martes, 11 de octubre de 2022




Emilio Serrano Ortiz. Pintor-Grabador

(Apuntes autobiográficos)



Entre los días 15 de mayo al 14 de junio del 2009, la Delegación del Ayuntamiento de Lucena, presentó en la sala de Exposiciones de su nueva Biblioteca Municipal, un libro-catálogo dedicado al insigne pintor cordobés Emilio Serrano, basado en una colección de excelentes dibujos y grabados que hacían gala de su virtuosismo técnico y de una gran visión intelectual y pictórica sin igual.



Recuerdo que un día de los citados fui acompañado por algunos miembros de mi familia a visitar la referida exposición, llevándome una gratísima impresión al contemplar extasiado aquellas maravillosas pinturas que colgaban de sus blancas paredes. La expresividad y formas reales -de aquellos trabajos- a través del dibujo bien hecho en lienzo y madera para a sabiendas que cada trazo era definitivo, que no se podía borrar ni volver a repetir, es ser un consumado y extraordinario maestro además, de poseer un talento muy grande y amplio, o sea, un dibujante-grabador y pintor inconmensurable.

Esa mañana Emilio, me regaló y firmó uno de aquellos ejemplares que la Delegación de Cultura de Lucena editó para la ocasión, con un texto que no merecía y un dibujo que reflejaba la imagen de un torero, todo realizado con una rapidez asombrosa y casi sin levantar la mano del papel. ¡Qué trazo! ¡Qué maravilla!



Mi relación con el eminente profesor no fue lejana, dio varias clases de dibujo: al natural de manera desinteresada a una nieta mía que cursaba, por ese tiempo, Grado de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla.

Clases, que fueron de un valor transcendental en la formación de la joven artista. Desde entonces, mi familia y yo disfrutamos de la finura de su pensamiento y de la elegancia de su amistad.



Emilio Serrano Ortiz, había nacido en Córdoba el día 16 de febrero del año 1945, en el barrio de los toreros, (Santa Marina). Inició sus estudios en la Escuela de Arte y Oficios de su misma ciudad, y los culminó con las licenciaturas en las Escuelas Superiores de Bellas Artes de Sevilla y Barcelona.

La personalidad de Emiliio Serrano se muestra como una de las más interesantes y originales. Su dilatada formación y prestigio como pintor se fue consolidando con la obtención de varios primeros premios (Dirección General de Bellas Artes de Sevilla, 1967 y de Barcelona, 1968), y una innumerable relación de exposiciones colectivas e individuales que muestras su magistral obra desde las galería cordobesas (Studio, 1972; Viena y Ocre, 1992), hasta las nacionales (Ramón Durán, Madrid 1973; Granero, Barcelona, 1998), e internacionales (Ventottesima Mostra Internacional de Pintura, Francesco Paolo Michttie, Italia 1974; exposición Cinco Realistas Artes Galería, Bruselas, 1968).

Emilio, falleció en la madrugada del día 21 de enero del 2012, a la edad de 66 años. La dolencia de Emilio Serrano, ofreció su peor cara dejando su obra instalada en la memoria de quienes lo frecuentaron hasta sus últimos días; parando el proceso de este bonísimo dibujante, espléndido grabador y excelente pintor. Sea el propio artista quien haga el relato de su vida profesional y artística:



Un 17 de septiembre de 1966 y a la edad de 11 años mi madre me inscribió en la Escuela de Arte y Oficios de Córdoba para que recibiera unas clases preparatorias de dibujo. Posteriormente, en el año 1960, inicié los estudios de esta disciplina en dicho centro, del que he formado parte como profesor de dibujo artístico hasta hace pocos años por mi jubilación anticipada.


Retrato de Emilio Serrano en la escuela infantil. (Año 1950)


Durante los tres años que allí estuve, conocí a un grupo de compañeros con los que compartí las mismas inquietudes pictóricas y con los que inicie, en el año 1963, mi andadura profesional, ingresando en la Escuela Superior de Bellas Artes, "Santa Isabel de Hungría", de Sevilla. Estos compañeros son: el escultor Manolo Vela, y los pintores Pedro Guillén, José Jiménez Ortega y Antonio Campaña. Todo el grupo vivíamos en la misma pensión que pintábamos juntos, incluso los domingos; se puede decir que el pasé cuatro años trabajando sin descanso con la fe de estar haciendo lo único que realmente me importaba.


