RAFAEL BEJARANO CANTERO O CÓRDOBA «LA PASERA» (1859 – 1883)
Fuente: Los toros dan y quitan
Rafael Bejarano corneado en el callejón
Banderillero y puntillero, nacido en Córdoba el 6 de agosto de 1859, falleció en Barcelona el 6 de mayo de 1883, a los 24 años de edad. Trabajando en la cuadrilla de Rafael Molina “Lagartijo” en dicha ciudad, la tarde del 4 de mayo de 1883 fue alcanzado por el burel de la vacada española de don Juan Antonio Mazpule, llamado según unos, “Soto”, y otros que “Garabato” , retinto claro –por su pelaje algunos cronistas aseguran que fue de don Nazario Carriquiri, tomó 8 varas de “Dientes”, “Manolo” y “Matacán”; al echarle un capote “La Pasera” saltó el toro tras él al callejón de la Plaza de la ciudad Condal, lo enganchó y le dio una enorme cornada en la articulación tibio femoral izquierda, calificada de gravísima en la enfermería de la plaza, de resultas de la cual falleció a los dos días, después de amputarle la pierna herida. “La Pasera” trabajaba de puntillero, pero banderilleaba cuando era necesario, figurando entre la gente de “Bocanegra”, “Chicorro” y “Lagartijo”. El Dr. Juan José Zaldívar Ortega, agrega, que el toro que le dio muerte se llamaba “Soto”, y de la malaventura de ese día refiere que, el 6 de mayo, “Soto” de la dehesa de Mazpule, corrido en Barcelona, saltó la barrera y dentro del callejón cogió a Rafael Bejarano (la Pasera), de la cuadrilla de Lagartijo, le infirió una cornada en el muslo izquierdo, de la cual falleció el 1de julio de 1883, después de amputarle la pierna herida.
Cortesía del historiador José Antonio Román Romero
http://gestauro.blogspot.mx/2013/09/rafael-bejarano-la-pasera.html
El ilustre historiador, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << en el coso de la Barceloneta, de la Ciudad Condal, resultó herido de consideración en el muslo izquierdo, por el retinto “Garabato”, de la ganadería de Mazpule, el cordobés Rafael Bejarano Córdoba (la Pasera) el 6 de mayo de 1883. Tras diversas alternativas en el curso de su curación, se agrava su estado hasta el punto de que el 1 de julio del mismo año de 1883, le es amputada la pierna afectada, lo que no logra evitar su fallecimiento, lo que ocurre a las primeras horas de la noche de ese mismo día. Había figurado en las cuadrillas de “Bocanegra” y “Lagartijo”, y en esta última realizaba la función de cachetero. »
Por su parte el cronista Rafael González Zubieta «El Zubi» refiere en su Blog Taurino en la Internet «Larga Cordobesa» que: El banderillero y puntillero cordobés, Rafael Bejarano Córdoba, conocido por el apodo taurino de «La Pasera», nació en Córdoba el 6 de agosto de 1859. Era hijo de otro banderillero, Juan de Dios Bejarano Martínez, hermano de la madre de Rafael Guerra. «La Pasera» hizo su presentación en Madrid en la cuadrilla de Manuel Fuentes «Bocanegra», pasando mas tarde a la cuadrilla de «Lagartijo». Su tarde trágica fue un 6 de mayo de 1883 en una corrida lidiada en Barcelona, con toros de don Juan Antonio Mazpule. El tercer toro llamado «Garabato», un retinto claro, salió con gran bravura al redondel. Dicen las crónicas de la época que el toro necesitó tomar al menos ocho varas por parte de los picadores «El Dientes», «Manolo» y «Matacán». «La Pasera» actuaba ese día de «cachetero». Fue a la salida del caballo, cuando el banderillero cordobés hizo un quite al toro y le echó el capote a «Garabato». El toro le apretó lo suyo hasta la misma barrera. «La Pasera» se dio cuenta del apuro y saltó con decisión la barrera y una vez dentro de ella pensó que estaba seguro y se relajó. Lo que no pudo imaginar es que «Garabato» hizo hilo tras él, y también saltó al callejón, donde logró engancharlo con los pitones y le propinó una gran cornada en la articulación tibiofemoral izquierda calificada minutos más tarde en la enfermería como «cogida gravísima». «La Pasera» quedó gravemente herido pero no murió en el acto. Su curación atravesó varias vicisitudes, hasta el punto de que casi un mes más tarde, el 1 de junio de 1883, su estado de salud de agrava seriamente, hasta el punto de que hubo que amputarle la pierna herida. A pesar de tanto sufrimiento y postración, este modesto torero cordobés no logra vencer a la muerte, que le llegó ese mismo día a las once de la noche. Tenía 22 años cuando murió. Es verdad que no fue un torero importante. Fue un torero de «plata», pero en Córdoba aun se le recuerda, pues con su muerte engrandeció la historia gloriosa de la Tauromaquia cordobesa.
Citan en el libro «Necrología Taurina» de Tomás Orts Ramos, «El Niño de Dios» (1866-1939), publicado en 1889, que: Rafael Bejarano (La Pacera).-Banderillero cordobés que, toreando en Barcelona, con la cuadrilla de Lagartijo, a la que pertenecía, tuvo la desgracia de ser cogido por un toro, de la ganadería de Ripamilán, el día 11 de septiembre de 1884. Falleció al poco tiempo en el hospital de la ciudad de los condes.
Fuente:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=14529
Refiere don José Antonio Román Romero, el historiador contemporáneo que mantiene en la Red el Blog taurino «De Hombres Toros y Caballos», que en el viejo circo de la Barceloneta mataban alternando el día 6 de Mayo de 1883, «Lagartijo» y su hermano Manuel. Los toros eran de Mazpule. Oficiaba de puntillero, el banderillero Rafael Bejarano «La Pasera», que dio al segundo bicho de la tarde el último puntillazo de su vida. Salió el tercero, retinto claro y algo brocho. Durante el tercio de varas saltó varias veces la barrera. En una de ellas lo hizo tras «La Pasera», empitonándole en el callejón junto a la puerta fingida de la presidencia que fue abierta inmediatamente, saliendo el de Mazpule al ruedo. En la enfermería los médicos de servicio apreciaron al infortunado diestro una herida de ocho centímetros de extensión en la articulación tibio-femoral izquierda. La cogida fue la señal del desorden, llegando el toro a apoderarse del peonaje. Solo «Lagartijo» conservaba su habitual serenidad. Al hacer los clarines la señal de muerte el gran maestro se dirigió tranquilo del todo al toro, al que sujetó con pocos pases haciendo renacer la confianza en la cuadrilla, dejándose caer con un gran volapié que hizo estallar la plaza en delirante aplauso. Cayeron al redondel numerosos sombreros que en las ansias de la muerte pisoteaba el toro el cual cayó aplastando algunos de ellos. La ovación fué estruendosa. «La Pasera» después de sufrir dos dolorosas operaciones falleció el día 1 de julio en el Hospital de Santa Cruz. Su entierro fue presidido por el espada Paco Frascuelo que con voz entrecortada pronunció la oración fúnebre.
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