6 toros de “la Palmosilla” bien
presentados, nobles pero flojos. Excepto el primero, que pesó 490 Kgrs, todos
los demás pasaron de los 500. El segundo, la presidencia lo esperó hasta ver si
podía coger algo de fuelle, pero fue
imposible. Se sustituyó por otro del mismo hierro. El cuarto fue un gran toro,
aunque escaso de fuerza, pero fue a más por la lidia de Moreno, que lo cuidó
aprovechando las buenas cualidades del animal, construyendo una faena muy
meritoria. Ya de capote apuntó el toro mucho temple en la embestida, lo que
aprovechó Moreno, lanceándolo desde el tercio al centro de la plaza, donde
después de las dos últimas verónicas sensacionales, remató con media superior.
No quedó todo ahí pues el cordobés lo superó en un quite magistral, echándole
al toro los vuelos del capote, trayéndole y llevándole a cámara lenta, donde se
conjugó el temple de la embestida con el gusto y el sentimiento del torero.
José Luis, demostró ayer en “los Califas”, de lo que es capaz, siendo su
primera actuación en la temporada, pues su faena de muleta estuvo plagada de
temple y torería, yendo de menos a más, en series arrastrando la franela, de
las que hacen escuchar la mágica música callada del toreo, y despiertan a las
dormidas musas que sueñan el arte de la torería. Acertó con la espada y se supo
reconocer su labor con las dos orejas, consiguiendo así, una vez más, la puerta
grande de su tierra.
En el primero, Moreno también lo
intentó pero no hubo toro. Consiguió muletazos de buen corte por ambos lados,
que al no tener continuidad, después de la estocada, fue aplaudido con leve
petición, pues también se le reconoció que él hizo el todo.
Como se esperaba, el Cid de las
puertas grandes de Madrid, vino una vez más a Córdoba de paso. No merecía estar
este torero en nuestra feria, ni haberse llevado la oreja barata que se llevó,
a pesar de que la estocada fue buena, pues todo hay que decirlo. Ante un toro
noble, sólo aprovechó su pitón izquierdo, optando rápido por el arrimón. Noble
también el público le regaló la oreja. En su primero, que fue soso, pensaría en
Madrid, como acostumbra, hizo el intento
y lo despachó de buena estocada. Nos la dio de nuevo. Los intereses de la
fiesta mandan, y la empresa se vería obligada a traerlo.
Daniel Luque, también en figura, se
fue de vacío, pese a su buen lote. El primero fue un buen toro, que el torero
desaprovechó, largándolo de estocada hábil. Y al sexto, que fue el que más
transmitía, espoleado por las orejas de sus compañeros, quiso justificarse pero
ahí quedó todo, y es que estos toreros saben que, desgraciadamente, con lo que
Córdoba ha sido en el toreo, hoy no les da nada, y vamos “palante”.
Se aplaudió un buen par de “el
Boni”, que saludó, pero se le dio menos valor a los dos de Antonio Puntas, que
fueron muy buenos, sobre todo el segundo.
Después del paseíllo hubo el bonito
gesto de guardar un minuto de silencio por los buenos colaboradores de la
empresa, José Simeón, Magdalena de la Cruz y Pedro Jaén. Bonito y torero gesto.
Domingo Echevarría
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