Emilio Serrano (sobre el borriquillo), y  Manuel Vela camino de Zuheros ( Córdoba) para tomar apuntes. (Año 1964).

En la Escuela Superior de Bellas Artes, coincidí en el mismo curso con los pintores Adbualí Abdelaziz, Ramón Rizo, Antonio Agudo, Pepe Soto, entre otros buenos compañeros y amigos. Fuera de la escuela contacté con pintores como Paco Cortijo, Cristobal Aguilar, Rolando Campos, Maruja Manrique, Paco Reina, García Gómez, Justo Girón, Emilio Díaz Cantelar y Enriqueta García Junco.


En la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, con sus compañeros y amigos. (Año 1961)

Durante esta etapa de formación experimenté la pintura mural gracias a una beca concedida por la Diputación de Barcelona para la Escuela Internacional de Pintura Mural de San Cugat del Vallés. Paralelamente, en Córdoba, y a través de mi vecino y pintor Alejandro Mesa, conocí a los grabadores y pintores Manolo García, José Duarte y Francisco Aguilera Amate.


Emilio Serrano (a la derecha) con los pintores  Pedro Guillén y José Duarte.  (Córdoba año 1966)


En 1968, finalizo la carrera en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge, de Barcelona. Durante este curso me inició en el mundo de la calcografía, de la mano del catedrático Ollés Pinell. Y a estos trabajos míos realizados en esta modalidad me conceden un Primer Premio de Grabado la Dirección General de Bellas Artes de Barcelona.

En 1978, soy seleccionado para presentar a España en el malogrado proyecto sobre el Realismo Español, en el Museo Pushkin, de Moscú.


Emilio Serrano, en su taller de grabado. (Año 1983)

En el 1979, fui contratado por de la Universidad de Barcelona para ejercer como profesor de pintura en su Facultad de Bellas Artes, durante los cursos 1979-80, 80-81 y 81-82. En este centro conozco a los pintores J. Sus, Alberte Carrogio, Ruiz Ortega y Sánchez Carralero, así como a los escultores Luisa Granero y Ricart Sala. Durante este ciclo concluyo la Tesis de Licenciatura y un curso de Doctorado con el poeta y catedrático José María Valverde profesor de Estética en la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona.

En 1983, realizo por encargo de la Junta de Andalucía el retrato en calcografía del poeta Vicente Aleixandre para el proyecto "Ocho Andaluces Universales".

Participo en 1992, en la exposición "Córdoba: Arte contemporáneo", 1957-90, en su apartado "Reflexiones Figurativas", que tiene lugar en la galería del Palacio de Viana.

Participé en 1997, en la Exposición Homenaje a D. J. Hernández Díaz en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Mi dedicación a la técnica del grabado me ha llevado a participar permanentemente con mis obras en la Calcografía Nacional, de Madrid; en los fondos de la "Biblioteca Nacional", y el Museo Contemporáneo del Grabado Español, de Marbella.

Tal es más o menos someramente expuesta mi actividad y las distintas presentaciones que de mi obra he podido ofrecer al público, pero yo no me sentiría completamente reflejado en esta autobiografía sí ometiera ciertas deudas y admiraciones y que a lo largo de los años han sido muy fecundas para mí trayectoria artística.

Así, esta actividad y expositiva que aqui acabo de presentar sería completada con una serie de viajes de estudios que, desde mi primera juventud, ensancharon los horizontes de mi concepto del arte. En el año 1965, marcho a París para conocer directamente a los pintores clásicos del Renacimiento, a los maestros impresionistas, a Picasso y a otros artistas contemporáneos.


Durante la visita  a la Exposición Antología de Picasso en París, con los compañeros de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. (Año 1966)

Mi grande e inesperada sorpresa es un autor, hasta entonces desconocido para mí, el japonés Foujita, en quién descubro cómo una fecundante y fantástica revelación, su gran nobleza en el tratamiento de un dibujo basado en el uso de la línea como elemento constructivo y, a la vez, cargado de una intensa expresividad, análoga a la plástica de la linealidad de la cerámica griega.

