LOS PIONEROS DEL ROCK CORDOBÉS
-”Hola...Lucía, ¿qué tal?”... Me gustaría hablar con tu padre acerca de una publicación que creo que tiene guardada en un cajón desde hace años, y esto lo tiene que saber la gente, es nuestra obligación dar a conocer a LOS PIONEROS DEL ROCK CORDOBÉS, se lo debemos...”Es así como comenzaba esta aventura. Después de un tiempo y de mi percepción sobre las charlas y entrevistas que hemos tenido acerca de cómo comenzó el Rock en nuestra ciudad, llego a la conclusión de que a los grupos y artistas que aparecen en esta publicación les debemos todo lo que hoy somos en la cultura pop-rock en Córdoba, y que sin duda, los músicos estamos aun más en deuda con ellos.
En los años 70, cuando por un “bolo” se cobraban 300 pesetas (unos 2€) y un amplificador costaba 50.000 pesetas (300€) o una guitarra entre 20.000 y 30.000 pesetas (entre 120 y 180€)...os pongo en situación. El precio medio de un piso de 3 habitaciones en esa época en España era de unas 200.000 pesetas (1.200€). Nada tenían a su favor estos pioneros, no había métodos para estudiar el instrumento, encontrar discos de rock era un imposible, no existían los “HomeStudio”, ni por supuesto las redes sociales o videos didácticos...Por el contrario, había muchas ganas de cambiar el mundo, ganas de comérselo, originalidad e ingenio para salir adelante y mucha ilusión por esta profesión: SER MÚSICO de Rock en Córdoba.
Hoy en día debemos poner en valor esto, creo que por suerte disponemos de todos los medios que antes eran impensables, pero quizás estemos más dormidos o con menos necesidades, quizás más acomodados en nuestro entorno y con menos “hambre”. Contamos para hacer referencia a estos pioneros del Rock con José Santiago “Beethoven”, maestro de muchos músicos en activo y un referente en nuestra ciudad.
Por suerte, aparte de dedicarse a la música, ha sabido conducir su curiosidad sobre las formaciones de Rock en Córdoba y dispone de un registro documentado con la mayoría de estos héroes. Muchos hasta ahora anónimos y que hoy conocerás, algunos de ellos, debido al paso natural del tiempo, ya no se encuentran entre nosotros, para ellos va nuestro reconocimiento y recuerdo.
Pero, sin duda, con lo que me quedo para mí es con lo que “Beethoven” me ha transmitido de aquella época, en la que todo parecía fácil, y del que solo guarda buenos recuerdos. Agradezco también que contase conmigo para la edición y publicación de este libro-catálogo.
Espero que te transporte a aquella época y que esta curiosidad te lleve a ver de dónde venimos todos los que hoy vivimos de la música en Córdoba.
Desde nuestra Asociación CEMAC, creemos que tenemos la obligación de publicar este trabajo, para saber como empezó todo... Adelante, pasen y vean.
Así comienza el libro recopilatorio de la historia de la música rock en Córdoba, prologado por José Gutiérrez y escrito por José Santiago: de pie en la vida.
El libro recoge, después de muchísimo esfuerzo de investigación, recopilatorio y de escritura, la historia musical desde 1960 hasta 1980, cuando nuestra ciudad y provincia pario a numerosos jóvenes que dieron todo por expresarse con sus canciones. De ahí nacieron los que ahora todavía podemos escuchar, a pesar de su avanzada edad, y que pronto sacará su nuevo disco. Medina Azahara.
Gracias Pepe Santiago “Betoben”, por tu trabajo, a José Gutierrez “el guti”, y a la Asociación cultural CEMAC, por su apoyo y trabajo para que esta edición, de la que ya no quedan ejemplares, saliera a la luz.
Me comprometo a hacer las resituó es para que se pueda reeditar esta publicación, lo que hace falta es que la entidad que tiene (o debe tener) la maqueta, quiera colaborar para tal fin.
Gracias Betoben, gracias amigo.
¿Qué te lleva a ser músico? ¿y por qué eres conocido como beethoven?
