viernes, 3 de febrero de 2023

EL ALMA DE "ANGELIN" ESTARA EN CóRDOBA PARA SIEMPRE.




La Tertulia Taurina "El Castoreño" del Real Círculo de la Amistad manifiesta su pesar por el fallecimiento del gran banderillero de Ciudad Real Ángel Rodilla "Angelin", que transmitimos a su familia tanto ciudadrealeña como cordobesa, pues una parte de aquella reside en nuestra ciudad. Y dentro de esa familia cordobesa de Angelin, es obligado mencionar  a Rafael e Ignacio Cruz-Conde González, introductores del toreo manchego en el ambiente taurino cordobés.

En los años sesenta, en Córdoba se daba un fenómeno que puede denominarse con toda propiedad  "la Fiebre del Toro". Nuestra provincia  llegó a contar con catorce matadores de toros en activo en la década de los  60, y uno de ellos, ademas Califa del Toreo con mando en todo el planeta taurino, y de los restantes diestros, la mitad tenían connotaciones de figura. Además habia grandes  novilleros y banderilleros. Nuestra plaza celebraba festejos todas las semanas desde San José al  Pilar. Y además, El Cordobés no sólo llevaba el nombre de la provincia por el mundo, sino, también, nuestro patronímico era repetido cada vez que se le mencionaba.


Angelin niño toreando en Puertollano, 


Así, la Fiebre del Toro atraía a aspirantes de muchos lugares. Uno de ellos se llamaba Ángel Rodilla "Angelin" y era de Puertollano. Demostró Angelin clase y finura y no sólo taurinas. Por su parte, en dichos años 60 Rafael Cruz-Conde González, nieto  de Machaquito, era  novillero  destacadísimo y  un número uno con la espada. Y a la vez, su hermano menor, Ignacio Cruz-Conde, daba sus primeros pasos taurinos como aspirante, coincidiendo con Angelin en tentaderos y capeas. Y así se hicieron amigos:  toreando juntos en el campo. De esa forma, la familia Cruz-Conde González tuvo conocimiento de  Angelin y su historia, agradandoles su bondad y  corrección. De ambas cualidades  da fe todos los toreros cordobeses y yo mismo doy fe. El caso fue que la familia Cruz-Conde González acogió a Angelin  en su domicilio como un hermano más. Permítaseme que diga que eso sólo lo hacen un señor  Cruz-Conde y una señora hija de Machaquito, que represetaban la aristocracia política y la aristocracia taurina, pues el Califa Machaquito entroncó  por matrimonio con una familia aristocrática  británica de apellido Clementson.



Angelin entre barreras con Ignacio Cruz-Conde en un festival en el que alternaron ambos, 

Pero no se crea que la posición social privilegiada de la familia Cruz- Conde-Gonzalez-Clemenson era  pasaporte para torear ser torero. Mientras el hermano mayor torero, Rafael Cruz-Conde González, triunfaba junto a José María Montilla, El Cordobés, Zurito, El Puri o El Pireo, Angelin e Ignacio Cruz-Conde toreaban como y donde podían. Un día se presentó en el domicilio de la familia Cruz-Conde  Alfonso "Chiquilin", matador  de toros y les dijo a Ignacio y Ángel:


- Queréis torear pasado mañana en un tentadero? 

 iHombre, claro que si! Donde es?

En lo de Pablo Romero.

 i Fenómeno! Y en qué plan vamos a ir?  - preguntó Ignacio.

Vosotros vais a ir a comprar la finca? - respondió Chiquilin.

No... pero...

 Pues entonces, salid ya para Sevilla.

Ignacio y Ángel hubieron de tomar un ferrobus de aquellos, un autobús con señoras con gallina y por último, para ir desde el pueblo a la finca, hubieron de buscar un taxi compartido. Llegaron a la finca de los Pablo Romero  al atardecer. Allí se encontraba Gabriel de la Haba "Zurito" para hacer el tentadero como matador de toros. Gabriel les  proporciono a los dos maletillas  comida y les prestó su mercedes para que pasaran la noche. 

