La tarde ayer en Las Ventas, que suponía la actuación en solitario ante hierros de leyenda por parte de Iván Fandiño, deparó también el salto de un espontáneo al ruedo durante la lidia del cuarto toro, de la ganadería de José Escolar, antes de que el torero de Orduña iniciara la faena de muleta, aunque no llegó finalmente a la cara del astado, pues fue reducido por las cuadrillas y puesto a disposición de la Policía. El protagonista de este hecho, poco habitual ya en las plazas, no fue un aficionado, sino un novillero, y más concretamente el novillero con picadores cordobés Andrés Jiménez “El Gallo”, al que reconocimos tras ver esta fotografía de Alcolea para “Burladero” y con el que nos hemos puesto en contacto para conocer su estado actual e interesarnos por qué le llevó a saltar al ruedo venteño como espontáneo. “Sé que es algo que no está bien y que hice mal al intentarlo, por lo que pido disculpas al maestro Fandiño y a las cuadrillas, pero es algo que pensé hacer para dar un toque de atención, ya que estoy pasando por momentos complicados y lo que quiero es torear. Llevo más de un año y medio parado y necesito la oportunidad de demostrar que sigo con ganas y queriendo dar la cara”. Para Andrés Jiménez, “no es ésta la mejor manera, lo sé, pero las cosas están tan difíciles que no salen ni tentaderos, a pesar de llamar a un montón de sitios. Salté al ruedo sabiendo que me iba a costar una multa pero también que allí había un toro al que le podía dar unos muletazos y decir “aquí estoy yo”. Y la verdad, aunque como te digo, sé que es algo que no se debe hacer, me hubiese gustado pegárselos, pero no me dejaron llegar hasta el toro”.
Tras ser detenido, “El Gallo” fue conducido a Comisaría, donde le tomaron declaración y posteriormente fue puesto en libertad. Tendrá que abonar una multa de 6000 € por su acción. “Ojalá la pueda pagar toreando – concluye Andrés -. Es lo único que quiero y pido con lo que he hecho. Seguiré luchando mi sueño, ya que lugar por un sueño no es nada malo, aunque a veces haya que hacer cosas no correctas. Lo malo sería no luchar, sentirse derrotado y sentir con el paso del tiempo el arrepentimiento de no haberlo intentado de todas las formas posibles. Ahora no tengo nada que perder, voy en solitario y entreno todos los días para pelear por este sueño. Nunca sabes lo que podrá ocurrir, aunque lo que sí tengo claro es que viendo los toros sentado en el sofá de mi casa no ocurrirá nada. Yo sigo en activo y quiero seguir intentándolo. De lo de ayer, habrá muchas opiniones pero esta es la mía y es la que me convenció para hacerlo”.
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Juan J. Espinosa
Foto: Alcolea
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