Él mismo ha catalogado 2014 como un “tiempo en el banquillo”. Eso, además del recuerdo y también, cómo no, de la enseñanza de un año que ha sido duro por la falta de actuaciones y por los momentos vividos, es lo que Rafael Reyes lleva consigo de una temporada atípica, comparada con las inmediatamente anteriores. Por contra, al menos de momento en el estado de ánimo y en cómo afronta la presente campaña, 2015 se presenta como un nuevo escenario donde renovar aspiraciones y plantearse nuevos retos. Entre ellos, un debut con picadores muy deseado y para el que el novillero cordobés ya se prepara de forma intensa, a la espera de que se concrete una oportunidad propicia.
Debemos comenzar por la reciente noticia de tu apoderamiento por parte de Manuel Morales. ¿Cómo te encuentras? Imagino que satisfecho por iniciar una nueva etapa, ¿verdad?
Como se suele decir, estoy bastante contento e ilusionado, pero realmente es cierto. Manuel es una persona que conozco desde hace varios años y que me ha demostrado mucha afición por el toreo y su buen hacer de las cosas. Coincidimos al 99% en pensamientos y creo que va a mirar bastante por mi bien, sin ningún protagonismo ni sacando ningún beneficio para él. Su afición y la mía son las que nos une.
Es la primera vez que de forma oficial te unes a alguien en relación de apoderamiento. ¿Qué motivos te han llevado a ello y como ha surgido?
Pues así es, es la primera vez que alguien se hace cargo de mí. Los motivos… pues son muchos. En la etapa de sin caballos, todo el mundo empieza a navegar de la forma que puede. Yo siempre he contado con el apoyo y la ayuda incondicional de mi padre y sus amistades, pero llega un momento, y más ahora de cara al debut con picadores, donde necesitas que alguien mire por ti, en el que recaigan responsabilidades. Para mí, mi padre sigue estando a mi lado ayudándome y apoyándome, pero un padre es un padre y al final quiere lo mejor para su hijo, y no permito que vengan los “buitres” a llenarle a mi padre la cabeza de pájaros. Así que he preferido dejar mi carrera en manos de alguien que sabe lo que hacer y cómo actuar. Aunque el 90% de profesionales no le conozcan, yo si le conozco y con eso me basta, y si soy capaz de funcionar, a él también se le conocerá.
¿Por qué antes no has tomado una decisión de estas características?
El no haber tomado antes una decisión así… pues porque nadie ha querido tirar conmigo para adelante y porque tampoco me ha hecho falta. Creo que tener un apoderado de novillero sin picadores es mucho “lujo”, que no quiere decir que esté mal.
Has dejado claro, ya incluso antes de hacer oficial este apoderamiento, que el objetivo principal y prioritario es debutar con picadores. ¿Descartas desde ya volver a torear sin picadores?
Nunca digas nunca, pero en mi mente no entra el volver a torear sin picadores. Cuando toreé en mayo de 2014 en Córdoba, dije: “esta ha sido mi última novillada sin picadores”. Si me ofrecen 3-4 novilladas seguidas antes de un debut con picadores, está claro que las torearía, para que me sirva de preparación, más que nada.
Tu temporada más reciente arroja el balance de dos festejos toreados. ¿Cómo has pasado 2014? ¿Barruntabas, ya al final del festejo de la pasada feria de Córdoba, cuando tuvimos la oportunidad de hablar, que ibas a pasar por estos meses tan complicados?
He pasado un año complicado… Arrastraba un bajón grande desde finales de 2013 y la preparación del invierno 2014 no era la más adecuada, ni física ni psicológicamente. Tras mi primera novillada, que no estuve muy bien del todo, llegue al hotel y rompí a llorar. Por mi cabeza pasaba de todo menos seguir toreando. Me veía sin preparación, con falsas expectativas, se me fue la ilusión por vestirme de torero… Comenzaba otro año más de novillero sin picadores, me habían quitado de Córdoba, y yo mismo comencé a verme en un agujero negro sin salida. Pensé que nada servía ni tenía sentido. Finalmente, me ofrecieron torear en Córdoba y decidí aceptar, emocionado porque podía ser el último paseíllo que hiciera en Córdoba y en mi vida.
