La categoría humana y moral de Raquel Sanz, la joven esposa de Víctor Barrio, contrasta con la de quienes insultan a su marido al responderles con una declaración de amor: la única mención a una ilusión compartida, la de la Puerta Grande de la Monumental de las Ventas.
Actualmente las parejas lo comparten todo, incluidos los sueños profesionales. Por ello, las mujeres de los toreros van a la plaza para acompañar desde el tendido a novios o maridos.
No sé si hacen bien. No sólo por lo que puedan ver en el ruedo, sino también por lo que pueden oír en los tendidos, aunque con un torero del valor de Víctor Barrios era difícil que ningún aficionado se pudiera meter con él.
Pero si las mujeres se incorporaron hace años a la fiesta como toreras y ya se las ve corriendo en los Sanfermines, es lógico que vayan a ver torear a sus parejas.
Todas las personas decentes sentimos el dolor de Raquel.
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