Vic-Fezensac: valor y verdad de Lamelas, sin premio por el acero, con una complicada corrida de Cebada
Morenito de Aranda saludó la única ovación en el cuarto
Alberto Lamelas se la jugó sin trampa ni cartón esta tarde en la cuarta de la Feria del Toro en Vic-Fezensac (Francia). El jiennense, con un lote que tuvo peligro y malas intenciones, derrochó valor y aplomo, incluso pudo pasear un trofeo del quinto, de no haber caído baja la espada. Morenito de Aranda dejó muletazos de buen trazo al cuarto, al que faltó transmisión, mientras que el toricantano José Cabrera no escatimó en actitud y ganas en su primera corrida de toros.
El quinto no descolgó nunca en los engaños y, en ocasiones, se vino al pecho de Alberto Lamelas. Muy firme toda la tarde el jiennense, con otro animal que tuvo peligro, pues además, reponía mucho. Valiente, Lamelas no volvió la cara y logró arañar derechazos estimables. Se volcó sobre el morrillo pero el acero cayó bajo y perdió el justo premio a su labor.
Bajo y muy bien armado, el tercero fue un animal peligroso, reservón y que midió lo suyo, sin ninguna entrega en las telas. Alberto Lamelas quedó prácticamente inédito, lo mostró por ambos pitones, quedándose en ambos a mitad del viaje, y fue a por la espada. Sin opción.
Otro toro fuerte y con trapío fue el cuarto, animal áspero y falto de raza con el que Morenito logró correr la mano con cierta rotundidad. Hubo muletazos de buen trazo, si bien, al conjunto le faltó esa transmisión que el animal no tenía. Por encima el torero burgalés que, además, rubricó su labor con una estocada de premios antes de saludar desde el tercio.
Serio y astifino desde la mazorca, el segundo fue un animal que siempre trató de defenderse. Protestó mucho el de Cebada que, además, fue menguando en su recorrido a medida que transcurrió su lidia. Morenito tiró de capacidad y solvencia para robarle algunos muletazos sueltos, pero no hubo opción de dar continuidad a su obra.
Cuatro varas tomó el toro de la alternativa de José Cabrera. Un astado de Cebada Gago áspero y sin entrega, que no se lo puso fácil al toricantano. Fue una faena basada en el pitón derecho, pero que no tomó vuelo por la dura condición del animal. Mató de pinchazo y estocada algo atravesada y fue silenciado.
En el sexto, Cabrera trató de agradar y logró conectar con el tendido con un vibrante tercio de banderillas aprovechando la movilidad que sí tuvo este animal, a pesar de su falta de entrega. Quiso agradar toda la tarde Cabrera, que derrochó actitud y ganas frente a un rival que deslució su labor por esa falta de humillación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario