TORERAZOS!!!
David de Miranda y Fortes o Fortes y David de Miranda, tanto monta como monta tanto. Dos torerazos que hacen sentirnos orgullosos y emocionarnos a los aficionados taurinos, porque a su valor innato se une la épica de su toreo, al jugarse la vida de verdad sin ningún tipo de aspavientos. No hacen nada más que seguir las directrices del inolvidable Juan Belmonte, el 'Pasmo de Triana'. Es decir, quedarse quietos como una vela y dirigir y mandar con sus muñecas y un trapo las embestidas de un toro bravo, aunque les pongan los pitones en el cuello, la ingle o donde sea. Algo tan simple como sublime, difícil y bello a la vez.
Son dos elegidos para plasmar con precisión y ortodoxia esa danza excelsa entre un hombre y un animal bravo, la que une en un ruedo a la vida y la muerte, la elegancia y la brusquedad o la realidad y la ilusión. Y todo ello en sólo unos segundos, unos instantes efímeros, que se quedan para siempre en la memoría más sólida de los que nos gusta este arte eterno y legendario, hasta ponernos la piel de gallina y hacernos soltar esas lágrimas que nos justifican el seguir vivos un día más.
Las correctísimas formas de estos diestros ponen también en evidencia el esperpento al uso del toreo basado en los pies y las carreritas, como un saltimbanqui, con posturas y actitudes a la defensiva, siempre huyendo de la cara del toro, despegados, al hilo, tapados, sin cruzarse, con el pico de la muleta y con pases siempre hacia fuera, que tienen menos verdad y emoción que una moneda de cartón o un muelle de guita. Por ello, a De Miranda y Fortes les han convertido también en un peligro para el resto del escalafón, sobre todo para los apoderados, porque su toreo desenmascara las trampas, ventajismos y populismos de muchas de las llamadas 'figuritas' actuales de la Tauromaquia. Son transgresores de los montajes empresariales que se aprovechan de la ignorancia y falta de atención e interés de los espectadores ocasionales en las plazas.
Hemos tenido la inmensa suerte que el destino les ha unido en la época actual del toreo, aunque los impresentables 'sacabilletes' hacen todo lo posible para retirarles de su vocación y separar sus caminos. Ambos han aguantado durante muchos años la mayor incomprensión, marginación e injusticia posibles en los despachos, hasta que estos embaucadores sin escrúpulos, de clavel y pañuelo en la solapa, no han podido tapar la infinita calidad y cualidades de estos dos toreros de una vez.
El aspecto negativo que los une también es que han sufrido las graves consecuencias de la otra cara del toreo, la del cloroformo y la enfermería, con graves cogidas que han puesto en riesgo sus vidas. De Miranda la tuvo en Toro (Zamora) en agosto de 2017, y las más fuertes de Fortes fueron en mayo y agosto de 2015 en Madrid y Vitigudino (Salamanca), respectivamente. No han sido sus únicos percances ni mucho menos, porque es lo que tiene exponer tanto delante de dos afilados pitones.
Su acertadísimo concepto del toreo no es lo único que les une a estos matadores de Huelva y Málaga, porque sus trayectorias vitales y taurinas también comparten más paralelismos, tanto de fechas importantes, como de logros y de malos tragos. Son andaluces y profetas en su tierra. Nacen con sólo 3 años de diferencia, en 1990 y 1993. Tienen antecedentes taurinos. El ganadero José Ramos es tío de David de Miranda, mientras que el padre de Saúl Jiménez Fortes era banderillero y la madre fue novillera y profesora de la Escuela Taurina de Málaga, por lo que ambos de pequeños ya conocieron la Tauromaquia muy de cerca.
El brindis de David de Miranda a Fortes el pasado martes en la plaza de 'La Malagueta', en una tarde histórica del onubense, fue una señal de que la Tauromaquia puede renacer un siglo después con otra 'década de oro', siempre que los filibusteros de los negociantes 'falsostaurinos' lo permitan y no vuelvan a intentar hundirles, al ver sus carteras temblar por tanto engaño y trampas desveladas con la actitud sobre el albero de estos dos inmensos toreros de verdad. ¡¡¡Va por vosotros, David o Saúl, Saúl o David!!!
Antonio Cepedello
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