentaran los azucarillos, sumergía la cesta en las acequias que se encontraba en el camino”.
Otros apuntan, sin embargo, a un capitán de fragata llamado al parecer Abundio Martínez de Soria, que habría nacido en 1848. Cuentan que en 1898, en la guerra de Filipinas, se encontró de frente con la Armada estadounidense y en lugar de huir, se enfrentó solo a ella, hundiendo la embarcación en su ataque. Esta supuesta hazaña, de la que no hay noticia en las hemerotecas, habría sido considerada en la Península como una tontería, dando pie al dicho.
La explicación más plausible la ofrece Roberto Faure en su “Diccionario de los nombres propios", donde constata que antiguamente fue nombre frecuente entre la gente del pueblo. “ Probablemente por ser nombre considerado rústico y propio de labradores nació el famoso dicho de “Más tonto que Abundio, que fue a vendimiar y se llevó uvas para el postre”.
8. Pepe Leches.- “Veo menos que Pepe Leches"
El guardia "Pepe Leches".
Aunque varios personajes luchan por llevarse el honor de ser el auténtico Pepe Leches, lo cierto es que había un lechero de El Viso del Alcor (Sevilla) y un “granaino” que se pegaban “leches” continuamente por no usar gafas.
‘El origen de la expresión ‘Ver menos que Pepe Leches’’
Pero el que tiene todas las papeletas para llevarse el premio puede que sea el guardia Municipal José Fernández Albusac. Este hombre adolecía de una afección de la vista conocida como “ojos tiernos" que enrojecía los párpados y hacía lagrimear los ojos continuamente. Al parecer el sobrenombre de Pepe “Leches" viene porque tenía la mano muy “sueltecita” a la hora de poner orden en las calles de su pueblo. Y pegaba “cá leche” (bofetada), que por no estar bien de la vista, se las arreaba siempre a cualquiera menos al culpable. Y aunque no eran justas… el mismo decía: “ninguno es inocente cuando dos se pelean, así que a tomar por saco”.
9. Perico. “El los Palotes”
Pero, quien era Perico “El de los Palotes": El profesor Pancracio Celdrán experto en fraseología, cuenta que “en el siglo XVI se llamaba así a un bobo que tocaba el tambor precediendo al pregonero, listo él, que se quedaba con los cuartos y el sueldo de los dos, incluidas las propinas". El tonto con su tambor y a veces con el cornetín imitaba al pregonero que trataba de desembarazarse de él ante la risa y el regocijo de todos. Las figuras del pregonero y la de Perico “El de los Palotes" a falta del tonto oficial, solían ser utilizadas para mofa" añade Pancracio Celdrán.
Buscando alguna otra información a cerca de este famoso personaje, del que nadie sabe su identidad, por ser una persona indeterminada, la primera sorpresa que me llevé fue al leer por internet que, en realidad, se trataba de una mujer. Su nombre Carmen de Burgos y fue una de las primeras corresponsales de guerra a nivel internacional y la primera española en ejercer este oficio.
Carmen de Burgos nació en Rodalquilar (Almería), no se sabe muy bien la fecha concreta. Lo que si se sabe es que durante años estuvo casada con un periodista. El matrimonio no era demasiado feliz, así que, un buen día, Carmen cogió sus cosas y se marchó a vivir con su hija a Madrid.
A lo largo de su nueva vida se rodeó de la élite intelectual de la época y escribió más de cien novelas y numerosos artículos y columnas para el diario El Heraldo de Madrid. Como en aquellos años el trabajo de las mujeres era totalmente desprestigiado, y más todavía si estaba divorciada, decidió firmar sus trabajos con el seudónimo Perico “El de los Palotes". Carmen de Burgos utilizó este nombre durante más de cinco años. Sin duda una mujer valiente y muy adelantada a su época. Después de conocer su historia no se debería restar importancia a Perico “El de los Palotes" y dejar de usar esta frase hecha para hablar de un cualquiera o restar importancia a la autoría de los hechos insignificantes.
10. María Morena.- “Se armó la Marímorena"
En el Madrid de los Austrias hubo una mujer llamada María Morena que regentaba una taberna en la Caba Baja. Se sabe que la señora no se andaba con chiquitas a la hora de defender lo suyo.
Un día llegaron a su taberna un grupo de soldados, pidiendo vino del bueno y María no lo quiso servir, porque lo tenía reservado para sus clientes más distinguidos. Los soldados no tardaron en comenzar una trifulca y María Morena no se achicó ante ellos.
La Caba Baja. Taberna de María Morena.
Dicen las crónicas que repartió más “guantás" que cualquier tío. Fue tal la pelea y su trascendencia, que María y su marido fueron llevados a un juicio popular. Esto ocurrió en el 1579.
11. El Mohoso.- “Has quedáo más mal que el “Mohoso"
Esta frase, se refiere a la persona que trata de realizar una empresa determinada y no lo consigue, fracasando, y quedando mal ante los ojos de los demás.
