martes, 2 de octubre de 2018

Manzanares corta una oreja y pierde más con la espada y Cadaval da una vuelta


El alicantino pudo haber logrado un triunfo de peso de no pinchar al quinto de la tarde


José María Manzanares se reencontró con Sevilla en esta segunda corrida de San Miguel, en la que pudo haber salido a hombros de no fallar con la espada en el segundo de su lote. De su muleta salieron los pasajes más artísticos y bellos de una tarde que se saldó con una oreja para el alicantino y una vuelta al ruedo para Alfonso Cadaval, que dejó muy buena impresión en el día de su alternativa. Morante estuvo dispuesto pero sin tener materia prima.

FICHA:

Se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados y nobles, destacaron tercero, quinto y sexto.

Morante de la Puebla, silencio y ovación.
Manzanares, oreja con petición de la segunda y vuelta tras dos avisos.
Alfonso Cadaval, que tomó la alternativa, ovación y vuelta al ruedo.

La plaza casi se llenó.

COMENTARIO:



Morante de la Puebla recibió a su primero -segundo de la tarde- con lances genuflexos que fueron coreados por la plaza. En la muleta se encontró con una embestida a la defensiva que no fue apta para el toreo del de la Puebla. Lo intentó por ambos pitones pero no pudo haber lucimiento. Mató de media que fue suficiente.



Al cuarto lo recibió con el capote por los hombros primero y después con un ramillete de chicuelinas rematadas con media y serpentina que provocó la ovacion de la plaza. Comenzó la faena con compostura y buena disposición, pero el de Juan Pedro se acabó pronto. Las rachas de viento que se levantaron pusieron en apuros al torero, que decidió matar a su oponente y además lo hizo de buena estocada.



Manzanares estuvo a punto de lograr un importante triunfo en Sevilla. Toreó bien a la verónica al tercero y también se lució en un quite por chicuelinas. Cadaval entró en quite y dio dos verónicas y medía templadas. El toro llegó con nobleza a la muleta y Manzanares aprovechó para ligar una primera serie diestra. Cambió a la zurda y cuajó una buena serie templada y de gran estética que hizo sonar la música. Dio una más por ese pitón y volvió a la derecha para gustarse también por ahí en dos series que tuvieron temple y bonitos remates. Mató de buena estocada y se pidieron las dos orejas, que el presidente dejó en una.



En el quinto, Manzanares salió dispuesto a redondear el triunfo y templó bien en las dos primeras series, haciendo sonar la música. Molestaba el viento pero Manzanares se templó en una excelente serie al natural. Siguió otra con la derecha rematada de excelente cambio de mano y volvió a la zurda para seguir creciendo en una faena en la que se sintió a gusto. Tanto que quiso rematar una serie de rodillas, resultando volteado por fortuna sin consecuencias. Se recompuso y terminó con manoletinas que calentaron mucho el ambiente. Se empeñó en matarlo en la suerte de recibir y pinchó, perdiendo el triunfo para el que había hecho méritos.



Alfonso Cadaval toreó con limpieza de capa al toro de su alternativa, llamado Piripi, número 131 y de 570 kilos. Después de recibir los trastos de manos de Morante de la Puebla, Alfonso Cadaval brindó a su padre, César Cadaval, y comenzó la faena de muleta con torería en los muletazos iniciales. Después compuso bien con la derecha y también al natural con un animal que fue a menos, condicionando la faena. Dejó muestras de la buena impronta de su toreo y buenos detalles en una actuación seria que concluyó con media estocada, siendo ovacionado.



En el sexto dejó algunos lances estimables y templados a un toro huidizo. Morante hizo en este toro un quite de dos verónicas y una larga y Cadaval respondió con lances templados y media. Apostó fuerte en el inicio de faena con las dos rodillas en tierra toreando en redondo y calentando mucho. La primera serie fue ligada y tuvo muletazos de muy buen trazo y también dibujó algún natural bueno en la siguiente. A partir de ahí, y mientras el toro perdía algo de fuelle, Cadaval se adornó con torería en el remate de una faena muy templada. Pinchó antes de dejar una estocada y dio la vuelta al ruedo.




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