Apoteosis de Ponce y temple de Galván, triunfo rotundo en Pozoblanco
En figura máxima se despidió don Enrique Ponce de la afición cordobesa. Faena larguísima y llena de emoción, se acopló al paso doble Concha Flamenca de manera magistral. Temple, pausas, miradas de descaro al tendido, de estar muy por encima de todo, de ser lo que ha sido durante más de treinta años. Después, como un novillero, se tiró con ambas rodillas a tierra, para seguir muleteando pleno de temple. Después de dos pinchazos, cortó dos orejas y le pidieron el rabo…
Brindó a Antonio Tejero y dio dos vueltas al ruedo.
Decidido Talavante con el enrazado Sombrerero-31 corrido en segundo lugar y para el que parte del publico pidió el indulto. Comenzó Alejandro con pases por alto a pies juntos en el tercio y pases cambiados por la espalda, que pusieron al público en pie e hicieron que arrancara la música. Luego un trasteo intenso con naturales a ralentí y muy buenos derechazos. El toro con raza, pero con una embestida más bien descompuesta. Y Talavante, dispuesto pero sin muchas apreturas. El toro fue premiado con una generosa vuelta al ruedo. Una oreja.
Muy medido de fuerza y de raza anduvo el quinto de la tarde, que incluso se dolió visiblemente en banderillas. Con él Talavante estuvo dispuesto y queriendo cortar la orejita que le faltaba para salir a hombros. Pinchó dos veces, antes de dejar una casi entera y después de una leve petición, saludó una ovación desde el tercio.
Comenzó David Galván con su personal faena, rodilla genuflexa y derechazos alegrando al toro con la voz, como el de Cayetano Muñoz embestía templado, lo lució perfectamente. Ya erguido y al natural se rebozó en unos naturales muy templados y en redondo. Trasteo largo, con muchos redondos invertidos y derechazos de rodillas. Variado e intenso, con ganas. Entera. Dos orejas.
Comenzó su faena al sexto, con estatuarios a pies juntos muy celebrados, después de brindar a Julio Maza .
Luego se fue a los medios, citando al toro desde lejos varias veces, lo lució bien y lo toreo después en redondo con mucha verdad.
Con unos redondos con la rodilla genuflexa cerró su faena y después de una entera, paseó otras dos orejas
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