miércoles, 13 de agosto de 2014

ROCIO ROMERO




 El festival del próximo jueves en Dos Torres, tendrá un significado especial para Rocío Romero. La joven becerrista, que cumplirá su quinta actuación del año, hará el paseíllo en una plaza que no le es extraña, puesto que ya ha toreado antes en su ruedo. También, lo hará en el pueblo donde tiene sus raíces familiares y donde, cada verano desde que nació, pasa una temporada de vacaciones. Coincidiendo con su estancia estival, las fiestas de San Roque, a mediados de agosto, han supuesto siempre un aliciente. Primero, como divertimento durante su infancia y posteriormente, como alimento para su afición taurina, presenciando festejos en su plaza de toros y las tradicionales sueltas de reses que tienen lugar en la localidad vallesana durante los días feriados. Precisamente en una de estas sueltas, allá por 2011, cuando contaba con 13 años, Rocío se armó de valor y por vez primera se puso delante de una becerra (la imagen, de poca calidad pero de gran valía sentimental, así lo atestigua), quedando, como posteriormente ha reconocido en diversas ocasiones, “enganchada para siempre”. Después, vino su paso por la Asociación de Aficionados Prácticos, su inscripción con alumna en la escuela del Círculo Taurino de Córdoba, su debut en público en la Becerrada “Homenaje a la Mujer Cordobesa” y todo lo que más o menos viene siendo conocido de su aún escasa trayectoria, pero no exenta de ilusión en ella y en los aficionados que encuentran en sus formas un punto de distinción en la intención y ejecución de su toreo. El camino a recorrer, tan largo y duro, invita a la prudencia, al pasito a pasito y, cómo no, a saborear todo lo bueno que la joven de Ciudad Jardín, usía de raíz, nos siga deparando en su desarrollo y evolución taurina. Bueno como su actuación en Cabra, hace un mes, la mejor que hasta ahora ha tenido en público, y que no ha hecho otra cosa que aumentar sus ganas de verse en la próxima. “Estoy deseando que llegue el día. Tengo muchísima ilusión de poder torear en el que siento como mi pueblo. Ojalá los novillos acompañen y podamos disfrutar y hacer disfrutar a la gente”. Hablábamos de 2011, de aquella primera experiencia frente al animal bravo en la plaza de Dos Torres. No ha sido la única. Sin ir más lejos, el pasado año, durante la suelta de reses, Rocío volvió a pisar el ruedo y a trazar, muleta en mano (como muestran las imágenes), un trocito de sus sueños en un albero que este jueves no le será ajeno. Y aunque “sólo” sea un festival, para ella significará un paso más en ese camino que aquí comenzó y que desde aquí quiere seguir recorriendo. “Torear en Dos Torres es algo muy especial para mí. Aquí fue donde me puse por primera vez delante de una becerrita, los primeros “oles” que escuché…”.

                                                                                                        JUAN J. ESPINOSA

                                                                                                    FOTOS J.L.CUEVAS





No hay comentarios:

Publicar un comentario