viernes, 11 de septiembre de 2020

ALEJANDRO CASTRO GARCÍA



Nació en Córdoba el día 7 de enero de 1976.
Según nuestros apuntes, tras los clásicos entrenamientos juveniles, tanto en la Escuela Taurina como en el campo, debuta en el coso de los Tejares con motivo de la tradicional becerrada homenaje a la Mujer Cordobesa, el día primero de junio de 1992. Y se viste de luces, por primera vez, en la localidad de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), el 29 de junio del mismo año.




Toma nota de su buen toreo, Rafael Soria Molina Lagartijo y dirige sus bisoños pasos taurinos, aportando experiencia y conocimiento dentro del complicado mundillo taurino.
Contabilizó un buen número de festejos sin caballos, hasta que se encontró capacitado para subir un peldaño más, en concreto al de los novilleros con picadores. Circunstancia que se produce el 19 de marzo de 1994. Esa tarde, alternó con Víctor Puerto y el malagueño Javier Conde. Alejandro lidió dos novillos de la ganadería cordobesa La Castilleja.


Cuaja tardes de éxito escribiendo con capote y muleta, los primeros capítulos de su trayectoria como torero. En concreto, figura el día primero de julio, en el cartel que patrocina Antena-3 – la primera que diseña la cadena, dirigida a jóvenes aspirantes - , y que tiene lugar en Aranjuez. Alejandro sufrió esa tarde una cogida en su primero, al que no obstante, y a pesar de la herida, logra estoquear. El ganado mostraba el hierro de la ganadería de Gabriel Hernández García.

PRESENTACIÓN EN CÓRDOBA

El domingo 2 de octubre de 1994, hace su presentación en Córdoba. El cartel lo formaron: Alejandro Castro, Romero de Córdoba y el pozoalbense Alberto Luna. Novillos de Gabriel Rojas.






…“El peor lote se lo llevó Alejandro. Supo en todo momento, entregarse con valentía a las dificultades que le presentaron sus antagonistas. Bien con la muleta en sus dos faenas, sin poder ligar las tandas. Destellos, valor y deseos de agradar. Mató entrando por derecho a su primero. Oreja.
Al segundo lo finiquitó de dos pinchazos y estocada. Saludos tras dos avisos.”…(Crónica de Pepe Toscano)

En el transcurso de la temporada, logra un triunfo a las puertas de Córdoba, que le sirvió para fortalecer su ánimo. Me refiero a una actuación en Montoro en cuya plaza de toros, corta cuatro orejas a novillos muy cuajados de Juan Valenzuela. Le acompañaban en el cartel: Cayetano de Julia y José Muñoz.



Cerró la temporada con un total de quince festejos.
El 22 de mayo del 95, repite en Los Califas, junto a Romero de Córdoba y Rubén Cano El Pireo.
Otro de los festejos para el recuerdo de la citada temporada, fue en la localidad de Villa del Río, el domingo 11 de septiembre:

…”Villa del Río (Córdoba). Dos novillos de Eliseo Morán y cuatro de La Castilleja. Javier Larrosa, palmas; Loria Manuel, dos orejas y rabo; Oscar López, palmas y una oreja; Alejandro Castro, una oreja y dos orejas y rabo.”…

No abundan las actuaciones. Tanto la temporada del 95 como la del 96 resultaron flojas. No obstante, acude dos tardes al coso de Los Califas de Córdoba. La primera, el sábado 10 de febrero en un festival taurino, en el que desarrolló un toreo interesante. También estuvo presente el lunes 27 de mayo, en el cuarto espectáculo taurino de la feria. Actuó junto a Rey Vera y el murciano Rafael Rubio Rafaelillo.
Vuelve con renovado ímpetu en el año 1997, y suma un total de quince actuaciones.

EN LA MAESTRANZA

Hace su presentación en las corridas de agosto de la mencionada temporada 1997, en la Maestranza sevillana.
En la temporada del 98, sus actuaciones bajan de forma relevante, hasta el punto de que tan sólo actúa en una ocasión, concretamente y de nuevo en Sevilla, ante un lote de Martín Peñato.

ALTERNATIVA

Finito de Córdoba y de testigo Rubén Cano El Pireo. 