Empecé con 7 años tocando la bandurria, estuve en el conservatorio y en el Centro Filarmónico. Éramos muy pocos alumnos, y nos hicimos llamar por sorteo Mozart, Chopin,...y a mí me tocó Beethoven. Allá por el año 62 comencé a obsesionarme con los sonidos de traían grupos como los Beatles, o bien con aquellas canciones que llegaban de América, como las de Elvis. Las emitían en la radio, y en televisión con esos programas musicales -como el de Raúl Matas- donde aparecían Los Brincos, Los Sirex,...La guitarra era mi obsesión. Ya con catorce años, compaginando el trabajo en la platería y coincidiendo con el grupo Los Gióvanes, mi padre pudo comprar una guitarra que venía de Valencia, la más económica (1500 pesetas de la época, que era una fortuna) pagada a letras.
¿era muy difícil adquirir un instrumento musical?
Mucho. Solo podían pagarlo los padres, ya que tocábamos gratis o por cantidades ridículas. Pero la pasión era tal que comprábamos a plazos material de mejor calidad que nos llevaba a endeudarnos de letras y recibos. Hasta que nos estuve en Las Manos no comencé a estar económicamente independiente.
¿Cómo era la ciudad de Córdoba en esos años en los que vosotros los jóvenes ya estábais llenos de inquietud?
Date cuenta que en la radio solo se escuchaba folclore, y estaba todo empapado de esa cultura propiamente de la época política que nos tocó vivir. Ya algunas emisoras -con Alfredo Asensi, por ejemplo- comenzaron a emitir líneas musicales actuales, y en los bares o clubes de la ciudad, comenzamos a tocar los domingos, bien simplemente a cambio de la invitación de consumiciones, bien por coger cada vez más experiencia. Más adelante ya se empezó a cobrar entrada. Y los sonidos que tocábamos, todo empapado de rock and roll, de twist, hacían enloquecer a la juventud. Que me vengan a la cabeza, recuerdo El Candil en calle Maestro Priego López, más tarde pasó a llamarse Peña Egabrense; Saint Cir Club en Calle Cruz Conde, (actuaron entre otros La Manos); Larrea en Jesús Rescatado, Ambar en Paseo Victoria (actuaron allí Kiowats,Califas), Las 17 Columnas (eran 17 hermanos) en Infanta Doña María, Bar Jardín en Carretera de Cádiz; Bar Ventura en Carretera Granada, Cine Maxi -el Cine Maxi estaba ubicado en la calle Conquistador Benito de Baños- y por supuesto Polideportivo en Sector sur, donde actuabamos todos... También en el Centro Filarmónico se daban bailes con grupos. No por ello debemos olvidar que esos años 6o llevaban también la vigilancia de las instituciones para preservar el orden establecido.
Una vez alcanzada una técnica importante y una fuerte personalidad musical gracias a tocar con tantos grupos y tantos conciertos realizados, llegamos a la década de los 7o. ¿Qué supone este nuevo tiempo para ti? Fueron años de viajes, de tocar en otras ciudades como Bilbao, donde estuve una larga temporada con Las Manos, y perdimos el contacto con la ciudad de Córdoba. A partir de aquí montamos el grupo Flor y Nata. Comenzamos a tocar de una forma más comercial. Tengo el recuerdo de sonar previamente de un modo, digamos más “puro”, con sonidos de grupos desconocidos, más rockeros o progresivos. Pero las discotecas y locales, e incluso los representates nos pedían temas o indumentarias acorde con lo que estaba de moda en ese momento.
Cómo era la ciudad de Córdoba en esos años en los que vosotros los jóvenes ya estábais llenos de inquietud?
Date cuenta que en la radio solo se escuchaba folclore, y estaba todo empapado de esa cultura propiamente de la época política que nos tocó vivir. Ya algunas emisoras -con Alfredo Asensi, por ejemplo- comenzaron a emitir líneas musicales actuales, y en los bares o clubes de la ciudad, comenzamos a tocar los domingos, bien simplemente a cambio de la invitación de consumiciones, bien por coger cada vez más experiencia.
Más adelante ya se empezó a cobrar entrada. Y los sonidos que tocábamos, todo empapado de rock and roll, de twist, hacían enloquecer a la juventud. Que me vengan a la cabeza, recuerdo El Candil en calle Maestro Priego López, más tarde pasó a llamarse Peña Egabrense; Saint Cir Club en Calle Cruz Conde, (actuaron entre otros La Manos); Larrea en Jesús Rescatado, Ambar en Paseo Victoria (actuaron allí Kiowats,Califas), Las 17 Columnas (eran 17 hermanos) en Infanta Doña María, Bar Jardín en Carretera de Cádiz; Bar Ventura en Carretera Granada, Cine Maxi -el Cine Maxi estaba ubicado en la calle Conquistador Benito de Baños- y por supuesto Polideportivo en Sector sur, donde actuabamos todos... También en el Centro Filarmónico se daban bailes con grupos. No por ello debemos olvidar que esos años 6o llevaban también la vigilancia de las instituciones para preservar el orden establecido.
