EL GRAN TIRÓN TELEVISIVO

Tenemos que aprovechar el gran tirón televisivo de los festejos taurinos de esta temporada. Es espectacular que una becerrada, como la que hace unos días retransmitió Canal Sur desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), supere en más de un 50% la cuota de pantalla de la media del canal autonómico público andaluz en el mes de mayo (12,2% por 9,6%). O también es inédito que el porcentaje de las 3 corridas que este mismo medio de comunicación dio de la Feria de Sevilla sea el doble (18,6%), y que el número de telespectadores haya alcanzado en todos estos casos más de 1.200.000 personas.

Este aumento tan significativo no sólo ocurre en esta cadena, sino que también sucede en todas las demás. Por ejemplo, Telemadrid, también ha duplicado su cuota media de pantalla en los festejos que ha ofrecido de la Feria de San Isidro (11,4% por 5,9%), y lo mismo se ha registrado en las televisiones autonómicas de Castilla-La Mancha, Castilla-León, Extremadura, Aragón, Valencia o Murcia. No puede ser más contundente la aceptación de la Tauromaquia en estas 8 comunidades. Esta circunstancia no se puede comprobar en el resto de España porque allí no permiten televisar espectáculos taurinos. Ellos sabrán lo que se pierden.

Esta 'arma' de difusión debemos utilizarla ya para defender la Tauromaquia y exigir todos los derechos y ayudas que la Administración Pública nos niega de forma injusta, absurda, dictatorial e intransigente, porque demuestra que nuestro rito milenario sigue teniendo una gran aceptación social, que los datos reales y contrastados reflejan que es cada vez mayor, por muchas encuestas que paguen en contra. 

No queremos un trato preferencial, sino que comparen y vean qué ayudas tienen, por ejemplo, el cine y cuáles son la audiencias de las películas subvencionadas con respecto a los festejos taurinos. Verán que sus cuotas de pantallas son muy inferiores, mientras que el apoyo financiero es muchísimo mayor. Una discriminación más que contrastada y confirmada con las cifras oficiales en la mano.

Estas altísimas audiencias muestran también que las corridas, además de contar con un público fiel, son muy televisivas. Esto ocurre por distintas causas. Una de las principales es que lo que sucede en el albero es real e imprevisto, como no pasa en otros tipos de espectáculos. Su belleza artística, su tradición cultural y su carácter popular también son otros motivos de esta gran aceptación, junto con su colorido y ambiente festivo y serio a la vez. Un contraste muy atractivo para cualquier telespectador.

Otra circunstancia favorable para televisar los festejos taurinos es que son ideales para la inserción y efectiva difusión de publicidad. Cuenta con al menos seis descansos, entre las lidias de un toro y otro, que sirven para incluir anuncios, mientras que los partidos de fútbol sólo tienen un descanso para ello. La forma circular de la plaza, y que el espectáculo se desarrolle por todo el ruedo, también son ventajas para insertar un mensaje en cualquier rincón de los burladeros, lo que no sucede en otros recintos.

La labor social de las retransmisiones taurinas es también incuestionable, tanto en las residencias para personas mayores, donde tienen una aceptación total y suponen una alegría vital para estos aficionados veteranos, como sucede en el medio rural, donde andan escasos de eventos de interés para sus habitantes. Dos sectores de la población a los que nuestros gobernantes no paran de repetir que se debe ayudar más. Pues, que por la boca no muera el pez.

Por lo tanto, son muchas las razones que tenemos para exigir una mayor difusión de la Tauromaquia por los medios de comunicación públicos y para convencer a los privados sobre que es también rentable. Contamos con argumentos más que contundentes para desmontar la falaz campaña antitaurina, pero para ello nosotros debemos estar unidos, convencernos del potencial que tenemos, sin ningún tipo de complejos, y sobre todo trabajar siempre por el interés global del sector y no del particular de cada uno. Los aficionados taurinos, que aún no han nacido, nos lo agradecerán siempre.

Antonio Cepedello

José Luis Cuevas

Maquetador y Editor