lunes, 20 de noviembre de 2023

ANTEQUERA Y SU MONUMENTO FUNERARIO A MANOLETE


El pasado 11 de noviembre, el Capítulo de Córdoba de la Fundación del Toro de Lidia realizó un recorrido homenaje  por el cementerio de Nuestra Señora de la Salud para honrar a los toreros que allí reposan, guiados por el buen amigo Sebastián, funcionario de dicho lugar. No pude atender la invitación de la Fundación por cumplir con la de Sara Palacios, que ese dia presentaba su ganaderia en Castillo de las Guardas.

Pero como mi sentimiento hacia el citado camposanto es grande, participaré  en el interesante recorrido de la Fundación aportando al mismo el monumento funerario que, como si fuera premonitorio de su muerte, erigio a Manolete la Naturaleza hace miles de años junto a la ciudad de  Antequera, en el Centro mismo de Andalucía. Se trata de la famosa Peña de los Enamorados,  así llamada oficialmente por la leyenda que recuerda los amores imposibles entre una princesa mora y un caballero cristiano, que refugiados en la Peña y viéndose descubiertos por sus perseguidores, se arrojaron al vacío abrazados en un beso desde los 900 metros de altura de la cumbre. Pero los cordobeses  hemos llamado  siempre  a la roca la Peña de Manolete, ya que el  perfil de la misma coincide con el del Mausoleo del Califa de Santa Marina en el Cementerio de Nuestra Señora de la Salud. 

En el video emitido por Canal Sur que os remito se dice que "la roca, de forma antropomorfa, tiene un perfil humano inconfundible", y tanto: como que es el perfil de Manolete... La finca en la que se asienta el monumental monumento, valga la expresión, se llama, lógicamente, "Cortijo La Peña". Y da la casualidad de que dicho cortijo está unido a mis conatos de tauromaquia adolescente,  porque allí nos pusimos por primera vez ante una res brava mi  hermano Manuel, que era casi un niño entonces, mi amigo  Manolo Yepes, que descansa muy cerca de Manolete en  el Cementerio de la Salud y que fue de los aficionados mas valientes que he conocido, y un servidor, los tres solitos, sin ningún profesional que nos orientara, con mi tío el Padre González de Quevedo, que fue quien nos llevó, pues tenía buena amistad con don José Moreno Rojas, de muy importante familia antequerana y propietario del Cortijo. 

No era ganadero de bravo, pero en una compra entró un lote de vacas de casta y dejaba torearlas en un corral de piedra anexo a unos establos  a aquellos que querían  ser toreros. Pero las vacas, negra, colorá y jabonera, duraron poco en el corral. La primera era cuatreña, y don José mandó soltarla en cuanto la vio salir La segunda, utrera, fue huida y noblona, pero cogió a Manolo Yepes y don José Abrió la puerta. Yo aún recuerdo su resoplido al pasar. La tercera, erala,  tenía mucho genio y mi hermano salió con la muleta. Un vaquero comentó que esa vaca hacía poco le había dado una cornada a Utrerita y el fue oírlo y mandar puerta inmediatamente. Ahora, lo que hicimos fue a los pies de Manolete. Nuestro mérito, si lo hubo, fue ponernos delante sin ninguna experiencia, pero así eran entonces las cosas. Después, don José nos invitó a comer en Antequera en la mansión familiar de la Calle Laguna, si mal no recuerdo.

El almuerzo, servido con guante blanco, fue bendecido por mi tío el Padre Quevedo, que dio gracias a Dios por los alimentos y por salir ilesos. Y Manolete, desde la atalaya de su Peña,  respiró por fin aliviado musitando: "Josu, josu..."

Enhorabuena a la Fundación del Toro de Lidia por la interesante iniciativa realizada, cuya descripción e imágenes encontraran el blog La Montera, de Ladis.

En cuanto al relato en torno a la Peña de Manolete, se lo dedico con un abrazo a mi amigo antequerano José Ignacio, miembro de la familia Moreno Rojas, y a quien reencontré en Cordoba después de tantísimos años de verdadera casualida. Y es que como dice mi hermano, el pasado siempre vuelve.

José María Portillo Fabra

José luis Cuevas

Montaje y Editor



El perfil de Manolete yacente en el impresionante Valle de los Dolmenes, en Antequera, corazón de Andalucía. Allí dimos nuestros incipientes  pases Manolo Yepes, mi hermano y yo a reses de   astifinos pitones. La Cueva de Menga es la Catedral de la Edad de Piedra, y Antequera, una ciudad imprescindible para visitar.

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