Una vez alcanzada una técnica importante y una fuerte personalidad musical gracias a tocar con tantos grupos y tantos conciertos realizados, llegamos a la década de los 7o. ¿Qué supone este nuevo tiempo para ti? Fueron años de viajes, de tocar en otras ciudades como Bilbao, donde estuve una larga temporada con Las Manos, y perdimos el contacto con la ciudad de Córdoba. A partir de aquí montamos el grupo Flor y Nata. Comenzamos a tocar de una forma más comercial. Tengo el recuerdo de sonar previamente de un modo, digamos más “puro”, con sonidos de grupos desconocidos, más rockeros o progresivos. Pero las discotecas y locales, e incluso los representates nos pedían temas o indumentarias acorde con lo que estaba de moda en ese momento.
Tantísimos grupos en los que has trabajado y dejado tu sello. Tantos compañeros conocidos en este largo camino
Sí. Figúrate. Aquellos comienzos con Los Difíciles, Los Califas... Tantos guateques y locales como el Teatrro Duque de Rivas. Ya con más experiencia pasé a Los Clakers en el 67; más tarde pasé a Las Manos con los que estuve hasta el 7o, para llegar a Flor y Nata en el que permanecí hasta el 74. A partir de aquí constituimos Trinidad, cuya vida llegó hasta el 78 -hicimos conciertos por toda Andalucía y Alicante-. Ya en el 8o, tres componentes de Trinidad decidimos llevar a cabo el proyecto de Banda Sureña. Hasta el año 96.
Hay que señalar, Pepe, la escasez de mujeres solistas o en grupos. Qué decir de Francia, Italia, o bien en Madrid o Barcelona, donde sí se prodigaban las cantantes ye-ye. No tienes constancia de su sello en la ciudad o la región.
No, sinceramente era todo muy difícil. Hasta bien entrado los años 8o, donde sí llegaron un gran número. Si bien recuerdo en la década de los 6o en el trío Amara, una componente.
Constantemente haces referencia en el libro a la llamada para realizar el servicio militar. ¿Qué significaba esto para esos jóvenes? ¿era el principio de un final para tantas aspiraciones?
Significaba romper todo. Porque se fragmentaban los grupos, y había que buscar sustitutos en una época en que esto era muy difícil, ya que no existía un gran número de ellos. Lo que llevaba a rotar muchos compañeros en bandas.
Yo tuve la suerte de quedarme en Córdoba, lo cual me permitió continuar ensayando y tocando con el grupo de entonces, Las manos. Pero muchos de los llamados a filas, al regresar de la “mili” dejaban este sueño, esta profesión, bien por la opción de seguridad que ofrecían otros trabajos o bien por noviazgos o matrimonios prematuros. Una cosa curiosa ocurrió con Los Gióvanes, pues varios compañeros fueron al Servicio juntos, y los demás se alistaron voluntarios -creo recordar en Ceuta o Melilla- y consiguieron con ello seguir tocando conjuntamente. He de decir una cosa realmente desagradable que la “mili” nos ofrecía, y esto era el consiguiente rapado del cabello, con lo que se perdía la identidad rockera, y ciertamente te acomplejaba para los escenarios. Yo llegué a tocar con peluca incluso, pues tal era el fastidio.
Formas la Banda Sureña. Es una institución en esta ciudad.
Como te he referido, salimos unos compañeros de Trinidad, y junto a Ricardo Fernández como cantante montamos la banda, con la idea fija de grabar discos y realizar giras, con muchas ganas de triunfo. En el 82 fuimos a Madrid a grabar el primer disco, se llevó a emisoras y funcionó muy bien, se vendió satisfactoriamente. Giramos por toda España y fue un conjunto con una gran duración, y muchísimos componentes que formaron parte de este proyecto. Más tarde formé junto a miembros de mi familia La banda Beethoven, y también he tocado con Guateque o La botica ́blues band.
¿Hoy?
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