ÓSCAR SALCEDO, QUE SALIO A HOMBROS,  LUIS MONTERO Y MANUEL TRONCOSO,  TRIUNFADORES  EN PUEBLA DE LOS INFANTES.

SIN SUERTE ALBA DE LOS REYES.

La fiesta de los toros ha perdido lo que fue siempre su tierra de cultivo, la personalidad, y lo que fue siempre su mejor riego, el entusiasmo popular. A partir de ahí, todo lo que ocurriera en el ruedo te gustaba, fuera bueno,  regular y hasta  malo.

Y miren ustedes por donde, eso fue lo que vivimos el sábado 17 de agosto en La Puebla de los Infantes, que celebraba con una novillada la Feria en honor de su Patrona, la Virgen de las Huertas. No caben una imagen y un nombre más bonitos que los de la Patrona de La Puebla, ni un pueblo con más entendida aficion.

La novillada de Toros de la Plata estuvo bien presentada para un festejo de este tipo,   y su comportamiento en la muleta fue excelente, aunque tuvieran una característica un poco chocante. Salían cono fieras, violentos como ya no se ve,  remataban fuerteven la barrera, y a partir de ahí comenzaban a rodar por la  arena hasta que se afianzaban en la muleta y no volvían a caerse. 

Manuel Troncoso, de Los Palacios, con un novillo que no paró  de berrear, demostró  calidad en su toreo y estar cuajado para empresas de más compromiso. Su novillo fue el que más se caía, pero Troncoso  lo entendió torearlo muy bien por los dos pitones. No tuvo acierto con la espada. Aún así obtuvo una oreja por lo bueno realizado con la muleta.

Luis Montero torea muy bien con el capote, con un deje del toreo de antes. Muy bueno fue un quite por alto,  acompañando al novillo con la cintura. Y con la muleta desarrolló toda la tauromaquia que posee, que es clásica al estilo de otras épocas. Los pases de pecho, yéndose con la embestida, tuvieron categoría. Pero hoy día, hay que pegarse "el arrimón" dar circulares invertidos, y luego los novillos no se cuadran bien, esperan, y por tanto se matan mal. El "arrimón" le ha quitado orejas y puertas grandes a primeras figuras como Perera.  Luis Montero no dió un mitin con la espada, pero no mató a la primera.

Es muy difícil matar "a toro parado". No obstante, Luis cortó una oreja. Me alegro mucho por él y por su maestro  El Califa.

Óscar Salcedo también ha pasado por la Escuela de Círculo Taurino, y como los buenos, ha salido a hombros en la mujer cordobesa. Tiene Óscar lo que según me dice siempre Pepín Fernández, es lo principal: personalidad. Lo ves una vez y no se te olvida ni su forma de torear, ni su físico ( es muy alto), ni su nombre, por haber sido  su padre torero. Torea Óscar Salcedo muy vertical, muy quieto muy templado y con un repertorio corto y sobrio, es  decir, lo que ha sido la Escuela  cordobesa de toda la vida.  Únicamente se permitió dar una regiomontana, aunque sin enfatizarla. 

El novillo de La Plata fue el que menos se cayó. Óscar, además, suele matar a la primera y colocando bien la espada, y ello le valió la salida a hombros. Tiene Oscar 17 años y una gran intuición: "Me voy a quedar a las vacas de capea, porque han venido a verme compañeros míos y no voy a dejarlos solos". Y se quitó la chaquetilla y se quedó entre barreras vestido de luces. 

Y luego, al terminar de arreglarse de calle, dijo: "Papá, porqué no vamos a cenar lo que sea a la feria?" Y entramos en la primera caseta sin conocer a nadie y salimos amigos de todo el que se acercaba, y hasta con una invitación a un restaurante con placita, que es el no va mas de la gastronomía local . Y eso que Oscar está en la edad del pavo, que si no...  Yo me acordaba de un matador muy triunfador en Las Ventas, íntimo amigo mío,  que más de cincuenta años despues aún se lamenta de que su apoderado no se quedara en Madrid una semana cada vez que él abría la Puerta Grande, para ir al Wellington y a los cafés de la Calle de  la Victoria, por si salían cosas por los alrededores de la Madrid.

En cuanto a Alba de los Reyes, malagueña, no tuvo suerte. De primeras recibió un arrollon muy fuerte del novillo de La Plata, que salió como un ciclón como todos sus hermanos, para derrotar y empezar a caerse. Pero Alba se sobrepuso a todo y estuvo muy bien, con la el trofeo en la mano, hasta que llegó la espada. Ahí Alba se hizo un lío y el novillo lo despachó   Manuel Troncoso, primer espada. Alba fue no obstante ovacionada.

Por cuanto he relatado, un gran día de toros desde la mañana hasta la noche.

José María Portillo Fabra, de la Tertulia Taurina El Castoreño y del Círculo Taurino de Córdoba.