jueves, 9 de abril de 2020

El día en que Chiquilín se encomendó a Jesús Caído




La historia de la tauromaquia se halla indisolublemente unida a la religiosidad popular, consecuencia directa de que ambas son manifestaciones profundamente arraigadas en la esencia del pueblo en el que tradicionalmente han crecido y se han desarrollado. Múltiples son los ejemplos que corroboran esta máxima y miles los casos de personas vinculadas al mundo de los toros que se han encomendado a lo largo de las décadas a aquella devoción singular que goza de un lugar de privilegio en el altar de sus más íntimas convicciones y creencias.

Fotomontaje de Ladis
Hace 25 años, un 27 de mayo de 1992, Rafael González «Chiquilín» tomó la alternativa en el Coso de los Califas, en su Córdoba natal, con el firme propósito de convertirse en una figura del toreo y con el apoyo incondicional de una ciudad conocedora de sus inmensas cualidades para alcanzar el estrellato en el olimpo de los más grandes.
Aquella tarde, el diesto se doctoró de manos, nada menos que de Curro Romero, El Faraón de Camas, siendo testigo  Julio Aparicio, para lidiar reses de Jandilla y certificar ante su público, a pesar de resultar herido, con la oreja que cortó a «Canalla», su incuestionable potencial basado en su maestría con la mano izquierda, sus interminables pases de pecho, su toreo serio y de gran pureza y una verticalidad que recordaba otros tiempos y a otros matadores, acaso por estar emparentado con «Lagartijo» y «Manolete» cuyo centenario se celebra precisamente este año.



Y precisamente como «Manolete», la vinculación de «Chiquilín» con la religiosidad popular cordobesa, en concreto con la Hermandad de Jesús Caído, ha sido una constante a lo largo de toda su vida. Buena muestra de ello es que el día más importante hasta aquel entonces de su carrera, se encomendó al Rey de San Cayetano, al Dios de los toreros, ya que Rafael González, lució en aquel histórico paseíllo un capote de paseo recibido días antes de esta cita de manos de la Hermandad del Caído en el que figuraba la imagen del titular de San Cayetano. Tal vez la mano del Caído brindara su protección a Chiquilín en aquella tarde histórica. Lo que es una certeza indiscutible es que su luz le ha seguido acompañando en todos los pasos de su vida. 




Chiquilín entrega un importante donativo a la obra social del Caído y a Cáritas en el XXV aniversario de su alternativa
La prestigiosa web taurina Puerta de los Califas ha informado que Rafael González “Chiquilín” ha entregado la recaudación de la fiesta campera celebrada el pasado 22 de abril en la Hacienda “El Cordobés” a las dos entidades a cuyo beneficio se había organizado este evento.Ante la imagen de Jesús Caído, el torero de Santa Marina hizo entrega a Rafael Manueño, hermano mayor de la hermandad, a la que pertenece “Chiquilín”, y a Cáritas de la Parroquia Sagrada Familia, representada por su párroco, Rafael María, de la cantidad de 9410 €, que han sido repartidos equitativamente para ambas entidades.



De esta forma, los 4705 € recibidos ayudarán de manera importante a las actividades que tanto la Parroquia Sagrada Familia como la obra social de El Caído desarrollan a lo largo encaminadas a paliar necesidades de las familias cordobesas más desfavorecias.
Rafael González agradeció la asistencia de quienes acudieron a la fiesta campera – en la tentó dos reses -, enmarcada en los actos conmorativos de su XXV aniversario de alternativa, contribuyendo así al éxito económico del mismo.

Rafael González, lució en aquel histórico paseíllo un capote de paseo recibido días antes de esta cita de manos de la Hermandad del Caído en el que figuraba la imagen del titular de San Cayetano. Tal vez la mano del Caído brindara su protección a Chiquilín en aquella tarde histórica.

Fotos ladis








María José Y Chiquilín antes de hacer el paseíllo

Algaba, Gago, Ostos, Chiquilín, Moreno, liria y Serguio Sanz





Cuevas se Hecho pa lante y les dio unos pases al becerro

Chiquilín a hombros de Serguio Sanz




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