domingo, 2 de agosto de 2015

    FALLECE ANTONIO ROLDÁN “EL PITU”

Antonio Roldán Amaro, subalterno cordobés más conocido por su apodo “Pitu”, aunque José María de Cossío lo cita en su magna enciclopedia como “Amaro de Córdoba”, refiriendo el grave percance que sufrió en Fuengirola (Málaga), el 12 de octubre de 1958.


Nacido en Santa Marina, pronto hizo mella en él la torería del barrio, siendo el toro desde entonces el eje de su vida. Inicia sus pasos junto al “Chicharra” de San Cayetano y “El Gallego” de Santa Marina. Tomar su familia en arrendamiento, como residencia, unas habitaciones junto a la herrería del padre de José María Martorell, le lleva a su amistad con el torero, siendo “El Pitu” su mentor por primera vez ante una res, en una capea de la localidad jiennense de Lopera. De joven, siempre gustó de amistades mayores que él, las que solían interpelarle: -¿pero tu donde vas “Pituso”?- de ahí su apodo. 

Junto a Manolo “Zurito”, Antonio Rubio, “Chocolate” o Cristóbal Sánchez Contreras, y la mayoría de los aficionados de entonces, frecuenta capeas y tentaderos por las dehesas cordobesas y actúa en varias ocasiones en las nocturnas del “Coso de los Tejares”.

 Al hacer “Rafalito Lagartijo” junto a su tío “Manolete” campañas de invierno por tierras salmantinas, decide escapar también a Salamanca, donde orientado por Rafael, consigue soltura ante las reses y varias actuaciones como novillero en Salamanca y pueblos limítrofes.
  Finalmente tras muchas vicisitudes como torero errante, consigue abrirse paso como subalterno, escalafón donde alcanzó nombre y afecto entre los taurinos. Como tal militó junto a casi todos los novilleros y matadores de su tiempo, sobre todo junto a Manuel Cano “El Pireo”, Fernando Tortosa y “El Hencho”, entre otros.

 Afortunado en los juegos de azar en varias ocasiones, no dudó en ayudar en su carrera a muchos toreros, tanto paisanos como foráneos; entre ellos Pepín Fernández, Rafael Gago, Curro Fernández “El Coli”, Santy Heredia o Fermín Vioque. En la Pensión que regentaba su compañera sentimental, junto a la madrileña plaza de Santa Ana, siempre acogió a los aficionados y toreros que solicitaron su ayuda. Amante también del mundo flamenco, tenía su pellizco y gracia interpretando los cantes, sobre todo los de Córdoba, y vivió noches flamencas junto a Vallejo, Porrinas, Marchena y otros muchos artistas de su tiempo. Alcanzado por un vehículo cuando circulaba en un ciclomotor, bajando de la sierra cordobesa, sufrió importantes lesiones que mermaron mucho sus facultades en sus últimos años. Había nacido en Córdoba, el 28 de junio de 1928, y en injusto  e inmerecido anonimato, falleció el pasado 10 de julio de 2015, en su tierra natal, sin que sus muchísimos  amigos pudieran dedicarle sus últimas muestras de afecto. Desde aquí nuestra más sincera condolencia a sus familiares y amigos. Descanse en paz “El Pitu”.

                                                   Domingo Echevarría 

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