Igualmente, en el Louvre, quedo sorprendido ante una obra para mi desconocida, de la escuela francesa y de autor anónimo. "La Piedad de Villeneuve-les-Avignon, en la que admiro la solemne y austera autenticidad de unos valores plásticos esencialmente sustantivos y formales, que no necesitan de efectismo cromático alguno para expresar con justeza, emoción y rigor; el auténtico valor de la realidad virtual de la pintura.


"La Piedad", de Villenueve-les-Avignón. (Museo Louvre, de París).

En un segundo viaje a la capital de Francia me centro más particularmente en Leonardo, Ingres, y en la pintura costumbrista francesa de los hermanos Le Nain, especialmente en Louis. De manera fortuita, descubro, junto a Van Eyck y a los retratistas holandeses, una pequeña cabeza de 20x20 cms., de Antonello de Messina, que en oposición a la impresionante tramoya escenográfica de las "Bodas de Canaán", del Veronés, y los grandilocuentes formatos del Louvre, se me aparece como un ejemplo de reconcentrada y secreta intensidad plástica, capaz de imantar la atención del amante de la pintura y de colmar la mayores exigencias del arte. Ante este cuadro tomó conciencia, pues así lo siento en mi interior, de que ése es el horizonte estético hacia el que siento llamado y ha de tomar mi obra: interioridad, concentración y silencio; huída de todo efectismo y sobriedad.

Al año siguiente marcho en un nuevo viaje de estudios con mi curso a visitar el magno acontecimiento de la gran Muestra Antológica de Picasso, que tiene lugar en París.

Junto a la evidente dimensión de esta impresionante muestra, me siento especialmente atraído por la sugestiva sensibilidad de sus época azul y rosa, y muy pronto en concreto por el sutil tratamiento de la pincelada en esta etapa capaz de elevar a alta dimensión estética los valores humildes de lo cotidiano. De nuevo vuelvo a identificarme con este aspecto de esas obras, sintiéndolas como mías, y con su cálida atención por la cotidianeidad, que creo que también es fácilmente perceptible en mi obra.


Imagen del autor en el estudio de Castellar del Vallés. Barcelona, año 1977.

Tras estos descubrimientos particularmente determinantes para mí vocación artística, el obligado viaje a Italia, realizado en 1977, profundiza sobre el terreno mis apreciaciones sobre el gran arte italiano.

No podría concluir estas notas sin hacer mención a mi personal interés por el para mí, decisivo universo pictórico de Vermeer De Delft, tan recogido y silente, tan lejos de la toda ostentación cuya obra se singulariza entre otros valores, por su densidad atmosférica y en la que cada plano, cada sombra o cada perfil posee un íntimo temblor emotivo capaz de hacer vibrar cualquier fragmento, de la naturaleza dándole o confiriéndole vida propia. Sus interiores lentos y reposados los siento cómo míos, su muchachas, como delicadamente inmersas en un éxtasis doméstico, en sus sencillas labores, son las mismas que yacen en el fondo de mis recuerdos de niño.


Dibujo sobre tabla y grafito. (Año 1992)        NIÑAS. Óleo sobre tabla. (Año 1968)

Recientemente el retomado mis inquietudes viajando por Italia, para la contemplación del arte de la antigüedad romana -origen de nuestra cultura- considerando asimismo el arte de renacimiento y barroco, reconociendo en la figura de Miguel Ángel Caravaggio, el punto de inflexión y el arranque de lo que más tarde fue la gran pintura española del siglo XVII.


Parte del legado de la obra del maestro italiano Michelángelo Merisi da Caravaggio.

