RAFAEL SORIA MOLINA “LAGARTIJO”
LOS DUENDES DE LA MAESTRANZA,
AÚN PREGUNTAN POR ÉL;
¡MIRA SI SERÍA FINO!
QUE HASTA EL PROPIO GIRALDILLO,
CREYÓ QUE ERA MANUEL…
Domingo Echevarría
Nació de forma circunstancial en Ecija (Sevilla), el 15 de Enero de 1930. Emparentado con los Molina – su madre era hija de Rafael Molina Lagartijo Chico - por tanto fue sobrino de Manolete,
Lo que más cerca tuvo de las manos desde pequeño, fue una muleta y un capote. Apenas con once años ya se medía con vaquillas en las tientas.
El primer traje de luces se lo ajusta en Priego de Córdoba, el 20 de Mayo de 1946, junto a José María Martorell , lidiando reses de Francisca Marín.
La temporada de 1947, alternó en 5 novilladas.
En la de 1948 torea veintisiete novilladas y cuatro festivales.
En la de 1949 se presenta en Madrid, el 16 de Junio, con reses de Juan Cobaleda y Alicio Tabernero. Le acompañaban en el cartel, Manuel Carmona y el recordado Manuel Calero Calerito. Finalizó el año con catorce novilladas y tres festivales.
En el año 1950 hace el paseíllo en diez ocasiones y alternó en dos festivales.
En el 51 se prepara para la alternativa, lidiando previamente nueve novilladas.
Tiene lugar la ceremonia el 7 de Octubre de 1951 en Montoro (Córdoba), coso que abría de nuevo tras una remodelación.
El toro del doctorado se llamó Rodilla, era negro zaíno, lucía el n.º 22 en el costillar de la ganadería del Duque de Pinohermoso. Lagartijo vistió un terno perla y oro, suavecito de color como le gustaban a su tío... La alternativa - que después no confirmó - resultó de lujo. En el cartel tres cordobeses: José María Martorell, Manuel Calero Calerito y Rafael Soria Molina Lagartijo, heredero directo de la sangre de los Molinas y sobrino de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”; ¡ahí es nada!, ingredientes de sobra, para protagonizar una tarde llena de arte, nostalgia y responsabilidad, tal vez excesiva. Martorell fue el padrino, y de testigo Calerito. Tenemos a mano una de las crónicas que se escribieron del evento, concretamente la publicada en la edición andaluza de ABC:
…”EN MONTORO, ALTERNATIVA DE LAGARTIJO
Montoro-. Se lidiaron reses del duque de Pinohermoso. Lagartijo tomaba la alternativa.
Martorell en su primero, ovación. En su segundo, dos orejas y rabo.
Calerito en su primero, dos orejas y rabo. En su segundo, gran ovación.
A Lagartijo le dio la alternativa Martorell. En su primero hubo petición de oreja.
En el que cerró plaza, cortó dos orejas y rabo”…
Fue una tarde de toros espectacular. Los tres toreros cordobeses derrocharon capacidad y arte a raudales. El camino de vuelta de los aficionados que acudieron al doctorado de Rafael, fue alegre y colmado en sus apetencias taurinas. El protagonista de la tarde resultó ser el nuevo y joven matador de toros, quien en varias entrevistas, recuerda el acontecimiento con mucho cariño:
…”el padrino fue mi gran amigo José Mª Martorell”…
…”tarde muy bonita para los tres cordobeses, y también para el público, que se lo pasó en grande. ¡ Cuánto le hubiera gustado a mi tío, estar aquella tarde conmigo ¡”…
…”estaba deseando retirarse para apoderarme. Estaba loco porque yo fuera figura del toreo. Creía mucho en mí”…
Días después, el 21 de octubre de 1951, actuó en la corrida benéfica pro-monumento a su tío “Manolete”, era la segunda intervención como doctor en tauromaquia.
Cerró la etapa como tal, con una última actuación de luces, el 22 de setiembre de 1952 en Ëcija (Sevilla). Entró en el cartel sustituyendo a Calerito. Fue un mano a mano con el diestro mexicano Carlos Vera Cañitas. Ambos lidiaron, no sin dificultades, por la dureza del ganado. Las reses fueron de Enrique Pérez de la Concha.
A partir de este festejo, se retiró de la práctica profesional del toreo, pero sin dejar de estar inmerso en ese mundillo, porque aunque no se vestía de luces si se vestía hasta sus últimos días con el terno de los sueños taurinos.
Cuando se le presentaba la ocasión, intervenía en tientas de becerras, la última con motivo de su ochenta cumpleaños…
La esencia de su toreo, fue sin duda el justo tributo a su asolerada ascendencia. Desplegaba la franela con temple y garbo, empapada de arte, a cuatro dedos de la cabeza del toro. Decían sus seguidores, que tan sólo por verle hacer el paseíllo, valía la pena asistir a la corrida de turno, y si además, esa tarde punteaba un estatuario y brotaba un ramillete de naturales ligados, la tarde se convertía en inolvidable…
Como ya indiqué en párrafos anteriores, participó en la histórica corrida hispano-mejicana celebrada el 21 de Octubre del mismo 51, organizada por Carlos Arruza a sugerencia de José Luis de Córdoba. Se lidiaron once toros, que estoquearon: Gitanillo de Triana, Carlos Arruza, Parrita, Capetillo, Martorell, Jorge Medina, Calerito, Aparicio, Anselmo Liceaga y Rafael Soria Lagartijo, abriendo a caballo y rejoneando un ejemplar el duque de Pinohermoso.
Después de lo cual, alternó en otra corrida más en tal temporada y otras dos en el 52 , retirándose del toreo profesional con la dignidad y coherencia que siempre le ha caracterizado.
FALLECIMIENTO
De la misma iglesia – la de San Miguel – despidieron al otro Lagartijo en 1900, ahora le tocaba salir también a hombros, a nuestro moderno Lagartijo: Rafael Soria Molina, que falleció el 9 de febrero de 2013, a los 83 años de edad.
Rodeado de numerosos amigos y representantes del mundo del toro, estuvieron presentes en la misa de córpore insepulto, que ofició su sobrino el párroco de Villanueva de Córdoba Juan Vicente Ruiz Soria.
Pero antes de la ceremonia eclesiástica, el coche fúnebre se dirigió al coso de Los Califas, en cuyo albero le fue tributado un sentido homenaje de despedida, con el féretro a hombros de familiares y amigos dieron la vuelta al ruedo hasta salir por la puerta grande.
Sus restos reposan en el cementerio de La Salud.
FRANCISCO BRAVO ANTIBÓN
JOSE LUIS CUEVAS
Montaje y Editor
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