lunes, 18 de febrero de 2019

JAVIER MERINO LIDIA UNA RES BRAVA POR PRIMERA VEZ 


Ladislao Rodríguez Galán
Afortunadamente la Escuela Taurina de Córdoba es una Escuela viva que continúa siendo vivero inagotable de toreros. El grupo de chavales que configuran su alumnado evolucionan día a día gracias a la entrega y dedicación de un profesorado altamente cualificado. No en vano el prestigio, a nivel nacional, de la Escuela de Córdoba está labrado con una labor de más de cuarenta años aportando toreros al panorama universal.

Javier Merino es un chaval de 17 años que lleva apuntado a la Escuela desde hace dos y su evolución es tan palpable que se ha decidido que debute en el campo lidiando un becerro. Para tal fin un grupo reducido de personas, entre los que estaban su padre y sus dos abuelos, se trasladaron a la ganadería Aguas Vivas (Belmez), que dirige con gran sacrificio el insigne aficionado Eduardo Márquez, un luchador al que le faltan horas del día para sacar adelante su proyecto. 

Para auxiliar a Javier se contó con la presencia del profesor Juan Antonio García "El Califa" y los alumnos Josué Hidalgo, "Joselito de Córdoba" y Carlos Fernández. El día fue espléndido y todo salió perfectamente, contribuyendo sobremanera el excelente juego del becerro que estaba reseñado para este debut.
Desde el saludo capotero quedó palpable la decisión de Javier de darlo todo. 


Tras un ramillete de ajustadas verónicas, rematadas con una vistosa rebolera, el joven torero tomó las banderillas y colocó dos pares de buena factura. Tras brindar la faena a sus familiares presentes, comenzó con unos estatuarios muy toreros. El becerro repetía con clase y los pases en redondo surgían bien enhebrados, uno tras otro, sintiéndose el chaval. Estaba a gusto. No faltaron, siguiendo el guión del que comienza, los revolcones. Fueron varios. 


Pero Javier en vez de amedrentarse porfío, esta vez con la zurda, para sacar varias series de mucho gusto. Hasta rubricó con unas manoletinas y unos descarados pases rodilla en tierra. Con la tizona
necesitó de dos entradas. Y así acabó una jornada campera muy entretenida y sobre todo, con la más que aceptable actuación de un nuevo torero. Adelante que el camino es largo y la ilusión es la mejor compañera. 




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