LOS “ AYUDAS “ DE MANOLETE
Trastos
Cuatro mozos de estoques jalonan la carrera taurina de Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, El primero de todos fue Enrique Barrera Vasallo, quien acompañó al diestro en sus primeros avatares, si bien, sólo tengo una constancia fiable, y es que le acompañó a Écija el 8 de mayo de 1934. Con tan efímero recorrido, sólo tenemos claro que en el recuento de ayudas, fue el primero que le llevó los trastos. El investigador y crítico taurino Rafael Sánchez, lo cuenta así:
...”me lo presentó Juanito Camará, tras regresar Vasallo de residir bastantes años en Francia. En una posterior charla que tuve con él, me explicó que dejó de ir con Manolete, porque el torero ya empezó a desplazarse a sitios más alejados, y podía perder mi trabajo en la Renfe, “la vista que tuve”..., añadió seguidamente”...
Curro Molina (foto cedida por el escritor Paco Laguna)
El diestro, para solucionar tal circunstancia, solicitó la colaboración de un amigo de la infancia, nos referimos a Curro Molina, quien desde 1935 hasta finales del 38 estuvo a sus órdenes. Precisamente este año sintió los primeros síntomas de una cruel enfermedad, a consecuencia de la cual falleció el 27 de marzo de 1939, en el antiguo Hospital de Agudos.
Tan triste acontecimiento, hace que el califa, llame a su lado a otro amigo de la infancia, al recordado Guillermo.
Me honro con la amistad de Romy, el hijo de Guillermo, y por tanto será él quien nos ilustre sobre el particular:
...“Guillermo González Luque, nació el 23 de mayo de 1911, era por tanto seis años mayor que el “Padrino” (Romy se refiere a Manolete, tal y como le nombraban en
su casa). Guillermo, mi padre, fue algo más que “el fiel mozo de estoques”. Vivíamos en la casa contigua de la plaza de La Lagunilla.
Guillermo prendiendo la coleta a Manolete
Romy con Manuel Rodríguez (hijo de Palitos)
Mi padre procedía de “gente de coleta”, pues González proviene de la familia Rafael González Madrid Machaquito, su sobrino Luís González Poggi, fue mi padrino de bautismo. Y el segundo apellido -Luque- viene de su bisabuelo Antonio Luque González Camará. Mi padre también probó fortuna en dos becerradas del Club Guerrita, pero se dió cuenta de que no tenía “mano izquierda” … y lo dejó.
Desde el día de la tragedia, mi padre permaneció al margen del toreo, quedando al cuidado de Doña Angustias, desempeñando tareas de confianza hasta la muerte de ella (10-11-1980). “…
El otro mozo de estoques, Máximo Montes “Chimo”, fue un ayuda eficaz, habilidoso para resolver problemas del día a día, fiel y organizado “archivero-contable”, de los papeles que se producían, en el devenir de figura tan importante.
El “Chimo” y Manolete
Acompañó a Manolete como ayuda, junto con González Luque, quien por otra parte, fue el compañero de equipo, el hombre más cercano entre el torero y la familia, fue sin duda, su hombre de confianza.
El Chimo se consolidó como mozo de estoques, siguiendo las sugerencias de Camará, mientras Guillermo permanecía más cerca de la familia, y en particular de doña Angustias, razón por la cual se quedó en Córdoba, y Chimo fue quien acompañó al diestro en la campaña americana de 1945/1946.
Es obvio que tuvo un trato muy cercano con el diestro, hasta el punto de que (el propio Chimo, lo comentaba en una entrevista), en Linares, el día terrible para todos, conversó con Manolete, y recuerda emocionado que le dijo: ...”Me veo más enfermo que nunca, “Chimito” avisa a tu amigo…(mi amigo era el Dr. Jiménez Guinea)” …
Máximo Montes “Chimo”
Después del fatal episodio, volvió a su Madrid natal, y desde allí se especializó en montar espectáculos, arreglar papeles, ver toros para los empresarios, y dirigió a algún que otro novillero. En sus contactos, entregaba una una tarjeta de visita, que guardo y que dice así:
M. Montes “Chimo”
Asuntos taurinos Calle………..
MADRID…
Hubo otro personaje, que de manera circunstancial, formó parte del equipo de Manolete, el mismo día de la tragedia, que fue “Espaítas”, quien, - según cuenta Rafael Sánchez -, ...”tan trágico día, estuvo presente, como ayuda del habitual mozo de espadas “Chimo”, ya que esa labor la conocía perfectamente, no en vano era una de las actividades a las que se dedicaba de vez en cuando. Otra dedicación era como mozo de maletas en la estación, y además, tenía en el llano del Colodro un pequeño quiosco, en el que vendía aguardiente y “café de pucherillo”, a los madrugadores o trasnochadores – según se mire -. El modesto recinto se le conocía por: “El Chozo Espaítas”...
“Espaítas” es el primero de la izquierda.
En la redacción de este artículo me han acompañado con sus aportaciones documentales, cuatro excelentes personas: Paco Laguna, Rafael Contreras, Rafael Sánchez y Romy. Mi agradecimiento personal.
Y aquí finaliza el recuerdo a los hombres, que prestaron todo su saber y disposición, a uno de los toreros más grandes de la historia taurina, al coloso, al cuarto califa, al torero que engrandeció un apodo tan juncal como MANOLETE...
Francisco Bravo Antibón
Montaje: José Luis Cuevas
Romy hijo de Guillermo en la ofrenda Floral a Manolete que todos los años organiza Ladis; La Montera
Detalle de los Mozos de espadas
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