He sentido como un latigazo interno cuando he leído en nuestro diario Córdoba la triste noticia del fallecimiento de Rafael López Cansinos, periodista insigne con el que compartí muchas noticias durante muchos años. Era yo un niño y mi padre me lo presentó como el hombre que hablaba por la radio y hacia los programas del Hospital San Juan de Dios. Después, con el paso del tiempo, fuimos compañeros en las tareas informativas. El con un micro y yo con una cámara. Fueron muchos actos, visitas reales, accidentes...en definitiva todo lo que genera día a día la vida cotidiana. Retirado de la vida social, los cordobeses sabíamos de el gracias a la columna sobre motor que publicada semanalmente en el diario Córdoba. Unido a la historia de la radio, su maravillosa voz nos ha acompañado siempre en la casa y en el coche. Oír las noticias, las retransmisiones y los comentarios en la voz de López Cansinos era como oírlas mejor… más de verdad. Era como si te las contara un miembro de la familia. No en vano han sido 45 años detrás de un micro narrando lo que sucedía aquí y allá. Porque Rafael fue ante todo periodista ¡Un excelente periodista!.
Curtido en mil batallas, este cordobés nacido en la calle de San Pablo, recordaba con cariño los quince años que estuvo junto al añorado hermano Bonifacio haciendo las subastas para los niños del hospital San Juan de Dios. O cuando junto a Juan Montiel y los Hnos. Mansilla puso en pie la triunfal operación ladrillo para atender una necesidad imperiosa en el barrio del Naranjo de nuestra capital.
Y es que se curtió como los buenos periodistas, desde abajo en el mundo de la radio, pues de joven se hizo amigo de unos participantes del cuadro de actores de Radio Córdoba EAJ24, a los que dirigía Miguel Salcedo Hierro, y allí, en aquella vetusta casa de la calle Alfonso XIII se quedó, de 1949 a 1994., en la que durante toda su vida profesional sería su casa, su única emisora.
Como un amante fiel y entregado, no claudicó ante tentadoras ofertas para irse de Córdoba a impartir su magisterio y sabiduría a otras tierras. Radio Córdoba EAJ24, la de los discos dedicados después de comer, su entrañable emisora, fue su escuela y su santuario. Muchas horas en la pequeña redacción y ante el micrófono contando la actualidad en directo, sin cassette que grabara la noticia. Simplemente porque antes no existían. Había que estar en la noticia, tomar nota y contarlo inmediatamente por el micrófono. Periodismo en su más pura esencia.
Y, tras cientos de retransmisiones de toda clase de espectáculos y actos sociales y culturales, nunca pudo olvidar Rafael la primera retransmisión que hizo de un espectáculo taurino. Y además junto al entrañable maestro Matías Prats Cañete. Él para Radio Córdoba, y el inolvidable Matías, para Radio Nacional de España. Nada más y nada menos que la alternativa de Manuel Benítez “El Cordobés” en los Tejares. Primero la tarde de la suspensión por la lluvia y después la apoteósica de su doctorado.
Por su inquietud periodística y profesionalidad fue nombrado corresponsal de Radio Nacional, Radio Exterior y TVE; de los diarios Madrid y ABC de Sevilla y Madrid, cubriendo en todos los casos información general.
Sería conveniente que el Ayuntamiento de Córdoba, que anda inmerso en la batalla de la rotulación de las calles, no olvidara el nombre de este periodista ilustre. Sería un acierto y un caso de plena justicia que su nombre engrandeciera el callejero de la ciudad..
Si grande fue con el micrófono, más grande lo fue en su trato, porque Rafael López Cansinos nació para hacer amigos. Y siempre fue fiel a esa máxima.
Descansa en paz querido amigo.-
Ladislao Rodríguez Galán, fotógrafo de prensa.
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