¿Pero quién era el “Mohoso”? Pues el “Mohoso" fue el mozo de espadas del torero cordobés Rafael Molina Sánchez “Lagartijo" (primer Califa del toreo). Quiso ser torero, actuó de novillero, pero el miedo que tenía era superior a su afición, era algo exagerado. Había que sacarlo al ruedo de la plaza a empujones, y siempre daba la nota. Le encerraba los novillos, o de un ataque de pánico le tenían que encerrar a él en la enfermería, o le revolcaba el novillo, aunque esto último era más difícil porque ni se acercaba siquiera.
Por su miedo… su tremendo “canguelo", quedó como ejemplo del torero que todo lo hace ‘mu’ malamente, dejando para la posteridad la frase: “Has “quedáo” como el mohoso".
El miedo que sentía ante el novillo era algo insuperable. A cambio, poseía una gracia muy especial por sus muchas ocurrencias, con las que su maestro “Lagartijo" se divertía de lo lindo. Por otra parte “Lagartijo" lo nombró mozo de estoques suyo y gustaba de hacerse acompañar por él, en sus juergas y también en sus tertulias porque siempre daba la nota simpática con sus buenos golpes de humor.
Se cuenta que cierto día, en una de las muchas novilladas que organizaba su maestro, salió un novillo muy encastado y quiso él torearlo, y a la vez sacar a barrer a su mozo de espadas “El Mohoso" que a regañadientes aceptó, el pobre.
“Lagartijo” a sabiendas de lo que hacía le dijo al “Mohoso” que se pusiese a su lado y se agachara. Una vez que el hombre estuvo en el suelo, casi tirado en la arena de la plaza…vio, desde esa incómoda posición, arrancarse el novillo hacía ellos y acordándose del cercano fallecimiento de una hermana de la madre del maestro le dijo a éste completamente asustado: ¡Don Rafaé! ¿‘Quié osté’ ‘argo’ pa’ su tía?
En otra ocasión, con motivo de un viaje que hicieron en barco, al que le tenía tanto miedo o más que al toro, lo tuvieron que subir a la fuerza, y una vez que se encontraban en alta mar y sintió el vaivén del barco con los bandazos que daba, creyó también que visitaría a la tía del torero. Pasados los efectos, y el mar un poco más calmado y después de haber echado por la borda todo el contenido de su estómago, pidió hablar con la persona que dirigía el barco. Naturalmente le invitaron ir a ver al capitán y llegado a su presencia le espetó:
- ¿‘Osté’ es el que conduce este ‘tinglao’? ¡ ‘Pos’ me ‘paese‘ a mí que ‘osté’ no ha ‘condusio' ni una cometa en ‘toa’ su ‘vía’…
12. Cagancho.-“Has “quedáo” peor que Cagancho en Almagro".
La Musa del genio: Cagancho
Tuvo que armarse una muy “gorda" aquella tarde del 25 de agosto de 1927 para que desde entonces este episodio se convirtiera en el dicho: “quedar como Cagancho en Almagro" para referirse a alguien al que le ha ido muy mal lo que pretendía que le fuera bien. Y es que se las prometían muy felices todos los de la comarca, especialmente los de Ciudad Real, que habían abarrotado los trenes que iban a Almagro, después de haber pagado cantidades astronómicas en la reventa para ir a ver al torero Joaquín Rodríguez “Cagancho".
Aunque iba a ser una tarde infernal de calor, la cosa merecía la pena, porque venía uno de los toreros que gozaban de mayor fama y que había tomado recientemente la alternativa en Madrid y que allí triunfaba. Aunque era un fenómeno tenía fama de informal y hasta última hora había dudas de si se presentaría.
En el primer toro de su lote, tercero de la tarde, ya la cosa empezó a ir malamente. Aquel toro colorao le había arrebatado la muleta al entrar a matar… Empleó varias estocadas y un buen número de descabellos. Tal fue el revuelo que se formó, que el teniente de la Benemérita empezó a colocar sus piezas temiéndose la que podía venirse encima. Y llegó el sexto de la tarde, segundo toro del afamado diestro, un morlaco enorme que empezó a infundir un miedo horroroso a todos los que se encontraban en el ruedo. Allí bailaron todos y el que más, Cagancho que no paró, y no contento con eso empezó a pinchar al toro en zonas prohibidísimas. Aún así hicieron falta los tres avisos de rigor, el tercero se lo dieron mientras intentaba, junto a la barrera, “cargárselo” de cualquier manera. Los subalternos ayudaban en lo que podían. La gente enfadadísima y algunos hartos de vino se echaron al ruedo a agredir a los toreros con el toro aún vivo, que hasta un destacamento de Caballería que allí se encontraba reforzando a la Guardia Civil tuvo que emplearse a fondo para reducir a aquella enfervorecida marabunta. Mientras los civiles tuvieron que escoltar al diestro para que pudiera salir ileso de aquel follón que él mismo había organizado con su lamentable actuación, pasando a la historia como algo que se hace ‘mu’ mal.
13. Baldomero Espartero, y los atributos de su caballo.
Estatua de Espartero.
Entre las muchísimas formas que existe para hacer referencia a la valentía que tiene una persona, es común encontrarnos con la expresión: “Tiene más cojones que el caballo de Espartero".