A la mañana siguiente ambos se subieron a la tapia y comenzó el tentadero. El señor Pablo Romero era generoso  y torearon todos los "capas" como se decía antes. Después de tentada la última vaca, Zurito, satisfecho de que  había transcurrido todo con éxito, le comento en voz alta al ganadero: "Don Felipe, aquí hay un nieto de Machaco"

El ganadero, sorprendido, exclamó: "Un nieto de Machaco?          Pues que baje otra vez!

Cuando "el nieto de Machaco" se dirigía hacia el ruedo, pasó por delante del chiquero y vio desde arriba la vaca que había quedado sin tentar: una "pepa" con seis años. La paró y lidio Zurito antes de que la toreara el nieto de Machaco. Pero la vaca salió "olvidá" e Ignacio  la pudo torear a gusto, y a continuación la toreo también Angelin. Y es que ambos compartieron  faenas camperas y festivales. Y torear es algo que deja recuerdos imborrables. Adjunto a este trabajo fotos de ambos en el callejon de alguna  plaza de toros acompañados de Alfonso Chiquilin. Angelin toreo de luces y en triunfo varías veces seguidas en nuestra plaza de los Califas, pero no cristalizó en figura de los novilleros, y pronto se hizo con exito banderillero. Se marcho a su tierra de Puertollano, toreando con todos los diestros de Ciudad Real y también con los de Córdoba, pues  nunca dejó de tener aquí su segundo hogar, ni dejó de tratar a los toreros cordobeses. Recuerdo verle cuando Ángel Mendieta dirigía el Centro de Promoción Taurina Manolete, en el que colaboraban Rafael Gago, Angelin y otros. Y es que Angelin no sólo tuvo grandes valores Taurinos, sino también humanos. Me contaba hace unos días Paco Pérez Lozano, dueño durante muchos años de la Taberna La Sacristía - en la cual se lee y comenta  el Quijote por una tertulia de amigos o al menos, así era hasta hace poco tiempo - que cuando Alfonso Chiquilin se encontraba en el declinar de su vida,  en soledad y  tristeza, Angelin lo visitaba cuando estaba en Córdoba, y lograba que Alfonso lo acompañara hasta ei barrio de Santa Marina para visitar la emblemática  taberna de Paco Pérez, y Chiquilin parecía  que rejuveneciera.



Alfonso Chiquilin,  y Ángel e Ignacio con Alfonso el Bailarín en la inauguración de Villalobillos invitados por Manuel El Cordobés. 


Y es que Angelin era todo bondad y las personas le  correspondían. Últimamente vivía en Córdoba por residir aquí una hija suya. Me lo encontré hace unos meses paseando él con Ignacio Cruz Conde. Tenía un aspecto inmejorable. Yo ignoraba que estuviera enfermo, y cuando Ignacio me comunico la noticia (..."una gran perdida y un grandísimo amigo..." "...para  mí ha sido como un hermano...") me quede sorprendido. 

Al fallecer en Córdoba, a su funeral en la iglesia de San Nicolás  asistieron la práctica totalidad de los toreros cordobeses: José María Montilla, Fernando Tortosa, Rafael Chiquilin, Fermin Vioque, Paco Asensio, El Niño de las Monjas, Pepin Fernández, los hermanos Tejero, el ganadero Eliseo Morán... Y es que a Angelin lo considerabamos un torero paisano pese a ser manchego. Y si don Quijote de la Mancha  deseaba ser recordado como Alonso Quijano El Bueno, el mismo apelativo se merece un torero manchego llamado Ángel Rodilla, en los carteles, Angelin.

José María Portillo Fabra, presidente de la Tertulia Taurina El Castoreño del Real Círculo de la Amistad.


Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

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