UN HERIDO, UN TRIUNFADOR Y BUENOS NOVILLOS EN SANGÜESA
Fotos Aerizalde.
Por: Toros en Navarra
El Roque, de Salamanca, terminó en el hospital, mientras que Reyes logró salir a hombros. Reportaje fotográfico: Aerizalde.
Ganado: Cuatro utreros de Santafé Martón, muy bien presentados y, salvo el complicado primero, nobles, con clase, pero de medidas fuerzas. El segundo fue aplaudido en el arrastre.
Novilleros: Jesús Gómez ‘El Roque’ (aplausos, cogido) y Rafael Reyes (oreja, oreja y aplausos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Sangüesa (Navarra). 25 de septiembre de 2021.
Presidencia: A cargo de Francisco Gómez Vique, asesorado por Jesús Sola y Andrés Pemán, cumplió con buen criterio su cometido.
Incidencias: Tarde soleada y agradable. Media plaza dentro del aforo permitido. El Roque fue trasladado a Pamplona con posible fractura de algunas costillas. Reyes salió a hombros.
La novillada picada de Sangüesa se caracterizó por el protagonismo que tuvo la materia prima. Al abrirse de capa El Roque fue cogido por el que abrió plaza y recibió un golpe tan duro que todavía estará doliéndose él.
El joven salmantino dio una lección de pundonor y aguantó hasta acabar con el utrero, cosa que hizo al segundo intento, de una estocada, que le valió los aplausos del público.
A partir de ahí, el resto de la novillada quedó para Rafael Reyes: tres hermosos utreros como tres soles, ante los que consiguió triunfar.
El segundo de la tarde tuvo una salida fulgurante y se partió el pitón derecho al estrellarse contra un burladero. En tales condiciones, el novillero cordobés, tanto con los rehiletes como con la muleta, derrochó ganas ante el noble utrero, del que cobró una oreja, pese a acertar al tercer intento con el acero.
El tercero derribó estrepitosamente al caballo y el picador quedó atrapado. Fueron unos momentos angustiosos que se resolvieron sin problema alguno. Ya en último tercio, el novillo mostró su clase pero el novillero no acertó con las distancias. Un excesivo toreo de cercanías no impidió que, tras pinchazo y estocada, cobrase otra oreja, la que le aseguraba la puerta grande.
Y el cuarto y último, por sus hechuras, fue un señor toro, al que lo picaron mucho y mal. Pese a ello, mostró su nobleza en el último tercio. Reyes lo intentó pero además falló al matar, por lo que se tuvo que conformar con unos aplausos.
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