HISTORIA DEL PASODOBLE TAURINO
“La Giralda”
Eduardo López Juarranz
Amigo José Luís: La historia de este grandioso pasodoble que hoy te envío para su publicación en (elcallejóncórdoba), fue utilizado en el año 1936 como himno oficial de nuestra comunidad según el Centro de Estudios Históricos de Andalucia. Lo más curioso de él, es que su estreno no fue precisamente en una plaza de toros.
Sorprende mucho, el hecho de que uno de los mejores pasodobles toreros de los que se han transcrito al pentagrama, uno de los más gallardos, y airosos del repertorio taurino, no sonase por primera vez en nuestro querido país, y en cambio, sí lo hiciese más allá de nuestras fronteras, en la vecina Francia.
Este singular y españolísimo pasodoble hermana las aguas del Guadalquivir con las del Sena, y la sevillana Torre de la Giralda con la parisina Torre de Eiffel, y que con motivo de la Exposición Industrial Internacional (Universal), celebrada en París en junio de 1889, fue estrenado, oyéndose por vez primera, los vibrantes y toreros compases de tan bello pasodoble, o “marcha andaluza” como la definió el compositor.
Tan notorio pasodoble fue compuesto por el músico y compositor Eduardo López Juarranz, nacido en Madrid en el año 1844 y fallecido en el mismo lugar, el 16 de enero de 1897 a los 52 años de edad. Fue director de la Banda del Tercer Regimiento de Ingenieros de Sevilla por oposición, y más tarde, trasladado a la ciudad de Cádiz desde 1878 a 1883. Anterior a ésta última fecha compuso “Piedad", considerada la marcha procesional más antigua que tiene Cádiz y una de las de más solera de la Semana Santa de Andalucía. Gran defensor del pasodoble, compuso un par de ellos, siendo el más conocido “La Giralda".
Quizás fuera la caprichosa casualidad que rige los destinos del mundo la que quiso, que lo mismo que el maestro Santiago Lope Gonzalo dedicó el pasodoble “Gallito", al menos importante de la dinastía de los “Gallos", quiso también que “La Giralda", se escribiera para una exposición de París y no para una Feria de Sevilla.
“La gracia de Dios”
Amigo José Luís: como puedes ver no me he salido de página, para poder comentarte a continuación, este también precioso pasodoble compuesto por el valenciano Ramón Roig y Torné (1849 – 1907) y poder hacerte esta simple observación. ¿“Se podría decir que el pasodoble “La gracia de Dios” es una consecuencia de “La Giralda”? Y, ¿quién dice qué no?...
Me explico: los maestros Eduardo López Juarránz y Ramón Roig y Torné, ambos militares y compositores prolíficos, de inspiración fácil, tenían entre ellos sus discusiones por diversidad de criterio en lo relativo a la labor creadora. Debido a estas circunstancias, y a raíz del estreno apoteósico en París de su pasodoble “La Giralda"… triunfal éxito repetido luego en España, el maestro Juarránz se le ocurrió hacer llegar a su buen amigo, Ramón Roig y como resultado de una acalorada discusión, la siguiente dedicatoria escrita en la misma partitura de su pasodoble “La Giralda": “Para mi amigo Ramón Roig, con la completa seguridad de que se dará perfecta cuenta de cómo se escribe un pasodoble".
Dicha dedicatoria no le resultó muy grata al maestro Roig, le sorprendió la actitud de su íntimo amigo y le dolió el tono de la engreída dedicatoria. Pero sin demostrar estar enojado por ello, calló y se puso a escribir en el pentagrama; a los ocho días de recibir tan “delicada” dedicatoria de su amigo Eduardo López Juarránz , el maestro Ramón Roig le remitió su inspirada partitura de “La Gracia de Dios", acompañada del siguiente texto: “A mi querido y buen amigo Eduardito para que compruebe, al leer la presente partitura “La Gracia de Dios" que se trata de un verdadero pasodoble. Desde luego, mucho mejor que el suyo”.
Ramón Roig compuso este pasodoble en Cartagena donde era director de la música de Infantería de Marina.
Tanto “La Giralda" como “La Gracia de Dios" se llevan interpretando, tanto en Conciertos y en Plazas de toros, desde hace más de un siglo.
Conclusión: Analizando ambas partituras, entendemos que los dos pasodobles son extraordinarios, pero decimos como dijera el profesor don Mariano Sanz de Pedre: “¡Dios bendiga esa clase de competencias y enfados entre hombres devotos de su arte, al que se entregan en cuerpo y alma para deleite propio y de cuantos les rodean!”.
Antonio Rodríguez Salido. –
Compositor y letrista. –
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