Juan Ortega muestra su toreo caro en Valdemorillo, aunque la espada le privó de redondear el triunfo.
Garrido tocó pelo en su segundo, y Miranda, aunque valeroso, tampoco redondeó sus intervenciones.
Valdemorillo: 8 de febrero de 2020.
El reportaje fotográfico fue realizado por los alumnos del XVIII Curso de Periodismo Taurino patrocinado por la Fundación Wellington, que asistieron al festejo.
Con más de tres cuartos de plaza, se lidiaron seis toros de Alcurrucén, bien presentados, parejos y dóciles, pero resultaron flojos y sosos, excepto el segundo, que fue el mejor del encierro. El tercero fue pitado en el arrastre y, muy protestado, por cornibrocho y gacho, el quinto. Juan Ortega (fucsia y oro), ovación y saludos desde el tercio, en su primero, tras aviso, y aviso y palmas en el cuarto. José Garrido (grana y oro) gran ovación en su primero y oreja en el otro. David de Miranda (sangre de toro y oro) ovación en ambos.
Durante el paseíllo, se detuvieron las cuadrillas, interpretándose por la banda de música, el himno nacional, entre vivas a España de un público emocionado, que aplaudió el españolísimo gesto.
El sevillano Juan Ortega, que ha cumplido sus cinco años como matador de toros, buenos lances de recibo a su primero, de nombre, sucesor, nº 47, castaño chorreado, de 530 Kilos, pero tuvo que desistir, por la querencia que mostró el toro hacia terrenos del desolladero, apretando por ambos lados. Con la muleta, varios pases por bajo, coreados por el público y rematados con uno de pecho de buen corte. El toro se emplaza en el centro del anillo, donde Ortega siguió plantándole cara,
enjaretando tres tandas con la derecha (la mejor la tercera), con la que arrancó la música, interpretando “Chiclanera”, pasodoble obra de Oropesa, Quiñónez y Antonio Carmona. Pasa la muleta a la zurda y dibuja una serie de naturales rematados con un apretado pase de pecho, siguiendo otra serie más templada. Ayudados por alto, antes de perfilarse, para dejar un pinchazo y media que el toro acusa. Sonó un aviso, cuando Ortega atronaba al segundo descabello. Tuvo que saludar desde el tercio.
En el cuarto, colorado, bragado, nº 17, de 520 kilos, de nombre “Bullanguero”, segundo de su lote, torea a la verónica, siendo coreado por el público con fuerza, serie que remató con dos medias también ovacionadas. Con un puyazo de Manuel Burgos, pide Ortega el cambio. Destacó su inicio de faena doblándose por ambos lados con dominio y torería, siendo ovacionado. El toro se viene abajo, suena la música y el público protesta, por lo que desiste la banda. Con la izquierda, muestra sus ganas de agradar en tres series, pero no acabó de calentar. Deja una casi entera. La presidencia le envía un recado y el toro dobla. Palmas a su labor.
José Garrido, de Badajoz, aprovechó las buenas condiciones de su primero, segundo de la tarde y el mejor del encierro, de nombre “Afectuoso”, nº 168, castaño bragado. De capote es ovacionado en verónicas, destacando en un gran quite por chicuelinas muy ajustadas, rematadas con media, calentando el ambiente. Faena con mucha decisión por ambas manos, siendo ovacionado, aunque no terminó de acoplarse con el toro. Estocada caída y descabello. El animal fue muy aplaudido en el arrastre.
En el quinto, “Doctorcito”, cornigacho y brocho, colorado, bragado, nº 58, de 520 kilos, que fue muy protestado por el público, Garrido inició su faena, que brindó a Javier Cortés, de rodillas. El toro salía suelto en los muletazos y deslució parte de
la labor del diestro, que optó por concluir con manoletinas también rodilla en tierra. Buena estocada de efecto rápido, pidiendo el público con fuerza la oreja, que fue concedida.
David de Miranda, de Huelva, se encontró con su primero, de nombre “Abandonado”, nº 159, castaño bragado y de 520 kilos, que humilló poco, y deslució su voluntariosa labor. Destacaron unos delantales que se jalearon. Con la muleta, el toro echaba la cara arriba, no obstante, consiguió series en las que se reconoció su valor y entrega. Estocada trasera; dobla el toro y fue pitado en el arrastre.
En el sexto, que salía suelto, no llegó a acoplarse con el capote. Un buen quite de Ortega, que cae ante la cara del toro, sin consecuencias. Al cuartear un par de banderillas, Antonio Chacón tropieza y cae delante del animal, sin mal mayor. Estatuarios muy ajustados, rematados con el de la firma. Suena la música. Con la izquierda, se hace aplaudir en series relajadas y bien rematadas. Circulares y arrucinas. Estocada tendida, una entera, caída, y dobla el toro. La cosa se enfrió y el público comenzó a abandonar la plaza.
Destacó en varas, Aitor Sánchez y, en los palos, Andrés Revuelto y Antonio Chacón.
Domingo Echevarría
Fotos: Javier Cáscales
Fotos: Javier Cáscales
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