domingo, 23 de septiembre de 2018

 

La maestría de Ponce y la elegancia de David Mora abren la Puerta Grande

Ponce borda el toreo en una tarde en el que el palco dio la nota. Mora le acompaña en hombros mientras que Roca Rey pecha con el peor lote.

TEXTO  EMILIO TRIGO


Enrique Ponce, David Mora y Roca Rey componían el cartel estrella de la feria de la localidad cordobesa de Pozoblanco en honor a la Virgen de las Mercedes. Se lidiaba este sábado un encierro de Albarreal.


El peor lote sin lugar a dudas cayó en las manos de un titánico Roca Rey. El peruano que se presentaba en Pozoblanco, cortó un apéndice al sobrero y la espada, le privó otra en el sexto, al que aplastó con su dominio. Él ‘Catedrático del Toreo’ vio como un palco insensible negó el doble trofeo tras un faenón al vibrante cuarto. Antes, realizó por el mismo palo otra gran obra al abreplaza, al que desorejó por partida doble. Por su parte David Mora, cinceló una preciosa y elegante faena al segundo de la tarde. El madrileño rompió sus muñecas en una dulce labor que rubricó de espadazo. Ante el quinto, nada pudo hacer salvo mostrar su gran disposición.  Corrida de Albarreal, bien presentada y de juego variado. Destacaron el enclasado primero y el humillador segundo.
Suavidad en el capote de Ponce ante el dulce que abrióplaza. Metió bien la cara el de Albarreal en un recibo muy vistoso del maestro. Cumplió en varas y mostró buena condición en la lidia. Chochón y obediente con una embestida humilladora. Brindó Enrique Ponce al respetable en los medios. El maestro valenciano cuajó una gran faena llena temple y variedad, ante un animal que exprimió al máximo su buena condición. Ponce toreó a placer  por ambos pitones poniendo todo el alma que le faltó a su noble primero que iba y venía cosido en la exquisita muleta del valenciano. Hubo tiempos para la ‘Poncina’, la ‘Bianquina’ e incluso el descaro de tirarse de rodillas y enjaretar una serie con la diestra de largo recorrido y rematado muy ligado con el de pecho. Firmó un espadazo hasta la bola y dos orejas al esportón. Ante el segundo de su lote Enrique Ponce cimentó una verdadera sinfonía de buen torero. El maestro más enfibrado que con su anterior tapó todos los defectos de su antagonista y sacó a relucir las virtudes del cuarto. Un toro de embestida exigente, con chispa y constante movilidad pero de acometida irregular. Esa informalidad se destapó en genio y cuando se sintió podido, cantó a rajarse. Era previsible su huida después del gazpacho que le formó el Catedrático del Toreo. Fue un toreo de suavidad y ligazón, aderezado con una enorme compostura estética. Valor, torería e inteligencia al servicio de la tauromaquia que deleitó a la entregada parroquia. Otro faenón que finalizó de casi entera y con una oreja en el esportón, pero con tremenda bronca a un palco inepto e insensato por no conceder las dos peluas. Vítores de ‘torero’ ‘torero’ en una aclamadísima vuelta de honor.
Se sintió David Mora en el saludo capotero al segundo de la tarde. Metió el pecho y los acompasó sobre todo por el lado izquierdo, por donde el astado tuvo mayor recorrido. Verónicas dormidas de Mora que gustaron muchísimo al espetable. El madrileño se fajó con su oponente en un quite con el capote a la espalda tan apretado como la vitola de un habano. Mora brindó al respetable y al cielo, en señal de ‘Paquirri’. David construyó una faena llena de naturalidad y prestancia, ante un animal con suavidad humilladora pero sosito de condición. El inicio de labor derramó torería castellana. David Mora toreó con los vuelos de la pañosa con excelsa suavidad y cadencia en series muy bien trazadas. Toreo clásico, abandonado, vertical, impregnado de elegancia. Puso David La transmisión que le faltó al primero de su lote. Estocada hasta arriba y dos orejas. El quinto nunca quiso ir para adelante en el último tercio. Un toro que dé inicio fue irregular en su salida dudando en el embroque capotero del madrileño. Mora resolvió con oficio y sabor las probaturas de su oponente. Sin embargo a pesar de cuidarlo y hacerle todo a favor, se quedó sin toro en la muleta. David lo intentó todo ofreciendo alturas y distancias e incluso lo cambió de terrenos para quitarle su tendencia, y ni por esas. El toro echó el freno y no quiso embestir ante la insistencia de su matador. Esfuerzo sin suerte de Mora que resultó ovacionado.
Salió en tercer lugar un sobrero del mismo hierro. El tercero bis al igual que el titular no dejó veroniquear al hispano-peruano sin embargo, tiró de recursos y le ahormó un saludo por chiquelinas. Se cuidó en varas. Roca Rey ante el sobrero tiró de paciencia para tejer una faena donde la imposición fue el denominador común. Andrés fiel a su personalidad se hundió en el albero obligando a su tardo y soso oponente a embestir por donde él quería. El Bis tuvo una embestida insulsa, falta de celo, con mejor inicio que final pero nunca sacó mala condición a pesar de su falta de raza. Roca Rey acortó distancias para meterse entre pitones y componer tandas con reposo de mucho calado y autoridad. Imposible hacer más ante el deslucido. Espadazo y oreja con petición fuerte de segunda. Ayudó Roca al cierra plaza a salir del capote trazando el camino del lance. Aun así, el sexto no quería coles en el saludo y se pudo impertinente en la lidia sin parar de deambular por el Coso de los Llanos. De todas formas, Roca, lo tuvo muy claro y brindó al respetable. Comenzó su labor por cambiados por la espalda. Andrés se puso en el sitio donde los toros dan fuerte y sobre todo delante de este mirón, probón y sin querer embestir de verdad. Astado de muchas teclas que se le coló dos veces directo al cuerpo pero Roca Rey ni se inmutó. A partir de ese momento, se montó literalmente ante su antagonista. Como dice la frase ‘el que embistió fue él’ con una apabullante superioridad de su oponente. Los pitones eran gubias que acariciaban los adornos de la taleguilla sin que el hispano-peruano rectificara un ápice. Nueva demostración de Roca Rey de capacidad y ambición ante un sexto a la contra. La oreja la tenía arrancada pero no tuvo contundencia con el acero e hubo que descabellar sonando un recado del impertinente palco. Ovación tras aviso.
ICHA DEL FESTEJO
Sábado 22 de septiembre de 2018
Plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba). Primera de feria. Corrida de toros.
Entrada: Tres cuartos de plaza.
Toros de Albarreal. Bien presentados y de juego variado. Destacaron el enclasado primero y el humillador segundo.
Enrique Ponce; Dos orejas y Oreja.
David Mora; Dos orejas y Ovación.
Roca Rey; Oreja y Ovación tras aviso.
Cuadrillas: Saludó Ángel Otero en banderillas del segundo.

Por: Cultoro

Foto Jose Luis Cuevas


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