ALTERNATIVA DE MANUEL ROMÁN CON TOROS DE DOMINGO HERNÁNDEZ, CONCEDIDA POR JUAN ORTEGA Y TESTIMONIO DE ANDRÉS ROCA REY
Era una apuesta muy fuerte, pero Manuel Román. decidió jugarla. Y como la Fortuna protege al audaz, el toro de la alternativa resultó bravito y noblote.
Los lances de Manuel Fueron muy aplaudidos y el animal no dió problemas en los tercios de varas y banderillas. Recibir los trastos de manos de Juan Ortega y con Roca Rey dando fé y la plaza llena es el sueño de un novillero, y Manuel lo ha hecho real.
Recibidos los trastos, brindó Manuel a Roca Rey e inició la faena con talento, pues las dobladas por el pitón derecho que tan bién domina y que ahora se llaman "poncinas" son muy apreciadas por el publico.
Fuerte y preparado, realizó Manuel una faena de profesional, sin altibajos, pero no surgió la magia que esperaban quienes lo han seguido masivamente por todas las plazas cuando era novillero. La estocada al segundo intento valió la primera oreja obtenida por Manuel Román tras su alternativa.
Tras la devolución de trastos, Manuel se convirtió en matador de toros, pues tal condición profesional no se adquiere, según la tradición gremial, hasta que el aprendiz no realiza su primera obra, en el toreo que es matar el primer toro, devolviendo a su maestro las herramientas o trastos que este cedio para realizar su primera obra.
Ya matador de pleno derecho, el sexto toro fue soso, esaborio y Manuel solo pudo poner voluntad. El caso es que el público se había venido un poquito abajo, y cuando Manuel dió cuatro pinchazos nos echamos a temblar. A la quinta y dos descabellos ya respiramos. Fue aplaudido el joven espada, que tiene mucho tiempo por delante.
Juan Ortega es el torero más pausado que he visto. Lo mismo que anda, lo mismo que habla, lo mismo que te saluda, con esa misma pausa torea. Si una vez, tomando una frase de Gregorio Corrochano dirigida a Curro Puya, le escribí: "Juan, se te para el corazón cuando toreas?", hoy se le podría decir otra parecida. "Juan, se te hiela la sangre cuando toreas? Al final de su primera faena, Ortega, rodilla en tierra sin moverse, comenzó a pasarse el toro por delante a media altura, sin mover ni siquiera la muleta, y el astifino ejemplar, de tan lento que pasaba, se quedó parado poniéndole el pitón en el corbatín y agitando ligeramente el cuello
Y Juan siguió inmovil allí, semiarrodillado, hasta que al toro les dio por continuar pasando. Así que por eso hoy le escribo: "Juan, se te hiela la sangre cuando toreas?" Juan Ortega es un torero sevillano con cosas de torero cordobés. Hay quien de más?
Roca Rey no da tregua a nadie. Torea muy bien con la zurda y con la diestra y sus alardes de valor sobresaltan al público. Y además, el aficionado de gustos clásicos se admira de su conocimiento de los toros y sus terrenos, distancias. Hay toreros que alumbran y toreros que deslumbran, nos decía hace muchos años en Santander el escritor y crítico vasco Apaolaza. Roca Rey está en mi opinión en el grupo de los diestros que alumbran, importantísimos porque de su permanente lucimiento es el que posibilita que existan los diestros que deslumbran. Pero, además, Roca Rey puede entusiasmar a todo el mundo, porque tiene personalidad, ya que el toreo de Roca Rey lo ha inventado Roca Rey. De ahí que llene las plazas, y que hoy sea un insólito - para esta epoca - ídolo juvenil. Por si fuera poco, no pierde orejas por la espada, sino que más bien las gana.
En esta tarde que comentamos, su momento cumbre fue el inicio de la faena de su primer toro: dos pases de rodillas en el tercio pasando el toro por el pecho, y el tercero, cambiando la embestida muy en corto, pasándoselo por la espalda saltando el toro sobre las piernas del torero. El grito de susto de las masas femeninas sustituyó al olé masculino, porque nos quedamos mudos. Luego, sin solución de continuidad, Roca ejecutó una larga serie de redondos parando, templando y mandando rematados con el de pecho, todo de rodillas y sin moverse del sitio.
Y de ahí palante hasta la estocada y las dos orejas. Su segundo toro fue más soso y la faena menos brillante. Estocada caída, dos descabellos y ovación. Este toro se lo brindó a su hombre de confianza José Luis Moreno, y me alegró mucho ver a un amigo tan honrosamente tratado por Roca Rey.
Mención especial para la presidencia, desempeñada por Vicente Pomares. Estuvo muy acertado, porque sin caer en el triunfalismo y cumpliendo rigurosamente los criterios reglamentarios, posibilitó que espectáculo fuera un éxito, porque con la situación tan precaria de la Fiesta en Córdoba, lo más importante es que el éxito atraiga más espectadores e incluso atraiga nuevos públicos.
José María Portillo Fabra, de la Tertulia El Castoreño y del Círculo Taurino de Córdoba.
JOSÉ LUIS CUEVAS
Maquetador, Editor y Fotografías
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