Respeto y libertad para la cultura taurina
Artículo de opinión de Andrés Lorite, Diputado Nacional del Partido Popular
Corría el año 2016 cuando tuve ocasión de vivir una afrenta inaudita de la izquierda contra la tauromaquia en la ciudad de Córdoba. La pretensión se iniciaba con la prohibición de financiar festejos taurinos por parte de las administraciones públicas, siendo el inconfesado deseo final la eliminación de los mismos en esta ciudad. La Córdoba de los Califas del toreo, la ciudad cuna de diestros de concepto único y universal estaba siendo mancillada en lo más íntimo de su ser, su alma cultural sufría un asedio radicalizado.
La profanación de la libertad hace sucumbir siempre a la manifestación de nuestra esencia cultural, esa que nos pertenece y que no es anulable ni reemplazable, porque la cultura no se inventa a golpe de postulados radicales. No se impone de forma rastrera la cultura de un pueblo, sino que se respeta y se promueve su libre ejercicio. Ante el referido ataque, el mundo del toro de Córdoba protagonizó un hecho inédito, algo que no es habitual en un sector tan fraccionado en la búsqueda de objetivos como es el taurino. Se articuló una respuesta firme, común y compartida a modo de plataforma en la que nos concitamos profesionales de la tauromaquia, peñas, asociaciones, colectivos y aficionados a título particular.
La unión y la perseverancia, los esfuerzos para parar la intolerancia y sus envites dio sus frutos en forma de rectificación. De esta forma, la plataforma cordobesa para la defensa de la tauromaquia había conquistado el objetivo para el cual se creó, un éxito a la postre.
La Constitución de 1978 preceptúa la obligación de que todos los poderes públicos garanticen la conservación y promuevan el enriquecimiento del patrimonio cultural, del que forma parte la tauromaquia desde el año 2013 con la promulgación de la ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la tauromaquia como patrimonio cultural. El legislador de 2013 hizo justicia con una actividad enraizada en nuestra historia y en nuestro acervo cultural común, categorizándola dentro de nuestra cultura con una condición que preserva, protege, promueve y dignifica nuestra fiesta nacional desde el texto constitucional: patrimonio cultural.
Enraizada en nuestra cultura, en nuestras tradiciones y en el arte, la tauromaquia ha sido una fuente inspiradora de otras disciplinas culturales y artísticas como la literatura, la pintura, la escultura, la música, etc. Pero, sin duda también la tauromaquia se convierte en un verdadero motor de desarrollo económico y de generación de miles de empleos, cuya incidencia es relevante en muy diferentes ámbitos y sectores de nuestra actividad económica nacional.
La vergonzosa censura que ha sufrido el sector taurino perpetrada a través del recientemente aprobado real decreto de ayudas al sector cultural es inaceptable. En la norma ni siquiera se menciona a la tauromaquia, lo cual representa una discriminación con respecto a otros sectores culturales que el ministro de Cultura debe corregir de manera urgente, además de asumir las responsabilidades políticas por un “olvido” injusto de una actividad protegida como patrimonio cultural. Sin embargo, como diría don Jacinto Benavente, la casualidad nunca es la explicación; y es que no puede ser casual que un Gobierno cimentado por una izquierda obsesionada durante años en eliminar lo que huela a España y a su tradición cultural, apoyado a su vez por fuerzas políticas secesionistas, se olvide involuntariamente de la tauromaquia.
El mundo del toro debe unirse y exigir respeto a nuestra fiesta nacional, reivindicar el sitio que por derecho propio le corresponde en la cultura y bloquear todo tipo de iniciativas y conductas contrarias a la libertad que la izquierda radical suele tener la tentación de llevar a efecto cada vez que ostenta el poder. La experiencia de la plataforma cordobesa de 2016 nos lleva a concluir que la unión del sector taurino fue buena por sí misma, ya que en este ámbito se suele carecer de unidad de acción, lo que conlleva debilidades ciertas. Si como en aquel caso se consigue defender a la tauromaquia de los ataques ideologizados, crecerá la cultura y la libertad.
Andrés Lorite, Diputado Nacional del Partido Popular
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