TOROS EN POZOBLANCO, SENTIMIENTOS Y EMOCIONES
La primera emoción la trajo el paseíllo. El Fandi, Daniel Luque y el novillero Manuel Román se detuvieron ante la presidencia para guardar un minuto de silencio, que fue roto por un grito desde el tendido: "Por don Eliseo, que en Gloria está". Y el público rompió en una ovación de gala porque era verdad lo que decía la voz de aquel aficionado. Y así, hasta las nubes se sumaron a la melancolía en medio de un sol radiante. Y seguidamente, en el silencio estalló el Himno Nacional, ese que tanto le gusta al Gobierno, y que fue aplaudido de principio a fin concluyendo con el viva España de toda la plaza, cubierta en tres cuartos de su aforo. Primer triunfo: el de Eliseo. Segundo triunfo: el de nuestro Himno. Y tercero, el de la Banda Municipal de Pozoblanco, con más de 70 componentes, algunos jovencísimos. Enhorabuena al Maestro.
Pero ya está el primero en la arena y ya está El Fandi dando una larga cambiada de rodillas. El Fandi es capotero muy lucido en versión toreo espectáculo. Suyos fueron los dos quites de la tarde, uno de ellos por navarras. Continuó El Fandi el entusiasmando en banderillas en sus dos toros, aunque ya no ejecuta el par de la moviola, ese que culminaba corriendo hacia atrás hasta parar al toro con la palma de la mano. Su primero fue un zambombo, aunque bonito de cara. En su segundo, colorado, me dijo Fernando Tortosa, maestro que fue muy bueno en banderillas: "Lo ha cambiado sin picar y lo va a traer de cabeza".
Y en efecto, en el primer par no lo dejó cuadrar al Fandi y luego lo persiguió hasta el burladero. Pero colocó el maestro los tres pares arriesgando en un tercio emocionante. Y como se pueden perder facultades, pero no la casta, colocó El Fandi un cuarto par al violín, quedando así el honor del torero triunfante sobre las dificultades del toro. Con la muleta estuvo Fandi variado y valiente en ambos y con la espadas, como siempre: certerisimo como estoqueador y facilísimo con el descabello. Obtuvo una oreja en cada toro y puerta grande.
Daniel Luque lidió el segundo de la tarde. De salida, Fernando Tortosa me indicó que estaba descoordinado. Y en efecto, claudicó en el caballo y luego en la muleta. Pero el segundo de Daniel Luque fue el toro de la tarde, en parte porque es un torero poderoso y templado y lo fue haciendo obedecer. Lo lanceo con lucimiento y después lo cuajo con la muleta en una larga faena sobre las dos manos, en la que fue sometiendo al animal hasta acabar toreando con la zurda a gusto, hablándole muy toreramente en los cites al natural con que finalizó la faena: "Toro guapo, toro bonito...". Pero antes había tirado la espada, ligando una larga tanda de luquecinas que pusieron de pie a un tendido. La espada no entro sino hasta la tercera y todo quedó en una oreja, con gran contrariedad del torero porque se veía con el rabo.
Rumor en los tendidos con miles de cordobeses de la capital y la provincia. Manuel Román está haciendo una apuesta fuerte. Alternar con dos figuras del toreo en su tercera novillada no lo hace quiere, sino quien puede. Su primer novillo no se hubiera percibido apenas por el público de haberse lidiado como toro. Salió muy bruto y el toreo de capa tuvo que ser defensivo. Pero el novillo empezó a romper en banderillas y cuando Manuel comenzó por bajo sacándolo a los medios, ya rompió del todo. Las primeras series con la derecha formaron jaleo. Y luego por naturales alcanzó el zenit, todo ello con sencillez, con naturalidad, sin alterarse, que son las señas de identidad de su toreo. Que no las pierda nunca. Los pases de pecho de Manuel Román son espléndidos. Se gusta. Disfruta dándoles. Lástima de pausas impuestas por el fuerte viento, pero ni eso lo alteraba. Cerró al novillo toreando por bajo y dejó media estocada que precisó de dos descabellos. No obstante, la petición determinó las dos orejas para Manuel.
Su segundo si se notaba mas novillo. Fue, además, deslucido en el capote, y además, el público local estaba entregado a palmear los compases de la "Jota de Pozoblanco" interpretada por la magnífica Banda. Pero nuevamente, el muleteo fue remontando hasta torear Manuel a placer. Parecía que iba ligar un pocker de orejas, y más cuando dejó media espada a la primera, que fue hundiéndose hasta entrar hasta el puño. Pero cuatro descabellos colocándose en los primeros impidieron el trofeo.
El Fandi y Manuel salieron a hombros por la Puerta Grande. También lo mereció Daniel Luque. Los toros y novillos de Alcurrucen dieron en conjunto buen juego. Enhorabuena, por tanto, a Antonio Tejero por la buena organización.
Y como luego me llevaron unos amigos al Bistro que hay cerca del Ayuntamiento, puedo decir que echamos un completo día de toros.
José María Portillo Fabra,
presidente de la Tertulia Taurina El Castoreño del Real Círculo de la Amistad
Jose Luis Cuevas
Fotografias, Montaje y Editor
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