Los Califas, tarde del 5 de septiembre de 1998, Alejandro Castro recibe la alternativa de manos de Finito de Córdoba y de testigo Rubén Cano El Pireo. Varias son las ganaderías que intervienen: Carlos Núñez, Marcos Núñez y Moura. La cuadrilla de picadores, banderilleros y mozo de espadas, fue la siguiente:
Picadores: Francisco José Martín Gavea y Diego Peña; banderilleros: Joselito Gutiérrez, José Agüero y Valentín Rivas. Le asistió con los trebejos, su mozo de espadas: Rafael López Serrano. La crónica del festejo, la transcribimos de la revista Toreros de Córdoba:






“…Sábado 5 de septiembre de 1998. El toro de la ceremonia se llamó Jandino II. …/…Tras la ceremonia de entrega de trastos…/… Unos doblones saliéndose al tercio, donde el toro acude sin mucha entrega. Dos buenas tandas sobre la diestra, mejor la primera; mientras que con la zurda, el animal no está por colaborar. El toro muestra una sosería manifiesta. Y viendo que el animal tenía poco más, Alejandro se perfiló, dejando una estocada en todo lo alto, llegando hasta los “rubios”. Jandino II cayó sin puntilla. Juanoso salió en el último lugar; no desmereció del resto del encierro. Finalizó su labor con un pinchazo hondo. Saludó desde el tercio.”…

En la siguiente temporada poco que contar, no logra vestirse de luces, nada más que una tarde en Los Califas. Fue el martes 25 de mayo. Lidió toros de Partido de Resina (antes Pablo Romero). Alejandro tras un aviso, saludó en el primero del lote y repitió el saludo en el segundo.

EN RECUERDO DEL PRIMER CALIFA

El sábado 4 de noviembre de 2000, se organizó una corrida de cordobeses, con motivo de cumplirse el centenario del fallecimiento del primer califa: Rafael Molina Sánchez Lagartijo. El cartel lo componían: el rejoneador cordobés Leonardo Hernández, y los diestros Curro Martínez, Alejandro Castro y Rafael Jiménez González Chiquilín. Se lidiaron toros de la ganadería de Carmen Pérez. El ejemplar que rejoneó Leonardo, era del hierro de los Hermanos Puerta.


Alejandro, de verde manzana y oro, se empleó a fondo en su primero de nombre Altivo, que le puso a prueba tanto por su seriedad física como por los inconvenientes prácticos que presentó durante su lidia. El diestro no se amilanó y cuajó una faena de poder a poder, valiente y acertada. Pinchazo hondo. Fuerte ovación y saludos. En el segundo, de nombre Dormidito, volvió a estar muy valiente. Este fue el comentario que se pudo leer en la revista Toreros de Córdoba:

…”Brindó a su peón Pepe Agüero (esa tarde fue la elegida para cortarse la coleta), que era el encargado de lidiar a Dormidito, que de verdad tenía mucha lidia. No colaboró el astado y, la decisión de Castro le hizo sacar muletazos sueltos, tratando de hilvanar alguna serie. Le echó “riñones” nuevamente y de una soberbia estocada dobló el animal. Volvió a saludar ante una fuerte ovación”…

A partir de este momento, su comparecencia en las distintas plazas no pasó de ser discreta.

RESUMEN DE SU TRAYECTORIA TAURINA

Es un torero valiente, que no ha llegado a cuajar, no por falta de voluntad, sino porque no ha tenido la suerte de cara. El torero ha respondido siempre con gallardía en cuantas actuaciones ha comprometido, pero no ha redondeado su carrera taurina con el marchamo del éxito.
En una entrevista, contestó así a la pregunta de como concebía el toreo:

CONCIBO EL TOREO COMO UN MOTIVO VITAL DE SUPERVIVENCIA Y DE ACCESO A LA SUBLIMIDAD DE UN ARTE SIN TRAMPAS…

La afición lo recuerda como un torero que no superó la competida y enrevesada prueba de llegar a figura, pero que lo dio todo.










FRANCISCO BRAVO ANTIBÓN
Documentos Gráficos: 
DOMINGO ECHEVARRÍA
Editor y montaje
JOSÉ LUIS CUEVAS






No hay comentarios:

Publicar un comentario