La palabra “co⁸jones" se utiliza con mucha frecuencia para catalogar la hombría o el valor de alguien. Es la forma más común y a la vez malsonante con la que muchas personas nos referimos a los testículos. Pero ¿por qué los atributos del caballo que montaba Espartero se utilizan como referencia a la intrepidez o a la osadía?
Veamos: Baldomero Espartero era uno los más famosos e insignes militares del siglo XIX que llegó a ocupar algunos de los cargos más importantes en el Reino de España. En 1886 (siete años después de su fallecimiento) se inauguró, en su honor y memoria, una estatua que fue colocada en la madrileña calle de Alcalá, frente a la Puerta que da al Parque del Retiro. No se sabe la causa que motivó al escultor catalán Pablo Gisbert y Roig para que al esculpir dicho monumento dotase al caballo -sobre el que aparece montado Espartero ataviado con el traje de campaña- de unos grandes y hermosos atributos testiculares. Esto propició que rápidamente, y haciendo un simil con la valentía, bravura y gallardía militar, se empezase a utilizar de modo popular en expresiones como: “Los tienes como el caballo de Espartero".
Hay una anécdota del año 1991, ocurrida en Granátula de Calatrava y que rememora divertido el escultor José Lillo Galiani cuando llevó a cabo el encargo del ayuntamiento del mencionado pueblo, de una estatua encuentre en recuerdo de Baldomero Espartero, el hijo más célebre de esta pequeña localidad de
Ciudad Real. “Recuerdo que cuando el alcalde de Granátula visitó mi taller para ver la obra modelada en arcilla, desde la puerta se dirigió directamente a la escultura y se puso a observar los testículos del caballo e inmediatamente me dijo:
“Más, más, los huevos se los pones mucho más grandes" relata Lillo. El artista tranquilizó al edil asegurándole que disponía de barro suficiente para agrandar aquellas partes todo lo que él quisiera. El insistir en agrandar los cojones al equino era para no desmerecer a las otras estatuas de Madrid y Logroño. Pero tampoco hay que pasarse de tamaño porque eso indica “torpeza o vagancia" (si le cuelgan mucho… se los pisa, si se sienta o se echa…se los coge también), como señala Arturo Pérez Reverte en su exhaustivo análisis de “la palabra española con más acepciones".
14. El Tato.- “Aquí hoy no ha venido ni el Tato"
Antonio Sánchez, “El Tato" fue un torero de los que no se perdían una. Nació y vivió en Sevilla entre 1831 y 1895. Su principal característica era…eso, que no se perdía ni una. Estaba en todos los carteles y en todos los eventos sociales de la época. En las corridas celebradas del siglo XIX era muy habitual verle vestido de torero e incluso tras perder una de sus piernas por una cornada. Acudía a todas las citas que podía sin que nadie le apartarse de los ruedos porque decía que no podía vivir sin torear.
Cuando no aparecía en un acto o en una fiesta , se solía decir que no había venido “El Tato”, que le pasará?, como dando a entender, que aquello no sería tan importante si él no había asistido. Si a un espectáculo, corrida o cualquier otro evento no acudió el público previsto, la crónica al día siguiente lo dejaba señalado: “…allí no fue ni “El Tato”.
Así fue evolucionando hasta nuestros días, apareciendo “El Tato" en distintas expresiones según las necesidades de la persona hablante.
15. Sanani. “El de las tortas”
Tortas. Falta Sanani.
Una persona muy querida por mí y por toda la familia, me preguntó la otra tarde si sabía quien fue Sanani… “Sanani el de las tortas?”. Como quiera que en ese momento estaba, escribiendo sobre estos temas, le respondí que trataría de complacerle proporcionándole dicha informacion a través de este “ramillete” de curiosidades.
De esta manera y después de realizar algunas pesquisas sobre el personaje, tengo que explicarles, a todos en general, que el nombre real del tal ⁰ es un misterio que no he logrado aclarar e ignoro si alguien lo sabe, pues parece ser que era un vendedor de tortas que iba por las calles de Jerez de la Frontera pregonando su mercancía, que tenían poder curativo y que sanaban a quienes las comían (de ahí surgió el apodo Sanani).
Pero este hombre, a la vez, era avaro y mezquino como él solo y no daba nada a nadie ni vendía fiado, pese a que tenía mucho dinero ahorrado según
decía la gente que le conocía. Tal fama se creó que cuando se le quería negar algo a cualquiera de modo contundente se decía: “Eso se lo pides a Sanani “el de las tortas", para indicar que no había nada que hacer. De ese sentido se amplió ya al que también padece de negación negativa y, así se oye decir: ¡A las cinco de la mañana se va a levantar Sanani “el de las tortas!.
Luego existen otras expresiones pero son más de tipo localista como: “Eres más vieja que el pan de higo", o que la enana de San Lorenzo”, “Tienes más “castroba” que el guardia de San Andrés”, “Eres mas borde que el sargento de la Magdalena” o “Cuando toree el Quirro", etc.
Antonio Rodríguez Salido. –
Compositor y letrista.
–Escalera del Éxito 176.-
Jose Luis Cuevas
Montaje y Editor
Escalera del Éxito 252