Córdoba y el Toreo: Los cinco Califas
La relación entre el toreo y Córdoba viene ya desde antiguo. El coso de la ciudad de Córdoba ha pasado por diferentes localizaciones antes de tener la actual, en el barrio que se conoce popularmente como el del zoco debido a su cercanía con el centro comercial del mismo nombre. La Plaza de la Corredera fue el lugar donde se realizaban las corridas de toros en la ciudad desde el siglo XVII hasta el siglo XIX, cuando se construye la plaza de Toros de Los Tejares.
Esta plaza de toros tiene se mantiene en uso hasta los años 60 del siglo XX cuando se celebra la última corrida. La ubicación de esta plaza de toros es donde se encuentra actualmente el centro comercial del corte ingles. En esta década ya se había terminado la construcción de la actual plaza de toros de Córdoba, el conocido como Coso de los Califas. En la actualidad, esta está considerada como una plaza de toros de primera categoría.
Córdoba ha sido además lugar de nacimiento de algunos de los toreros más famosos entre los que destacan cinco nombres: Rafael Molina “Lagartijo”, Rafael guerra “Guerrita”, Rafael González “Machaquito”, Manuel Benítez “El cordobés” y el más conocido Manuel Rodríguez “Manolete”. Son estos cinco toreros los llamados cinco califas de Córdoba. Este titulo de carácter honorífico se les da para destacar su importancia en este campo.
A continuación os detallo algunos detalles biográficos sobre cada uno de los “Califas de Córdoba”:
Rafael Molina “Lagartijo” es el primero de los toreros que es declarado califa. Nace en el seno de una familia relacionada con el mundo del toreo. Se tiene documentación que habla de que ya lidió dos becerros a la edad de nueve años. Su comienzo oficial en el mundo del toreo fue como banderillero. Es en este momento cuando se acuña su mote, que se deberá a su estatura y su carácter vivaz. Durante su carrera como torero buscara tener rivalidades con sus coetáneos, los toreros “Frascuelo” y Rafael Guerra “Guerrita”.
Rafael Guerra “Guerrita” es el segundo torero declarado califa. Aprende en la cuadrilla de Rafael Molina “Lagartijo” hasta que comienza su carrera a finales del siglo XIX. Esta se prolonga durante 12 años hasta que repentinamente decide retirarse para así poder dedicarse a su familia y negocios. Él fue el fundador del club social “Guerrita” sito en la calle Gondomar y que desapareció con su muerte como así lo deseaba. Popularmente se le atribuyen la autoría de frases tan conocidas como “ca uno es ca uno” y “hay gente pa to”.
Rafael González “Machaquito” es el tercer torero declarado califa. Su apodo se debe principalmente por su gran efectividad a la hora de culminar con la faena. Su estilo de toreo y su aspecto toreando son descritos como “Un torero corto, nervioso pero de gran voluntad. Su corta estatura conseguía hacer vibrar al público.” Se corta la coleta a principios del siglo XX, pero no fallece hasta la década de los 50. En la actualidad hay una escultura suya dentro de la plaza de toros de los califas.
Manuel Rodríguez “Manolete” es el cuarto torero declarado califa y el más conocido de todos ellos. Lo que lo distingue de los demás toreros de la época es su estilo elegante y vertical, muy alabado entre los entendidos. Muere en la plaza de toros de Linares en extrañas circunstancias ya que, aunque en un primer momento se hablaba de que la cornada que recibió en esta corrida fue la causa de su muerte, hay otra corriente que plantea la posibilidad que la transfusión de sangre que recibe ya en Córdoba es sangre en mal estado y esta sería la causa de su muerte.
Como dato curioso comentar la existencia de dos películas que nos hablan de la vida de Manolete. La primera es de nacionalidad española. En este es el actor Pedro Ortega quien interpreta al famoso torero. La segunda es de nacionalidad Estadounidense. En esta película es el actor Adrien Brody quien da vida al califa cordobés.
Manuel Benítez “El cordobés” es el quinto torero declarado califa. Esta ha sido el “califa” más controvertido de todos ellos ya que desarrolló un estilo que se centraba principalmente en la inmovilidad delante del toro y hubo a quien no le gustó. Su apodo se debe a su origen. Toma la alternativa en el año 1963. Se retira en el 71 para volver en el año 79. Se retira en el 81 tras la muerte de un espontaneo en una de sus corridas, pero decide reaparecer en el 2000. Vuelve a anunciar su retirada aunque con posterioridad a la misma ha vuelto a reaparecer en varias ocasiones.
En la actualidad, todos ellos tienen un pequeño hueco en la portada del museo taurino. En ella hay cinco ventanas y en cada una de ellas se colocado la imagen de cada uno de esto cinco califas y así puedan seguir formando parte de la ciudad.
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