Me preguntas si me imaginaba que iba a pasar estos meses tan complicados… Pues sí, sabía que iba a dar un gran vuelco respecto a lo que hasta entonces eran mis temporadas. Después de torear en Córdoba, tuve 3 ofertas por un “montatoros “, ofreciéndome 500 euros. Imaginé qué serían 500 euros, aparte de los mínimos, pensé yo riéndome sabiendo que no era así. Al decirme las condiciones de la primera, le ahorré que me dijera las siguientes. El dinero de mi padre se queda en casa, que para eso lo gana con esfuerzo y sacrificio. A raíz de eso, decidí pensar realmente sobre si quería o no quería seguir en esto, y mientras tanto me arrope en mi familia, novia y amigos, que me dieron todo su apoyo. Este tiempo en el banquillo me ha servido para madurar y ver el toreo y la vida desde otro punto de vista.
En síntesis, ¿qué cuestiones externas e internas, desde tu punto de vista, propician esa situación que vives el año pasado?
Pues podría resumirse en lo que te he relatado anteriormente. Circunstancias externas a mí, pienso que la situación de cómo están las cosas de difíciles y de mal montadas. Y respecto a las cuestiones internas, la falta de ilusión y claridad, como he dicho anteriormente.
Volviendo nuevamente a 2014, que tú mismo has catalogado como “de ilusiones y desilusiones cogidas de la mano”, encontramos un cambio significativo en tu trayectoria, al dejar de pertenecer a CITAR, donde te encontrabas desde principios de 2013. ¿Cuál es la valoración que haces de tu paso por allí y del momento en el que dejas de pertenecer a la entidad?
Pues así es. Creo que las ilusiones vienen también con desilusiones, y creo que hay cambios en la vida de las personas. Cuando ingrese en CITAR, para mí fue lo máximo, lo fue todo. Era un proyecto de lo más bonito y de la mejor forma que te pueden pintar las cosas. Luego, cuando realmente estás, ves que no es tanto como pensabas.
Tengo grandes recuerdos y momentos allí vividos. Para mí ha sido una experiencia inolvidable y le tengo un gran recuerdo y cariño. Aún me siguen uniendo cosas y personas de allí. Al maestro Luis Miguel Encabo le tengo un gran aprecio y cariño como persona y como torero. Le tengo respeto máximo y desde aquí le doy gracias por todo lo que hizo por mí, y por haberme dado su confianza.
A pesar de la adversidad, has dejado claro que afrontas con optimismo e ilusión esta nueva etapa. ¿Se abre una nueva puerta para alimentar ese optimismo con la más que probable programación nuevamente de una novillada con picadores para la feria de Córdoba?
Ahora me encuentro con mucha moral y confianza en mí y en quien me rodea. Aires e ilusiones renovadas se suele decir. Yo tengo las puertas abiertas ahora mismo a todo lo que sea torear. Por derecho, claro está. Ya sea campo o la plaza. Para mí, torear en Córdoba con picadores es lo que me quita el sueño todas las noches, por el deseo de torear y hacer mi presentación, y más si cabe mi debut con los del castoreño en mi Córdoba. Si a eso le sumas una docena de novilladas más, la ilusión se triplica y el deseo es mayor.
Por tanto, mirando a ese futuro, ¿cómo te gustaría que se escribiese para ti?
En primer lugar, día a día, tal y como me lo estoy planteando hasta ahora, como lo hago con cada entrenamiento, ya sea físico, de salón o en el campo. A partir de ahí, ojalá puedan salir varias fechas, por supuesto con picadores, y yo pueda estar bien para ir puntuando y abriéndome puertas de cara a las próximas temporadas. Todo para ir paso a paso acercándome a lo que quiero ser, que no es otra cosa que alguien en el toreo.
Y hablando de escribir, me gustaría que todo eso se escribiese con acierto y verdad por delante. Nada que no sea real. Si estoy bien en una plaza, que se me recalque mi triunfo, y si estoy mal, que se digan las cosas buenas y malas, siempre que no sea para machacar a un torero. La verdad duele, pero la verdad vestida de mentira son cornadas que, o te retiran, o te matan.
Fotos: Jose Luis Cuevas