En el transcurso de la décima edición de sus jornadas taurinas, en las que también se contó con la participación del maestro Francisco Ruiz Miguel
Rafael Cobo Calmaestra Lunes, 26 de enero de 2015 (18:34:33) |
La peña taurina Curro Jiménez de Priego celebraba ayer domingo, 25 de enero, la décima edición de sus jornadas taurinas, en el transcurso de las cuales se procedía a la entrega del Premio Neptuno a la ganadería de Victorino Martín, galardón que recogía el hijo del ganadero de Galapagar, en reconocimiento a la dilatada trayectoria de esta casa ganadera, una de las más premiadas en el último cuarto de siglo, tanto en nuestro país como en Francia.
Victorino Martín recibe de Manuel Marín, presidente de la peña, el trofeo Neptuno. (Foto: R. Cobo) |
Previamente, Victorino Martín hijo y el maestro Francisco Ruiz Miguel, un gran conocedor de estas reses ya que hasta la fecha es el matador que más victorinos ha estoqueado, tomaron parte en una charla-coloquio en la que ambos analizaron las particulares características de las reses de la A coronada y el comportamiento de éstas durante la lidia, desgranando alguno de los pasajes y anécdotas de la densa historia de la ganadería y de ejemplares históricos de la misma.
En este sentido, Victorino hizo referencia a los comienzos de su padre, “cuando el toro bravo y encastado no estaba de moda”, consiguiendo a base de sonados triunfos en las principales plazas de España y de la mano de matadores como el propio Francisco Ruiz Miguel, Andrés Vázquez o Dámaso González, situar a su ganadería entre las más laureadas de nuestro país.
Una de las claves de ese éxito, fue precisamente el destacado papel que jugaron un ramillete de toreros que supieron entender a la perfección las exigencias, “de unos toros que son muy listos, que aprenden enseguida y a los que hay que hacérselo todo medido, perfecto, sin brusquedades”, reiteró en varias ocasiones Ruiz Miguel, afirmando a continuación que pese a su “fiereza”, son toros que una vez dominados, “son los que más despacio embisten y mejor meten la cara en la muleta”.
Otro de los aspectos abordados durante la charla fue la importancia que el toro ha de tener en la Fiesta, definiéndolo Victorino Martín como la "primera piedra" de la misma, mostrándose en contra de la tendencia que impera en estos momentos con matadores que únicamente se anuncian con determinados encastes o ganaderías, "en detrimento de hierros históricos que están abocados a desaparecer y terminan en el matadero", demandando en este sentido un mayor compromiso de todos los sectores implicados, como son los aficionados, administraciones y empresarios.
En este sentido, Victorino hizo referencia a los comienzos de su padre, “cuando el toro bravo y encastado no estaba de moda”, consiguiendo a base de sonados triunfos en las principales plazas de España y de la mano de matadores como el propio Francisco Ruiz Miguel, Andrés Vázquez o Dámaso González, situar a su ganadería entre las más laureadas de nuestro país.
Una de las claves de ese éxito, fue precisamente el destacado papel que jugaron un ramillete de toreros que supieron entender a la perfección las exigencias, “de unos toros que son muy listos, que aprenden enseguida y a los que hay que hacérselo todo medido, perfecto, sin brusquedades”, reiteró en varias ocasiones Ruiz Miguel, afirmando a continuación que pese a su “fiereza”, son toros que una vez dominados, “son los que más despacio embisten y mejor meten la cara en la muleta”.
Otro de los aspectos abordados durante la charla fue la importancia que el toro ha de tener en la Fiesta, definiéndolo Victorino Martín como la "primera piedra" de la misma, mostrándose en contra de la tendencia que impera en estos momentos con matadores que únicamente se anuncian con determinados encastes o ganaderías, "en detrimento de hierros históricos que están abocados a desaparecer y terminan en el matadero", demandando en este sentido un mayor compromiso de todos los sectores implicados, como son los aficionados, administraciones y empresarios.
Integrantes de la junta directiva de la Peña, junto a Victorino Martín, Fco. Ruiz Miguel, autoridades locales y el empresario de la plaza de Priego. (Foto: R. Cobo) |
En esta línea, otro de los aspectos abordados en las casi dos horas de animada tertulia, fue la necesidad de defender la cabaña de bravo, ya que según Victorino, “es una joya que tenemos los españoles y que no hemos sabido defender”, apuntando en este sentido que en Europa, a la raza de lidia se la considera como una única raza de carne, “no teniéndose en cuenta los encastes, que son razas en sí mismos”.
Igualmente, ambos contertulios analizaron algunos de los aspectos de la que se denominó Corrida del siglo, celebrada en Madrid el 1 de junio de 1982 y que como coincidieron en apuntar, "marcó un antes y un después en la Fiesta".
Tras la animada charla-coloquio, tenía lugar un almuerzo en el transcurso del cual se procedía a la entrega del Premio Neptuno a la ganadería de Victorino Martín, finalizando el acto con la intervenciones del presidente de la peña taurina Curro Jiménez, del propio titular de la misma y de la Alcaldesa prieguense, que coincidieron en destacar la consolidación y prestigio que han alcanzado las jornadas, así como la categoría de los galardonados.
Igualmente, ambos contertulios analizaron algunos de los aspectos de la que se denominó Corrida del siglo, celebrada en Madrid el 1 de junio de 1982 y que como coincidieron en apuntar, "marcó un antes y un después en la Fiesta".
Tras la animada charla-coloquio, tenía lugar un almuerzo en el transcurso del cual se procedía a la entrega del Premio Neptuno a la ganadería de Victorino Martín, finalizando el acto con la intervenciones del presidente de la peña taurina Curro Jiménez, del propio titular de la misma y de la Alcaldesa prieguense, que coincidieron en destacar la consolidación y prestigio que han alcanzado las jornadas, así como la categoría de los galardonados.
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