sábado, 17 de agosto de 2019

El Cid da una vuelta al ruedo en su despedida de Málaga


El Cid ha sido el único torero que ha logrado dar una vuelta al ruedo en la tercera de la feria de Málaga, una corrida que pudo tener mejor balance de no ser por los destemplados aceros. Tanto Cid como Curro Díaz dejaron constancia de la calidad de su toreo pero no alcanzaron el triunfo por la espada. Galdós estuvo meritorio en su primero. 

FICHA:

Se lidiaron cinco toros de Lagunajanda y uno -quinto- de El Ventorrillo, bien presentados y de juego desigual.

Curro Díaz, ovación y silencio.
El Cid, silencio y vuelta al ruedo.
Joaquín Galdós, ovación y silencio. 

Saludaron en banderillas Curro Robles, Chacón y Lipi.

COMENTARIO:

Curro Díaz dejó algunos lances en el primero de la tarde, un toro que comenzó embistiendo con brusquedad. El linarense firmó un bonito comienzo de faena con muletazos de mucho sabor. Con la derecha aplicó temple a la brusquedad del toro y corrió bien la mano. Sobresalió la tercera serie, más relajada y encajada, y también la última por ese lado derecho. Fue una faena con momentos de calidad que emborronó con la espada.



Buenos momentos también de Curro Díaz con el capote en el cuarto de la tarde. El toro apretó en la brega y embistió brusco y rebrincado en la muleta, buscando el amparo de las tablas. Curro se empleó con él y, muy dispuesto, logró arrancarle muletazos por el lado derecho aguantando las tarascadas de su enemigo. Mató de pinchazo y estocada.

El Cid, que fue recibido con una cariñosa ovación del público de Málaga en su despedida de esta plaza, dio buenos lances ganando terreno en el recibo de capa al segundo toro. En banderillas se lució Curro Robles, que fue ovacionado, y El Cid comenzó la faena dando distancia al toro. Fue más redonda la segunda serie con la derecha y también tuvo compostura la tercera. Pero el toro fue a menos, de modo que cuando cogió la mano izquierda ya no pasaba. Insistió hasta apurar todas las embestidas y falló con la espada.



El quinto fue un toro de El Ventorrillo que no se empleó demasiado en el capote. Lipi se lució con las banderillas y el toro quedó sin fijeza, obligando al torero de Salteras a hacer un esfuerzo para meterlo en la muleta. Lo logró a base de dejar el engaño en la cara y someter a base de bajar la mano en tres series diestras y una al natural. A base de jugársela, consiguió que el toro se templara y los mejores momentos llegaron al final de una faena en la que no faltó la entrega, con dos series con la derecha muy compactas. Mató de estocada y descabello y dio la vuelta al ruedo.

El tercero fue un toro noble al que Joaquín Galdós entendió bien con la derecha, ligando buenas series. También este de Lagunajanda se vino a menos, limitando la labor del torero, que estuvo por encima de su oponente sacando todo el partido en una faena de mérito. Mató de estocada.



El sexto fue un toro muy soso, sin entrega ni clase, que no permitió el más mínimo lucimiento. Galdós lo intentó pero el toro no se prestaba a nada y tuvo que abreviar e irse a por la espada. 

Fotos: Toros del Mediterráneo | Hugo Cortés

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