jueves, 3 de marzo de 2022

 JOSÉ Y JUAN ANTIBÓN

TEXTO QUE DEDICAMOS A LOS AFICIONADOS QUE CON MÁS ILUSIONES QUE TRIUNFOS, NO PASARON DE LOS PRIMEROS PELDAÑOS DE LA TAUROMAQUIA PRÁCTICA.

Y POR ELLO, RECORDAMOS A DOS TORERILLOS DE LOS AÑOS TREINTA, QUE NO LLEGARON A CUMPLIR SUS SUEÑOS...


JOSÉ ANTIBÓN

Coinciden los nombres con los dos grandes: JOSÉ y JUAN, - José Gómez Joselito el Gallo y Juan Belmonte -, pero nada comparables, nuestros cordobeses sólo realizaron los primeros pasos de un sueño, y la coincidencia es únicamente la de sus nombres de pila...

José Antibón García-Sotoca figuraba en los carteles con el apodo de “Cataplasma”, sin que tuviera que ver con su comportamiento o actitud. En aquella época era muy corriente ponerles motes a los toreros que empezaban, y como José no era reconocido por ningún apodo, al empresario se le ocurrió el citado sobrenombre para darle “sabor” al cartel.

Esa temporada según mis apuntes, figuraban como empresarios: Paquito Barrionuevo, José Molina Abela y Disterlet, si bien es probable, que las nocturnas las dirigiera y formalizara Camará. Tomando el mando a partir de 1932, el empresario valenciano José Escriche Asensio.

Volviendo al tema de la primera intervención como aspirante, coincidieron en el cartel que insertamos, Paco Repiso que se ganó el de “Ojos Tiranos” por el defecto que sufría en la vista, Rafael Muñoz Corchaito, Antonio Flores Monicha, Manuel Sánchez Manolete (no es el Manolete glorioso), Santos Cañero El Tranquilo y José Antibón Sotoca Cataplasma.

El novel José, era hermano de otro modesto aspirante de nombre Juan y sin apodo taurino conocido.

José nació en 1911 en Jaén, y fue bautizado en la parroquia de San Ildefonso de la misma ciudad, aunque desde muy pequeño residió con su familia en Córdoba, donde aspiró el aroma del toreo y sus vicisitudes.

Ambos hermanos merecen este recuerdo, porque no pudieron acceder con normalidad, a puestos más importantes en la tauromaquia por la etapa tan convulsa en la que vivieron. Pero no obstante, fueron torerillos de pantalones rotos en las capeas, y de corazón impregnado de afición y de ganas. Nunca llegaron a brillar pero su opacidad y demostrada afición, merecen un recuerdo entre los que sí brillaron.

Lució su desgarrada muleta en muchos cercados e incluso toreó en el mismísimo coso de Los Tejares en 1930, como lo demuestra el cartel adjunto de una corrida de noveles. Acumuló muchas capeas a la vieja usanza pero no llegó a cuajar en festejos de mayor rango.

Curiosamente, en ese año de 1930 y más temporadas veraniegas, las noches de la plaza de toros de Los tejares, se dedicaban al cine, en concreto al cine de verano, que se publicitaba como Ideal Cinema; en cuya pantalla se proyectaban las películas de moda todas las noches, excepto las dedicadas a nocturnas.

José Antibón contrajo matrimonio en 1934 con doña Elena Taguas. De la unión nacieron tres hijos, dos chicas y un chico: Pilar, Carmen y Carlos.

Falleció el 28 de agosto de 1946.


Cartel de la referida nocturna

Juan Antibón García-Sotoca, nació en Jaén en 1909, y fue bautizado en la mencionada parroquia de San Ildefonso. Asimismo vivió en Córdoba desde pequeño. Hijo de José Antibón Brum y Josefa García-Sotoca Díaz de Vivar que contrajeron matrimonio en 1905. Unión de la que nacieron siete vástagos: Conchi, Pepi, Juan, José, Carmela, Gloria e Inés.


Juan Antibón

Juan como pretendiente a ser figura del toreo, se probó en los distintos formatos de aprendizaje, llámese tientas, cercados, capeas … Pero no hubo suerte, no destacó lo suficiente como para cuajar en figura. Desengañado, se empleó en lograr su consolidación taurina como subalterno, actividad que logró ejercitar en festejos de menor entidad. Hasta 1934 estuvo activo como banderillero, pero se le cruzó una mala tarde, en la que un rehilete se clavó en su pierna izquierda causándole un daño importante, que le privó de seguir en la brecha, ya no volvió a ejercitar su afición favorita.

Con motivo de la contienda civil de 1936, fue llamado a filas y nada más llegar al cuartel donde le asignaron el alojo, estando sentado en una ventana descansando, entraron unos compañeros y pretendiendo gastarle una broma, lo asustaron con tan mala fortuna que Juan resbaló y cayó desde un tercer piso, falleciendo a las dos horas del accidente.


Juan Antibón

Ese fue el trágico final de alguien – como muchos - que pretendió ser un torero importante, y que por vicisitudes de la vida ni José ni Juan han desarrollado una labor taurina tan importante como para figurar en el Cossío con letra de imprenta, pero sí en las páginas en blanco que tantos y tantos torerillos han dejado sin rellenar. Vaya en su nombre nuestro recuerdo y homenaje.


Autor: Francisco Bravo Antibón.


Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

Escalera del Éxito 254.-

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