Seguidamente, críticos y poetas, expresan con gran elocuencia la admiración que sienten por el maestro y su obra. De entre sus comentarios me atrevería a destacar algunos extractos que cito a continuación:

Jaime Cordón (Comisario de la Exposición)

… "dueño de una técnica depuradísima que nadie, excepto el trabajo, le ha regalado, su constante análisis minucioso, tanto del dibujo, la pintura o el grabado, lo arrastraron al paraíso de los creadores que mejoran la realidad y nos hacen dudar de las honduras…

Juan Bernier ( Escritor y poeta)

… " un pintor capaz de convertir en arte el oscuro mundo que llevamos dentro y plasmarlo a las circunstancia orteguiana que nos rodea, ha de figurar forzosamente, en esa élite intelectual poético-pictórica, que en Córdoba desborda el localismo anodino y pasa a una categoría nacional".

L. Figueroa Ferrer (Crítico de Arte)

…."Emilio Serrano, excelentemente dotado para el dibujo y finamente aventajado en una templada explanación colorista, prosigue sin duda, la flecha de esa fracción puramente vocacional y nostálgica de una ingenuas imágenes olvidadas en el posible trasfondo de la niñez, en la más reciente generación de este pintor cordobés, implicado en la generosa y romántica ola juvenil y del mundo de los que sufren"...

Fernando Martín Martín (Director del Museo de Bellas Artes de Córdoba).

…"pintor de la figura humana, son fundamentales los niños y los ancianos sus modelos preferidos, de los cuales aparecen como portadores de una polisémica simbología casi siempre relacionada con el tiempo, siendo bastante común apreciar en la superposición de imágenes una clara metáfora sobre la edad visualizada en la representación de niñez y vejez".

Carlos Clementson (Poeta)

…"el lápiz en manos de Emilio Serrano, adquiere categoría de ligera batuta orquestal en manos de un exigente director; leve lápiz-batuta que sabe convocar o suscitar notas plásticas, una extraordinaria variedad de matices, de modulaciones,sonidos de reverberaciones y de ecos.

Ángel Aroca Lara (Académico Numerario de la Real Academia de Córdoba. Crítico de Arte).

…" Con independencia de su genio, de su seguridad en el trazo, de su dominio sorprendente del dibujo, la calidad de la obra de Emilio Serrano se sustenta en el quehacer paciente y sin brillo, comúnmente desdeñado por los pseudoartistas de nuestro tiempo, que solo consideran digno de su talento esgrimir el pincel en los escasos días en que la aspiración viene a visitarlos. Los cuadros de Emilio Serrano, amén de una alarde de maestría, son una lección de buena hacer; de humildad monástica consumada antes de que el grafito venga a deslumbrarnos con su arabesco. Solo cuando todo el oficio de una vida fecunda se ve respaldado por este pundonor, que admiro en Emilio Serrano tanto como su capacidad creadora, pueden alcanzarse las cotas de maestría que nos deslumbran en su obra".

Hoy Emilio Serrano tiene a su nombre una calle en Córdoba. La Corporación Municipal, acordó dar el nombre de "Pintor Emilio Serrano", a una placita dentro de las callejas de Santa Inés, en el típico barrio de la Magdalena. Un lugar sencillo, coqueto, con naranjos y banquitos para el descanso y la contemplación. Muy discreto y muy cordobés.

Escrito queda que Emilio Serrano Ortiz, goza de un puesto de privilegio en la historia de la pintura andaluza de la segunda mitad del siglo XX.

Transcripción:



Antonio Rodríguez Salido,-

Compositor y letrista.-

Escalera del Éxito 176.


Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

Escalera del Éxito 254.



Dibujo sobre tabla al grafito. 83x60. (Año 1969)



JUGUETES ROTOS. Dibujo sobre tabla al grafito. (Año 1991)



LA ESPERA. Dibujo sobre tabla al grafito. 131x100 caso. (Año 1999)



CESTA DE MIMBRE. Óleo sobre lienzo. 71x54 cm. (Año 2004)



BODEGÓN DE SANDÍA. Óleo sobre tabla. (Año 2004)



JAZMÍN AZUL. Óleo sobre tabla (Año 2005)



PABLO GARCÍA BAENA. Dibujo sobre tabla. (Año 2008)



ÁNGEL AROCA. Dibujo sobre tabla. (Año 2008)



POETA VICENTE ALEIXANDRE. Aguafuerte. 21x26 cms. (Año 1982)

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